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Historia de una flor

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por José María Arévalo, 22 de Junio de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 590

  1. José María Arévalo

    José María Arévalo Poeta recién llegado

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    11 de Junio de 2012
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    Hombre
    En el jardín del palacio, hay muchas flores todas bellas, todas exóticas, de lejanos lugares, con olores muy exquisitos como hechos para los dioses griegos del Olimpo. Estaba a cargo un joven hombre amante de todas las flores del jardín, pero había una flor en una esquina del inmenso parque flores, no era la más bella, tenia rasgos de salvaje naturaleza y ternura de princesa, de esas combinaciones extrañas, que la vida nos regala en escazas ocasiones y que cuando sucede nos produce extraños sabores. Un día cuando, el jardinero arreglaba todo el jardín vio que la planta de la esquina, se había caído la flor mescla de exótica del candor y hermosura, con el salvaje instinto de la naturaleza, cayó en el lodo, y lleno sus pétalos, ensuciándolos por completo. Cuando el jardinero quiso sacarla del lodo, esta se hundía mas y mas como si quisiera estar sucia, no quería brillar junto a las otras. - Por qué no te dejas levantar, pregúntale el jardinero a la flor que yacía en el fango. - Por que aquí estoy bien, me siento tranquila, contenta. - Pero ensucias tu belleza, no ves que dejas de lucir tu hermosura? - Acaso no hay otras flores, el jardín esta lleno de bellas flores. - Pero tú eres especial, eres diferente y tu belleza no la tiene las otras - Y qué?........................ - Acaso mi belleza importa, si estoy en el rincón del jardín donde nadie mira, se olvidan que existo. Admiran a las que están adelante, solamente a esas. - No es así, te equivocas, pues si estas en el rincón, es por tu belleza, ahí resplandeces, necesitas del sol de la tarde para irradiar tu hermosura. - Entiende, que deseo estar aquí, no importa que nadie me mire o admire, pues prefiero el lodo que las miradas de compasión que emanan de los que pasan y sin querer miran. - si eres una flor muy bella, y si estas en este sitio, es porque ahí te plante, cuando te encontré en el campo, te traje y cuide con esmero cariño, y amor, para que pudieran ver la belleza que hay entre tus pétalos. Por que prefieres el lodo a ser admirada y querida por todos. - No insistas, no volveré a ese lugar, pues no deseo retornar, aquí estoy feliz. - En medio del fango, de la suciedad, manchas tus pétalos con lodo……………………………………………. - Sabes yo no quiero ser admirada, no ser amada, menos que me dediques ese tiempo que me das, hay otras flores a quienes puedes dárselo, pero no quiero que sigas cuidándome, déjame en el lodo donde, me siento feliz, pues estoy cerca de lo que busco. - Y que buscas en el lodo, si es tierra y agua, nada bueno hay, solo ensucias tu vestido - no importa que mi vestido manche con la tierra con agua, si soy feliz con ello, no me importa que suceda, si lo que deseo es estar aquí. - Y que hay de mis cuidos, mas que a las otras lo hacia, eso me canso, no quiero cuidos, no quiero que me digas que soy el centro de admiración de todos, solo por estar en esta esquina……. - No puedo dejarte aquí, no puedo, eres especial, y el jardín sin ti no será igual - que me importa el jardín, nunca pedí que me cuidaras, menos que me trajeras, pero fuisteis necio y lo hiciste en contra de todo, por que deseabas tenerme cerca, no soy de este lugar, pertenezco a otro, pues aquí me siento extraña, y no quiero cuidos, deja que el sol marchite mis pétalos, que el viento me arrastre al fango, pero no quiero esmeros, dedicación no son para mi, esas déjalas para otras flores que quizás puedan venir, pero no conmigo. Esas palabras rompieron como el viento huracanado los arboles, del bosque. El jardinero, quedo en silencio, no supo que decir, nunca imagino que aquella flor prefiriera la suciedad a estar siempre bella, nunca antes flor alguna había rechazado sus cuidados y dedicación. Preocupado por dicha actitud, el jardinero se retiro y dejo que pasaran los días. Cuando volvió al lugar, la flor ya estaba marchita, llena de lodo seco, cuando quiso levantarla del suelo, esta se rompió y no pudo levantar, quedo ahí en el lodo. Nadie supo porque desapareció la bella flor del lugar especial. Cuando el dueño del palacio, pregunto al jardinero que había pasado con aquella orquídea dorada, que él había traído de manera especial para que con el sol de la tarde iluminara el jardín, el jardinero callo y no hablo, no dijo por que no estaba, en el lugar deseado, miro profundamente al dueño y le dijo, la belleza sucumbe ante la inutilidad de su ser, pues prefiere no ser vista en lugar de ser admirada. El dueño no comprendió aquellas palabras, y dio la vuelta retorno adentro del palacio, pero el jardinero, quedo decepcionado porque nunca antes sus cuidos habían sido rechazados, pero entendió que aunque se luche contra la voluntad de una flor, aunque esta fuese bella, no merece la dedicación, ni el lugar principal entre las estrellas. El lugar nunca volvió a ser ocupado, la planta secó su cuerpo y no volvió a brillar esa flor maravillosa, que inundaba el jardín, el sol de la tarde no encontraba ya la bella flor que lucia la luz de oro, se perdió entre el lodo, el tiempo y el olvido.
     
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