Historia

Ahí estás, parada
mirándome… desafiante.

Cuantas veces nos citamos.
Cuantas veces recorrí tu camino con los ojos a la espalda
Pero siempre tú, como un ser perfecto inequívoco,
me mirabas impávida...
sin gestos gestos.

Enamoraste tu compañero
que secretamente llamas: inmutable.

Tu perfección está en lo inmodificable,
tu estómago insaciable engulle cada momento
un gran rollo de la mejor sala de cine
donde el director y el actor
siempre son el mismo.

 

Fuertes líneas, casi como un decreto. Un gusto pasar a leerte amigo. Nos vemos