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Hacia el lugar más allá de la orilla

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por pablo7972, 25 de Octubre de 2012. Respuestas: 18 | Visitas: 3166

  1. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Dobló el cabo de la calle rozando la esquina del edificio con la manga de su raída chaqueta.

    Durante unos pasos que asemejaban los ecos de una inmensa habitación vacía, siguió pensando en las rimas y en un poema inacabado, aquél que ya hacía tiempo se le escapaba de la inspiración, que le rehuía como si hubiera trascendido de su autor, aquel poema a la amistad perdida, a los amigos que se habían ido, a los cigarrillos apagados que ya no valía la pena reencender y hasta el final seguirlos aspirando.

    El silencio era lo único que no había enmudecido. Se dio cuenta apenas de ello en escasos segundos de elucubraciones poéticas y personales. Los árboles ya no le miraban. Prendidos de las aceras, morían en un purgatorio que había secado ramas, hojas que navegaban por la vereda de adoquines, cortezas resquebrajadas. Los pájaros, los gorriones, las indómitas urracas de la ciudad rutilante, los pequeños jilgueros y pericos de las ventanas y las terrazas... Ni un gorjeo, ni un trino, ningún canto repentino...

    ¿Y los coches? ¿Cómo había tardado tanto tiempo en darse cuenta de eso, asombrado por sus propias reflexiones? No se escuchaban ni de lejos los frenazos, ni las bocinas, pero... era algo más que todo eso.

    [​IMG]

    Detenido ya, con los ojos absortos en un punto lejano de aquella avenida infinita, buscaba el resol que le devolviera la vida, el brillo de alguna carrocería sucia, el betún en el asfalto de cualquier vehículo que perdiera aceite...

    Nada. Ningún coche aparcado en la larga distancia que abarcaba su mirada. Ningún extracto de la vida, aparte de la suya misma. Ningún periódico gratuito se abandonaba tampoco en los bancos que se mantenían impasibles flanqueando la acera. Ningún avión, sólo traía el ruido de la soledad aquella brisa vespertina, como el hálito de sus propios pulmones reinspirado mil veces hasta vomitarlo todo allí mismo y no ser ayudado por nadie.

    Cuando tuvo consciencia de que era una persona, regresó sobre sus pasos. Buscaba a aquella señora gorda que había adelantado en sus últimas inmediaciones, al ciego de la ONCE y su puesto de milagros y "rascas de la suerte" y el tañido de su moneda contra la lámina de chapa de su pequeño mostrador. Buscaba sus gafas de culo de botella y sus ojos perdidos en la ceguera. ¡Cuánto hubiera dado en ese momento por cruzar un "No, gracias" con cualquiera de aquellas personas a las que habitualmente no prestaba ni la más ínfima atención!

    Tras decenas de metros sin advertir el mínimo cambio, entró en un edificio público que no le era desconocido. Los "post-it" amarillos del cuarto de ordenazas se mostraban vacíos de tinta y de mensajes, simplemente colgaban como ojos tuertos que le miraban y disimulaban riéndose entre ellos.

    Subió escaleras arriba, las puertas se abrían al más leve empujón de su mano. El corazón le latía, no ya como un músculo sino que era el badajo calamitoso que reverberaba contra su propia caja torácica, como si fuera un hombre campana, una llamada a los gentíos que habían desaparecido, una conexión misteriosa por la cual alguien, tensando y destensando la cuerda, conseguía seguir abatiendo estrepitosamente de derecha a izquierda aquel corazón cansado suyo.

    Se asomó al balcón presidencial, desde allí podía ver las calles circundantes y cómo normalmente el fragor de las gentes que recurrían a la compra diaria, que descansaban y holgaban de sus trabajos, que acudían a la parada del autobús, a... ¿para qué seguir? Nadie de todos ellos, ni los maniquíes habían sido convidados a aquel fatídico cuadro negro.

    Desolado, rebajó los escalones de su esperanza hasta la misma calle que le esperaba con las manos recién abiertas. No podía contestar a todas las preguntas que se agolpaban donde el cerebro pierde su lógica y pregunta al cuerpo, y donde el cuerpo no tiene respuestas y sus sentidos le mienten y devuelven, como en una partida de ping-pong, las mismas cuestiones al cerebro, para que las atavíe de mentiras y no le diga que lo que ve es cierto.

    La misma sociedad de la que no había necesitado redención alguna le apartaba ahora, le segregaba, con un respingo se liberaba de su propio moco tendido en la nariz social. Y desandaba sus pasos hacia ninguna parte. Ya no había destinos. Ni puntos de encuentro. Ni direcciones prohibidas o semáforos en rojo. Sólo rumbos desiguales y todos ellos seguirían acompañándole al mismo enclave. A ninguna parte. Inercia. La matemática de la arbitrariedad, del impulso de la aleatoriedad.

    Y, sin embargo, en determinado momento, creyó escuchar... algo.

    Sí. Creyó escuchar. Detenido, como una pantera en las ramas ahorcajada, orientó su oído para capturar más que nunca aquel lejano bisbisear, como atrapar una moneda de oro el más mísero y mezquino de los hombres.

    [​IMG]

    Una voz lejana. La escuchaba ya más claramente. Dirigió sus pasos calle abajo. Allí estaba la plaza por donde pasaba todos los días, con su fuente ahora apagada y sus aguas corrientes detenidas. Encaró el ágora y buscó con la mirada. Seguía escuchando, parecía una letanía oscura. Malévola, tal vez. Incluso, incierta. Reconoció algunas palabras, "orilla", "¿peregrino?", "nos acercamos"...

    El badajo de su corazón retumbaba como una locomotora contra las paredes de su campana torácica. Aquello era superior a todo y simplemente insoportable. Se ocultó medianamente detrás de un seto y se percató de aquel otro hombre a unos ocho metros de él mismo.

    Preso como él del mismo infortunio, qué duda cabía. Atrapado en el mismo impás temporal y circunstancial. Estaba sentado en un banco de aquella plaza, de espaldas a él. No le veía la cara pero aparentaba tener muchos años. Gruesa barba blanca, tiraba miguitas de pan a las palomas que no habían aparecido tal día en la plaza, y así las dispersaba la suave brisa de la mañana. Pero aquel hombre no parecía reparar en ello y simplemente recitaba versos.

    Ahora le escuchaba claramente. Eran versos. Era otro poeta. ¡Qué extraña enfermedad había aquejado al mundo para que sólo, y tal vez sólo, los poetas hubieran sido perdonados y soslayados por aquel devenir imposible!

    Le escuchó claramente. "Hacia el lugar más allá de la orilla...". Y siguió recitando durante medio minuto, aproximadamente. No dio crédito. El mudo asombro estuvo a un suspiro de detener su corazón ya enardecido por las recientes emociones.

    Aturdido, completamente estupefacto y con las pupilas encendidas como soles, comenzó a retirarse a tumbos y trompicones, con pequeños pasos hacia atrás hasta ver desaparecer a aquel anciano de su rango visual.

    Había vuelto a comenzar su letanía: "Hacia el lugar más allá de la orilla...".

    Sujetando las lágrimas tensas por una emoción inconfesable, regresó hasta la esquina del edificio ya casi sin fuerzas. Durante aquellos segundos siguió escuchando la misma perorata del viejo rapsoda.
    Y terminó por discernir con un hilillo de voz distante las últimas sentencias y versos: "Sin ojos, sin uñas, sin amo", lo que terminó de amordazar su aliento en la tráquea.

    Dobló el cabo de la calle y apuró sus pasos con el ímpetu en sus rodillas y talones como si Deimos y Fobos le persiguieran, y con la distancia que crecía entre ellos devolviendo ya inaudibles las extravagancias del anciano.

    Pero él ya corría. Regresaba sobre sus pasos buscando una veta temporal, una grieta dimensional, una hendidura de los espacios vitales multipuestos en que colarse o dejarse sepultar. Volver a cifrarse como un ser vivo. Como la persona que no había sido. Volver a comprar aquel cupón al ciego. Ayudar a cruzar la calle al minusválido del tercero. Apagar los noticiarios y telenovelas, los espacios publicitarios y escuchar los sentimientos. Sumar su sonrisa a la de cientos. Buscaba el resquicio por donde las culpas se convalidaban y perdonaban y se pone la cuenta como persona y ser humano a cero.

    Corría, tropezando con los cuerpos que no existían, con los árboles que no le detenían, galopaba por una desierta ciudad vacía, gritando, sollozando a un silencio que no respondía.


    Y siguió corriendo desaforado por la inmensa ciudad postrada.

    Nadie le miraba ni le perseguía, ni reparaba ya en él.

    "Hacia el lugar más allá de la orilla... ...sin ojos, sin uñas, sin amo".

    Jamás ninguna otra persona había leído aquel extraño poema desde que él mismo lo escribiera hacía ya muchos años.


    [​IMG]



    [​IMG]
     
    #1
    Última modificación: 5 de Septiembre de 2013
  2. Hujan

    Hujan Poeta asiduo al portal

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    Pablo:
    Leerte ha sido una experiencia inolvidable. Tu prosa, increíblemente sensacional...donde el miedo a llegar a "la otra orilla" hace gala de tu sentir, te vislumbras en un futuro incierto, solitario y tenebroso, con la compañía única de tu interior, de un otoño implacable que no espera otra estación por venir. Maravillosa prosa, imcomparable habilidad la de tu pluma para llevarse contigo a quien te lea. Un abrazo y gracias por compartir tu grandiosa inspiraciónn poética. Salam dan ciuman
     
    #2
  3. darwinsin

    darwinsin Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me ha gustado esta prosa por el impacto psíquico del agente principal, es como pensar en voz alta, el texto va tomando fuerza en base a buenas imágenes que recrean un espacio muy bien definido, es vivencial y son temas de interés introspectivo, además es la vida de un poeta más, como nosotros, con nuestros miedos y fracasos, saludos, que pases bien y chispas estelares a tu pluma---
     
    #3
  4. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Tu comentario no es menos valioso o grandioso que lo que valoras mi prosa, de excepcional lo calificaría yo, y sólo me queda darte las gracias y quedar en deuda contigo, gracias por la reputación también, me alegra haberte enseñado de lejos "la otra orilla", la que no queremos cruzar. Abrazos y supongo que Salam dan ciuman para ti. Ya me dirás qué significa, aquí no me salta el traductor.
     
    #4
  5. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias, es una prosa larga que quizá cuesta leer, has analizado yo creo que acertadamente, aunque es una ficción, pudiera ser cierto, ¿quién sabe? Todo cabe en el saco de la realidad, aunque entonces no quisiera ser yo el protagonista...que se ponga otro, jeje. Un saludo para tu domingo, que lo disfrutes plenamente, amigo
     
    #5
  6. elena morado

    elena morado Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hola Pablo, pasaba por aquí, y tengo que quedarme en esta magnífica orilla, es que tengo una deuda contigo y es mi obligación leer toda tu gran obra. Este ya lo leí bastantes veces, pero me toca comentarlo.
    Me encanta, pero es que ya a estas alturas y como te dice todo el mundo, yo ya no puedo decir nada nuevo, es que lo tuyo no es normal, tú naciste para escribir, y aunque nunca publiques un libro, cosa que me cabrearía mucho, avisadito quedas, eres Un ESCRITOR, por supuesto muy bueno, sobra decirlo que lo sepas.

    Pues tengo claro que los dos personajes son el mismo, aunque en el momento parque sólo uno puede ser de verdad, pero no tengo dudas de cuál es el real, me inclino por el más mayor que está en el parque dando de comer a las palomas, al revés que en el Sexto Sentido, que el anciano era el futuro, y no lo destripes, tengo que ir a mi tren, sigo comentando mañana o esta tarde si le doy vida a mi ordeneador.

    Continúo lo que empecé ayer, sin duda la clave está en el poema que es precioso, no vas a publicarlo en poemas? No entiendo la palabra que dice en el hueco que dejé, y no estoy segura si pone muriendo en donde puse muriendo con negrita. y me encanta ese reflejo que le pusiste que parece que lo escribiste por los dos lados. Eres un artistiña, no das puntada sin hilo, jolín con el cerebrito.

    El protagonista se muere cuando es joven y vuelve de muerto para comprobar cómo sería de mayor, creo que no, me estoy equivocando, o es que en ese momento es cuando pierde la cordura, y él esperaba algo de ese poema, que creo que tiene algo que ver con el edificio de correos; como en el coronel no tiene quien le escriba, que todos los días iba a ver si tenía carta, pero nunca llegó, final apoteósico de ese libro, "Y mañana qué comemos? Le pregunta su esposa, y él responde: "mierda".

    Perdón creo que me he perdido, es que tengo la planta de peyote aquí al lado, y la estoy regando. Iba a seguir comentando pero sí, me he perdido por completo, es que ha sido un duro fin de semana, y todavía no he recuperado.


    Nos acercamos

    Hacia el lugar más allá de la orilla
    nos acercamos
    presas del pánico
    mirando a un lado
    con la visión de un
    peregrino...llorando
    sin pies
    sin manos
    sin rostro
    con un -------------mojado
    cerca de todos
    y próximos a nadie
    con un sueño descanzo
    sobre la planicie de los árboles
    también se va muriendo
    sin ojos
    sin uñas
    sin amo.

    Por cierto, no tienes porqué explicarlo, puedo quedarme con la duda, además todavía puedo investigar más.

    13.12.12

    Tres días pa comentar. Ahora para decirte que escribiste el poema en dos folios y después le hiciste la foto uno f espaldas al otro. Es que me gusta mucho ese detalle.
     
    #6
    Última modificación: 13 de Diciembre de 2012
  7. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    La explicación al "nos acercamos" se la dejé a Luviam en su comentario a este mismo poema, que efectivamente colgué tras tu desafío. Me alegro de haberlo hecho. De esta prosa, mejor piensa lo que quieras... busca, busca, si quieres.
    Yo creo que son la misma persona, viéndose en un futuro posible el uno al otro, con el transcurrir de las circunstancias, el problema es que tal vez no se pueda regresar de ese viaje al futuro donde se encuentra con un "yo" aislado y circundado sólo de sus propias interioridades y murallas, palomas y migajas desencontrados. A diferencia de "cuento de navidad" ¿crees que existirá el regreso? Conociendo a su autor... o ¿tal vez el viaje en el tiempo ha sido efectivo y es el viejo quien "no ve" a su predecesor en los años, es el futuro el tiempo que corre y el pasado ya no es recuperable?
    Yo creo que sé la respuesta... la apuesta ha jugado una baza de cartas y no sé pueden devolver a otra mano.
    Abrazos.
     
    #7
  8. elena morado

    elena morado Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me gustan estos retos, acepto la apuesta. Pero editaré en el comentario con fecha. Cita aquí en la orilla. Pero esto está muy difícil. De todas formas sabes que en esta mente siempre hay sitio para el surrealismo.
     
    #8
  9. elpoetaartesano

    elpoetaartesano Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Una prosa excelente, tienes arte narrando Pablo. Mas que un paseo por la ciudad parece un paseo por tu interior, en esa quietud de todo, esa ausencia de muchas cosas, hacia un lugar mas allá de la orilla de ti mismo. Lo he leído del tirón, mi atención se quedo pillada con la narración y con las imágenes poéticas que hay en tu prosa. Muy interesante escrito !!!!
    Un abrazo compañero.

    XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX a tu estupenda pluma.
     
    #9
  10. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    La mente debe ser surrealista hasta que despertamos y ordenamos las piezas, y es justo cuando al ordenarlas... que no encajan! Lástima. Abrazzos
     
    #10
  11. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me halagas y mucho. Me sabe muy bien tu opinión. Y no me crezco para nada, me cuesta escribir, lo leo y releo. Y de todos modos escribo poco. Lo sé. Te agradezco esas palabras y que hayas llegado hasta el fin de la historia, donde el propio autor se debió perder ... y aún lo están buscando, jeje. Abrazos
     
    #11
  12. Love Craft

    Love Craft Poeta asiduo al portal

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    Creo que la segunda o tercera vez que lo leo, al principio lo ves y parece tan largo, pero cuando lo lees el tiempo se escabulle sin sentirlo, con pies de paloma. Realmente no sabría muy bien qué decir, que dar por cierto en el comentario, no tener que delirar demasiado en lo que digo.
    Leía las primeras líneas y pensaba que sería un texto tipo ''Igitur'' o algo así. Esto del ''desdoblamiento'' del ser, el anacronismo del Alma, el Alma dejada en las palabras tan sabiamente escogidas, sobre los labios y el papel, lo eterno que se puede volver, o creo que queda mejor sin tiempo. Se llega a un punto donde las barras que impone el Tiempo no divide los diferentes ambientes y lugares, que obtenemos una percepción diferente. El Corazón como un reloj que da cuerda hacia adelante hacia atrás, adelantando y atrasando. Ni idea, lo veo así, lo siento.
    Me encanta leerte, tus grandes enigmas, ir probando lentamente con una Idea y con otra hasta desenterrarlo.
    Simplemente un deleite. Felicitaciones y saludos amigo.
    Luciano.
     
    #12
  13. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias por tu engullir por la prosa, Luciano, amigo. ¿Puede una persona avanzar en el tiempo y conocerse a si mismo en el futuro? En un futuro incierto, improbable, uno de los millones de futuros posibles que dependen de cada una de las arbitrarias acciones y mecanismos tanto nuestros como de nuestro entorno en cada segundo de nuestra vida. Capturado ese momento, ese segundo, esos condicionantes nuestros y del ambiente que nos toca, podríamos tener una traducción propia en el futuro. Cada paso nos lleva a él y cada paso nos aparta de él, según sean éstos. Pero si existiera esa posibilidad y fueramos capaces de vernos allí mismo, incluso de sentirnos allí mismo, sin saber exactamente llegados este punto qué es real y qué no lo es, qué parte de la escena es a la que pertenecemos y cuál es la fingida por una absurda ley física a la que aludo, ¿cómo regresar? ¿qué veríamos allí?
    El hombre del cuento se reconoce a si mismo olvidado y solitario en un mundo vacío, tal vez porque sólo ha adelantado su vida al futuro y no la de ningún otro ser vivo. En ese mundo vacío y realidad paralela puede discernir la evolución o involución que ha venido azotándole hasta terminar leyendo sus propios versos premonitorios de un viaje al silencio. A la regresión social.
    La grieta temporal que te acerca a un mundo que te es propio pero que no pertenece a nadie más, tu propio futuro. Verte allí.
    Saludos, Luciano. Abrazos y gracias por las lecturas, amigo
     
    #13
  14. LIBRA8

    LIBRA8 Invitado

    Triste y angustioso el encuentro con su yo futuro, recitando el mismo misterioso, y quizá, profético poema de antaño. Podría ser un sueño (...o una pesadilla), o una especie de deja vu, en el que el tiempo se ha comprimido hasta prácticamente desaparecer y mostrar, como si de un espejo se tratase, el resultado de los errores de toda su vida, convirtiendo al protagonista en un ser solitario y abstraído en si mismo (como siempre lo fue y lo estuvo), y aterrorizándole al entender el vacío de su existencia. Inmensa obra, Pablo, tanto por su significado como por su calidad narrativa (cosa que ya no me sorprende ni un poquito viniendo de ti).
    Como reflexión final, pienso que en cierto momento de la vida, casi todas las personas empiezan a "adivinar" su futuro, y a pesar de que la visión no sea la más deseada y sugerente, pocos toman las medidas necesarias para cambiarlo, como si ya estuviera escrito de antemano, y no se pudiera, no mereciera la pena, o fuera tarde para hacerlo. Pero eso es otra "película", ...u otro poema, jeje. Un abrazo, amigo, ...y mis aplausos.
     
    #14
  15. roby3000

    roby3000 Poeta adicto al portal

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    Pablo, ha sido toda una experiencia seguir tu relato. Grandioso, excelente manera de narrar. Mi abrazo con estrellas y la repu te la debo porque la maquinilla no me deja.
     
    #15
  16. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Desde luego, ¡qué inmenso comentario me has compartido ! y no precisamente lo digo por extenso, es que has acertado con mi visión y mensaje en todo. Sé que puede surgir alguna otra interpretación, pero la que más me gusta es ésta... ahora bien, no sé cómo ha hecho el protagonista para llegar a un futuro y desdoblarse de si mismo, eso también. Tal vez, un simple sueño vívido, real como su mano, que le pone delante una realidad tangencial con la que aspira y respira. Así es, el futuro puede ser algo terrorífico para el ser humano. Y es mejor refugiarse en el presente o en lo anodino. Abrazos, Luis , y gracias por tan fenomenal comentario.
     
    #16
  17. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Mil gracias, Roby, no es necesario , con tu comentario es suficiente. Te dejo mi abrazo y gratitud por tu sinceridad y elogio.
     
    #17
  18. dulcinista

    dulcinista Poeta veterano en el Portal

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    Una prosa extraordinaria amigo Pablo
    sobre el miedo a lo desconocido, a no saber
    qué nos encontraremos en la otra orilla,
    sobre ese temor que todos llevamos dentro,
    sobre las varias personalidades
    que cargamos en nuestro interior.
    Un abrazo, leerte ha sido un placer.
     
    #18
  19. pablo7972

    pablo7972 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias de nuevo, Eladio. por todo. Mi abrazo
     
    #19

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