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Hacerse viejo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Troto, 30 de Mayo de 2018. Respuestas: 0 | Visitas: 285

  1. Troto

    Troto Pablo Romero Parada

    Se incorporó:
    31 de Octubre de 2014
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    Hombre
    Quiero amar a alguien eternamente de la misma forma que aman las madres o los perros, pero no va a ser posible. No es tan importante eso de que sea la adecuada para mí. Me funciona casi cualquier mujer; rubias, morenas, rapadas, heterosexuales, gordas, altas... eso no vale de mucho. De vez en cuando, las mujeres se quejan de los cerdos y de los chulos hijos de puta. Ese no va a ser mi problema. Podré follarme a diez, o a cincuenta, o a trescientas mujeres locas y sedientas de placer y rabia, pero no encontraré ninguna que quiera amar tanto como amo yo. No existe ninguna que vaya a aguantar a la sobriedad o a la amargura de la estancia que desata al desaliño en mi acné entre los pasos de la ciudad, entre las tardes de fútbol y cerveza, entre las bibliotecas y las duchas a las seis y media de la mañana. Nadie va a aguantar con eso más de tres semanas.

    La mayoría apuesta por el buen ánimo y la motivación como regla básica de la persistencia en las relaciones sociales. Las mujeres divertidas quieren hombres que tengan siempre ganas de viajar o de pasarlo bien. Yo no soy así. Yo no soy divertido. Soy un maldito coñazo. Créanme, llevo como veinte años viviendo conmigo y ya estoy aburridísimo de todo esto. Quiero amar a alguien y que me ame sobre todo. Pero nadie me va a amar porque nadie va a aguantar la amargura de mis pasos deslizándose por el empinado asfalto de la ciudad, el gesto serio y cansado de las fotos, la inexpresividad.

    No me rendiré. Seguiré con esta guerra contra el amor propio y la ambición. Seguiré metiendo por las chicas, fichas a los cuernos y a la instantaneidad anoréxica del olor a ginebra. Nos vemos en cama.
     
    #1
    A Jeffdavis01e le gusta esto.

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