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Historia de un amor caleño en cuatro cantos

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por walter manuel, 22 de Julio de 2009. Respuestas: 3 | Visitas: 1007

  1. walter manuel

    walter manuel Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    15 de Junio de 2009
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    I
    Hoy en Colombia
    se esparce la sombra de un árbol
    que sembré siendo niño...
    fue en aquel primer viaje que hice
    al corazón de las tierras áureas,
    la vez primera
    en que segué rosas
    de las mejillas de su gente.

    Recuerdo muy bien
    los caminos serpenteados
    y el bullicio de un arroyo
    que se escondía en la montaña.
    Empalagado de esa niebla dulce,
    enterré mis uñas en su tierra viva,
    horadé sus frías entrañas
    con mis manos menudas,
    incrusté mi raíz en la piel de un samán
    y puse en su tallo
    pies de piedras blancas
    como marca indeleble
    y un brindis a lo eterno.

    II
    En otros lados de la serranía,
    en una callejuela palpitante de sudores
    una niña juega descalza...
    tiene una sonrisa como de mil noches
    y corre con la gracia
    de un caballo de paso bravío;
    a su brinco se somete el polvo
    como la arena al toro
    en la Monumental de Cañaveralejo
    ¡niña con ojos de fiesta brava!

    Yo besaba en suelo
    en las cimas de Pamplona;
    ella reía, ella corría
    en las aceras de Cali...
    Yo rozaba la hierba
    en las colinas de Pamplona
    y ella brincaba, ella saltaba
    en las aceras de Cali.
    ¡Niña caleña que aún no conozco!
    Yo enterraba mis dedos
    en las venas de Pamplona
    y ella brincaba, ella saltaba
    en las aceras de Cali...
    Pero dejó caer su pelota también
    y ésta rodó por las calles
    de la ciudad furiosa,
    y fue una pelota que nunca más volvió a ver.
    Con dolor de tierra perdida
    gritó su vientre en aquella hora,
    arrodillada la encontró la tarde,
    y dicen que con sus lágrimas
    se crecieron los ríos en el Valle del Cauca.

    III
    Los años han pasado
    como gotas de una rama,
    ya mi infancia descansa en un frasco
    etiquetada y polvorienta.
    Pero hoy, me vuelvo atado
    con cadenas de júbilo
    a unos cabellos rizados
    en un astro lleno de risa,
    a unos muslos donde se vierten
    leche y espuma en un abrazo.
    Nueva Granada despertó agradecida
    y me obsequió una mañana
    de sus naturales magias:
    mujer parida en las cuencas del oro,
    mujer caleña,
    libre paloma torcaz
    sin mensajes,
    ojos lívidos que me congelan,
    espasmos iridiscentes son las vueltas de su cadera;
    maraña indescifrable,
    inescapable,
    impostergable deseo;
    mujer caleña,
    viuda de los colibríes
    ensamble de poeta
    pieza última,
    piel de durazno y agua fresca,
    tienes un mundo fabuloso
    entre tus labios.
    Mujer caleña
    de rostro que nunca vi,
    despierta y extrae la espina
    en la planta del león
    que los pies se me mueren y no puedo correr.
    Si me supieras escondido
    en tus laberintos de cuerpo,
    colgándome en las ramas
    de la selva azabache que desciende
    por hombros,
    por tu espalda,
    carne caliente, sudor perfumado...
    Si me vieras arrodillado
    en la úlima esquina de tu pecho,
    la más lejana y oscura, tal vez,
    trémulo y desnudo
    con el ala herida...

    IV
    Nueva Granada amaneció silenciosa,
    pálida y quieta...
    el lamento de los guaduales
    penetran adornando los cañaverales
    ahora sombríos, ahora lejanos.
    El eco de tu recuerdo
    recubre el baile de los cafetales
    y se vierten los odres
    se revientan las canecas;
    el aguardiente derramado
    peina los surcos de las haciendas,
    las calles de tu pueblo,
    las venas de tu tierra.

    Te descubrí
    con dolor de tierra perforada,
    advertí la cicatriz en tu vientre desnudo;
    temblaron las colinas de Pamplona
    rugieron las calles empedradas de Cali.
    Nueva Granada preparó el embrujo,
    y está triste.
    Con manos de infancia
    le planté un samán,
    y ella le ofrendó agradecida
    a mis jardines de hombre
    la rosa más flor del Valle del Cauca.
    Pero mujer caleña,
    terca y ciega,
    quisiste arrancar tus pétalos
    y dejarlos al viento porque sí.

    Esta noche se abrió en suelo
    tras la niebla de Pamplona
    empapada en llanto;
    se partieron los brazos
    del antiguo samán
    calcinado en llanto;
    se impregnaron las calzadas de Cali
    de mareas incesantes
    inundadas de llanto;
    se desbordaron los ríos del Cauca
    de rabia abatida
    desbocados en llanto...

    y yo esta noche,
    mujer caleña,
    te sigo esperando...y me dueles
    buscándote
    entre la luna mortecina,
    llorando... solo llorando...
     
    #1
    Última modificación: 23 de Julio de 2009
  2. mg

    mg Invitado

    Dulces letras muy románticas algún acento se te escapo por ahí saludos
     
    #2
  3. ALBUJA BRAVO GUILLERMO

    ALBUJA BRAVO GUILLERMO Exp..

    Se incorporó:
    2 de Febrero de 2009
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    5.740
    Me gusta recibidos:
    70
    Bellos versos de amor, síguela buscando.

    Una abrazo cordial.
     
    #3
  4. Luna Llena

    Luna Llena Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    12 de Abril de 2007
    Mensajes:
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    Género:
    Mujer
    Ah la sucursal del cielo ...brinda amores muy intensos...ojalá llegue amigo...ojalá...apasionadas letras...estrellas full admiración...saludos cordiales...Mariela
     
    #4

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