Heridas en el corazón… y en la piel dolor.

…Al final me corto y me hago huellas en la carne, aquí está inscrita la historia de mi vida. Me preguntas ingenuamente ¿Por qué lo haces? Y te respondo decididamente ¿Por qué no hacerlo? Si tú sufres por tus errores voluntarios, por la chica que te dio esa cachetada, por la que te dejó abandonado en medio de la carretera con tu patética rosita en la mano… ¿no puedo sufrir yo por el metal que me hace daño?... sufrir por personas es incluso más trivial que derramar lágrimas auténticas por una herida que sangra de verdad. Quizá tu estilo sea lamentar los caprichos de tu engreído corazón, mi modo es más directo, yo sufro por mi cuerpo, sí, por dolor autentico y no por meras ilusiones que se esfuman.

…pero yo no busco el dolor.

No es dolor lo que buscamos, es ése instante de felicidad el que queremos atrapar pero terminamos mal, siempre es igual la interminable odisea en anhelo de llegar a tocar la dicha aunque sea con la punta del dedo medio, el tentáculo mas largo que poseemos sin embargo no alcanza para rozarle y aunque sabemos de antemano el típico final amargo nos lanzamos de cualquier manera a intentar ser felices… la felicidad es ilusión, yo evito esa fase tonta y paso directamente al dolor, porque él nos hace sentir vivos, si no me doliera nada ¿no es lo mismo que estar muerta?

Me trago mis palabras, sí, intento ser feliz pero no lo consigo, esa cosa extravagante realmente parece fantasía y como tal desaparece ¿Cuántas veces la has buscado tú? Sin duda te hartaste de sufrir sinsentidos y has optado por la vía realista tal vez, no sé, son estilos diferentes, pero ambos terminamos juntos en el mismo lodo… sufriendo por la lesión, tú con esa llaga en la piel, yo con hematomas en el corazón, no son heridas, al final, demasiado disímiles.