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Ibis

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Cicatriz, 16 de Enero de 2014. Respuestas: 4 | Visitas: 623

  1. Cicatriz

    Cicatriz Poeta recién llegado

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    16 de Enero de 2014
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    – Sobre aquella tumba reposa el hombre al que busca. Y escuchó bien, dije “sobre”, pues no duerme bajo tierra, está sentado en la lápida.
    Me asusté. ¿Qué persona en su sano juicio no se asusta ante semejante parábola? Los cabellos blancos, largos y desalineados caían sobre su frente. El ojo izquierdo le hacía falta, y en su lugar compensaba con más piel. Un único diente cuadrado sobresalía de su boca. Era una graya en su máxima expresión, pero su carácter bonachón me tranquilizaba.
    Volví de súbito a las advertencias. La anciana señalaba con su farol aquella siniestra lápida, que se erigía torcida en la tierra. En ella no parecía haber nada más que unas cuantas letras talladas. Sus bordes de piedra habían sufrido el andar de los años.
    Era la única lápida en aquella sección de la Chacarita. Después no había nada más que plantas encorvadas y puro terreno virgen.
    – ¿Quién es usted? —pregunté a la vieja mujer, aunque ya sabía de su identidad—.
    – Más le vale no volver a pensar en eso, m’hijo, o las pesadillas serán eternas.
    Había en su habla una mezcla de paisanismo con erudición. Nada era más tenebroso que escucharla, a excepción del vestido en luto que llevaba puesto.
    La noche inspiraba terror, a pesar de que yo no suelo temer a la oscuridad. La luna era amarillenta, mas no completa. Algún búho perdía su chistido en la brisa. Sin embargo, no había viajado desde mi biblioteca hasta aquel podrido cementerio para perder una pulseada con la cobardía.
    La anciana me miró y alzó su única ceja, y sin esperar orden más explícita comencé a caminar hacia delante. No vi su avejentado cuerpo desaparecer entre las sombras, pero extrañamente me di cuenta de ello.
    La lápida se encontraba a eso de quince metros. Una rara luz me guiaba hacia ella. En el trance, un leve temblor sacudió el suelo. A un lado mío (derecha o izquierda, no distinguía), emergió desde la tierra otra lápida, más pequeña pero igualmente gastada. El proceso se repitió y se alzaron tres lápidas más. Increíblemente, y ante aquel fenómeno tan antinatural, proseguí camino hacia la piedra fúnebre que era mi objetivo. Las otras continuaban emergiendo de la tierra. En ellas, cual runa profana, la imagen tallada de un libro abierto distraía a mis ojos.
    No pude evitar vislumbrar cómo de las lápidas surgían unas siluetas rojas fantasmagóricas. De ser mera esencia escarlata, pasaron a formar una imagen más nítida; primero de un griego luchando con un persa, luego algún personaje de Las Mil y Una Noches, una palabra latina...
    Los fantasmas rojos se paseaban delante mío mientras yo me acercaba a aquella lápida diferente a las otras, más grande y más torcida. Cuando ya estuve frente a ella, sacudí el polvo que la cubría. Allí se dejaban leer un par de palabras antiguas que, como todas las cosas que son y que fueron, ya conocía. Ars Moriendi, rezaba el epitafio.
    Bajo esto había algo más escrito; algo que, al leer, me erizó todos los vellos del cuerpo: mi nombre tallado adornaba la piedra fúnebre. Pronto mi sorpresa se convirtió en fascinación. Tan feliz como calmado, supe que el ansiado momento había llegado. Ya no tenía nada más por conocer, nada más por saber. El pecado de la ignorancia se había convertido en algo imposible para mi persona, para mi mente.
    Me senté en la lápida, y contemplé aquel teatro que las siluetas rojas ofrecían sobre el camposanto.


    Cicatriz (Manuel Bavaresco)
    16/01/14
     
    #1
    Última modificación: 16 de Enero de 2014
    A Elisalle y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. tyngui

    tyngui Poeta que considera el portal su segunda casa

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    muy buen trabajo, abrazo cordial
    tyngui sanchez
     
    #2
  3. Elisalle

    Elisalle Poetisa

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    Misterioso, enigmático. Yo me pregunto: ¿A quién se le ocurre ir de noche a un Camposanto?
    Y no digo por ti porque fuiste, pero habiendo tanto día, otras horas...
    Había una razón, "Estás muerto.com". tal vez, sea en otra vida. Pero ya, me voy a la parte
    narrativa. Me gusta la capacidad que tienes para describir con exactitud y hacerlo atractivo,
    cualquiera no tiene esa facultad. Me pareces un buen escritor o quizá lo eres, este
    trabajo no deja indiferente, yo creo que a nadie que lea, no serán muchos, te advierto.
    Los compañeros algunos se asustan de los escritos extensos pero se pierden de aprender
    porque la verdad es que yo aprendo contigo. La forma en que detallas las personas,
    las locaciones, que en este caso son bien especiales por decir lo menos y con buen
    argumento que al final, en el cierre te quedas viendo las imágenes y el lector
    marcando "ocupado, riiiiiiiiiing...". Muchas gracias. Saludos Cicatriz.

     
    #3
  4. Cicatriz

    Cicatriz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    16 de Enero de 2014
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    Muchas gracias a vos, Elisalle. Me estás ayudando mucho desde que llegué al foro, leyendo y comentando.

    Es verdad. Nadie (me incluyo) en su sano juicio e ignorancia se atrevería a ir de noche a un cementerio. O, si lo hace, por lo menos pasaría una muy mala noche. Seguramente habrás notado que escribí "nadie en su sano juicio e ignorancia". Te explicaré por qué: al final del cuento, se revela que el protagonista es alguien que lo conoce todo, que llegó a poseer la erudición suprema acerca de todas las cosas que son y que fueron. Eso es imposible, pues a cada momento surge algo nuevo. De todos modos, las letras nos dejan vivir lo imposible. Volviendo a lo anterior, al tener el conocimiento máximo, el protagonista muere, pues la vida del ser humano está consagrada al conocimiento (en mi opinión), y al alcanzar su objetivo principal, la persona ya no tiene nada más que hacer en el mundo de los vivos. Por ello lo abandona.

    No queda más que agradecerte otra vez. Saludos!
     
    #4
  5. Cicatriz

    Cicatriz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
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    Muchas gracias. Saludos.
     
    #5

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