Ideas peregrinas bajo un eucalipto

Me voy a tomar el fresco...no se dónde está, quizás bajo un eucalipto, sólo espero que no se desgaje y me rompa el cráneo, produciendo un gran escape de ideas peregrinas que habían fracasado en intentos de fuga previos. Las ideas peregrinas son particularmente jodidas, pues son empecinadas y nada las detiene y por otro lado, se les desconfía, por ser así... "peregrinas". Es decir, ideas inquietas que van de acá para allá. Algunas veces con un plan u hoja de ruta (asfaltada o de ripio) y otras, sin rumbo definido, ir por donde se presente la ocasión. Los rumbos elegidos al azar llevan a encrucijadas que a veces desorientan. Si hay algo que me fastidia es ese cruce de caminos de mierda que me obliga a elegir, casi como una condena, como dijo el francés. ¿Culpo a las ideas peregrinas? No se... "¡Ah!"... me acaba de cagar la cabeza, un pajarito del Averno. A lavarse los cabellos nuevamente. Es evidente, que esta idea peregrina de tomar fresco debajo de los árboles con pajaritos aviesos no ha sido del todo feliz. Iré al tanque australiano. Aguardo que sea una idea mejor. Aunque ahora tengo mis dudas... Lo miro al zorzal que camina no muy lejos de mí y él mira de reojo. Lo miro y me pregunto si no fue ese degenerado quien arrojó su escatológico bombardeo... la madre que lo parió...​