Hecho para ser leÍdo, no visto

HECHO PARA SER LEÍDO, NO VISTO


-Ponlo bien... ponlo bien...
-¿Así está bien, mi amor?
-¡No! ¡Ay!, más despacio, más despacio, así no, que me duele ¡Ay!... ponlo bien...
-¡Ah!, ¿ahí sí?, ¿ya no te duele, mi amor?
-Ahí sí, ahí sí, ya no me duele... -dijo el niño, y agradeció a su madre por haberle puesto el disfraz. Las marcas provocadas por el elástico de la máscara desaparecerían más tarde...

 

jajajaja, que buen micro....como juegas niño, me encantó, el final es genial, y lo mejor, da para muchas interpretaciones, hasta claro, cuando ya llega el desenlace, y se entiende todo el royo.


aplausos y estrellas.

no te había leìdo en esta faceta. besoss

 

Magistral juego con el lector hasta llegar al desenlance, jejeje
un beso
Rosario

 

Hola amigo que tal, ademas de ser poeta tienes humor

saludos cordiales

 

Me gustan estas clases de relatos por el doble sentido que pudiere contener; se juega con la imaginación, y eso es algo que siempre un escritor tiene que tener al día. La imaginación.

A mi juicio, y conste que lo es, de haberlo yo el final lo hubiera postergado un poco más para alargar el suspenso, pero no lo es, por lo que sólo me resta el comentártelo para futuras ocasiones.

“.. dijo el niño, y agradeció a su madre por haberle puesto el disfraz. Las marcas provocadas por el elástico de la máscara desaparecerían más tarde, lo importante es que ya no había dolor.”

La conclusión lo hubiera puesto quizás, en una simple línea y la idea que formas en la mente de tu lector ocasional, estaría más supeditada a dos palabras de ser posible, bien al final.
De esta forma, harías caer al lector que se forja cierta situación subitamente cayera en otra realidad. Un gusto haber pasado por él, gracias por permitirnos leerlo. Ruben

 

Muchas gracias, Rubula. En futuros intentos pondré en práctica aquello de caer en otra realidad súbitamente.
Saludos y gracias a ti por venir.