Historias de mundo profundo ii.

Se encaramo a un Sauce milenario desde donde se divisaba el reino de Konglol.
Les tenia pisándola los talones y necesitaba un poco de margen para poder disparar su arco
Era perseguida por un pequeño grupo de Eslibes, que querían recuperar la corona de la diosa Ceribel.
Fue robada la noche anterior mientras todos dormían y lo peor de todo, se la robo una mujer.
Los Eslibes son humanos pero de baja estatura y con los brazos un poco mas largos, pero grandes luchadores y grandes estrategas para las guerras.
Apunto al corazón del rastreador y soltó la flecha, la saeta hizo blanco y salio por la espalda, los otros se quedaron desconcertados sin saber de donde había disparado, formaron un circulo para intentar encontrar de donde salio la flecha.
Era la mejor arquera de su tierra y seguramente la mejor de todo mundo profundo.
Silbo otra flecha y se incrusto en el ojo de uno de ellos rompiéndole el cráneo. El hombrecillo cayo inerte como un árbol recién cortado.
Puso otro dardo en el arco y lo lanzo contra los Eslibes acertándole a uno de ellos en la pierna izquierda haciéndole saltar y romper el circulo.
Ato su cuerda a una flecha y la lanzo contra un árbol haciendo una liana y pasando por encima de sus cabezas con su falcata en la mano cortando miembros y cabezas a mansalva.
Subida a otro sauce vio como los pocos Eslibes que quedaban salían corriendo, rezando a su diosa para que les perdonase la vida por no poder recuperar la corona de la diosa.
Bajo del árbol, recogió la cuerda, las saetas perdidas y las devolvió al carcaj.
Cruzo el bosque de las Ánimas perdidas a un paso rápido, no se quería encontrar con nadie mas por el bosque y además estaba anocheciendo.
Llego al reino de Konglol pasada la media noche, busco una posada para dormir, el día había sido muy largo.
Se sentó en una mesa mientras los hombres la miraban con ojos de deseo.
-- Una mujer como tu no debería estar a estas horas sola en un sitio como este--Dijo el posadero mientras la dejaba una jarra de vino sobre la mesa. Le miro con cara de odio y el posadero retrocedió asustado.
Es rubia,1´80, pecho voluminoso, se llama Sorana y es una ladrona. Pero busca algo, busca una piedra, una piedra con todo el poder.
Continuara, a lo mejor.


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