Fragancia

Me miran. Camino sólo. La misma hora de cada día. La misma senda. Extrañamente, las veredas se ven limpias. Paisaje conocido que me confunde. Continúa la observación. El quiosquero de la esquina me dirige un saludo muy cordial. Extraño, nada habitual.
Me salen al paso: la vecina quejosa, el almacenero locuaz y un par de gitanos con gestos ampulosos.
Sin excepción, uno por vez desfilan ante mí obsequiándome especial atención. Atención que me tiene desorientado.
Vuelvo sobre mis pasos hasta la farmacia de mitad de cuadra. Ingreso. El viejo farmacéutico dibuja una sonrisa dirigida de bienvenida detrás del vetusto mostrador. La retribuyo.
So pretexto de subir a la balanza, me detengo ante el espejo que adorna el centro del local. Como al descuido simulo tener una basura en el ojo. La verdadera intención es observarme intentando descubrir la razón verdadera por la que todos me observan. No la encuentro. Hundido en mi confusión, saludo y salgo.
Continúo mi camino inexorable. Una anciana que espera la llegada del autobús, al ver que me detengo para ser su compañero fugaz en esa espera a veces interminable, se acerca y por lo bajo me dice. – ¡qué bonito se te ve hoy! -. Agradezco tanta dulzura inmerecida y ocasional.
Todo el mundo pendiente de mi existencia.
Finalmente diviso el toro de metal que avanza hacia nosotros, echando humos negros por doquier (eso siempre será igual).
Ayudo a la anciana a subir. Hago lo propio detrás suyo. Mi confusión continúa. Escudriño en mi refrito cerebro la posible causa de porqué la mañana está patas arriba. Como al descuido, alguien se acerca suavemente y me roza, lanzando una mirada descuidada. Hermoso ejemplar de mujer. Muevo nuevamente mi cabeza para volver a fijar mi atención en las aceras que pasan por las ventanillas a la velocidad de la luz.
Hasta que caigo en la cuenta de que estoy usando perfumes de amores recién estrenados.

 

Si señor Diego, el amor que lo puede todo, consigue lo que se proponga, es seda en un día triste, es fuerza en un día desmotivado, es maravilloso siempre que este entre nosotros, me encantó tu prosa, un beso grande.:::hug:::

 

Gracias amiga, es verdad, la fuerza del amor es inconmensurable y todo lo puede.
Es bueno verte de nuevo.

Besito,
Diego.

 

Siempre me sorprende tus relatos con ese final exquisito y frases que llegan y tocan...Aplausos amigo. Esa ultima frase de utilizar perfumes de amores recién estrenados = tengo que averiguar si aca en Gesell existe. Fenómeno. Besos.

 

Muy agradable la lectura de tu interesante prosa. Saludos.


Nota: Sé que eres muy cuidadoso en tu ortografía. "Solo" (sin compañía) no lleva acento. Acotación que hago para que le des un toque magistral tu trabajo.

 

Gracias Paloma2, avísame si no se consigue por allí!

Un beso.
Diego

 

Es verdad Joblam, gracias por tu aporte y por tu paso.
Trato de ser cuidadoso, solo que a veces, algún error se me desliza.

Un afectuoso abrazo,
Diego.

 

Una prosa muy descriptiva y brillante, como siempre un honor poder leer algo así amigo. ^^

Saludos y abrazos

 

Diego; tu prosa marca ese estado donde somos y no somos, estamos y no estamos; cuando decimos que flotamos y al mismo tiempo la tierra es nuestra e irradiamos en auras desde nuestro cuerpo. Un gusto leerte vecino.

Este abrazo.
Daniel

 

Claro que estar enamorado se nota en la cara... el rostro refleja el alma enamorado.
Muy bonita prosa. Besos

 

Gracias Viten, como siempre agradezco tu generosa devolución.

Un abrazo,
Diego

 

Así es Daniel, somos y no somos cuando etamos enamorados.

Un cálido abrazo desde la fría Mardel Plata.

Diego.

 

Totalmente de acuerdo Marcela, enamorados, rostro y alma son uno solo.

Besos amiga,
Diego.

 

jajaja, andabas en la burbuja y ni cuenta te dabas, te felicito amigo, siempre regalándonos buenos escritos.

Besos.

 

Suelo ser muy distraído 16...

Besitos y gracias por tu constante visita amiga!
Diego.