Ideas.

Caí, resultado funesto de un rechazo, el rechazo de los ojos que idolatre por vidas e incontables muerte, ahora en el piso solo imploro piedad a la muerte para que con su lúgubre velo asfixie ya este dolor tan eterno que recorre mis entrañas envenenando cada célula de mi ya podrido cuerpo.

Y encontrándome aquí, bebiendo ya del dulce vino del olvido, aun con esto las memorias de un pasado se adhieren a la mente como sanguijuelas a la piel de un inconsciente, para seguir bebiendo del néctar de mi dolor hasta sacar la última gota del elixir de la vida.

Ya de llorar me he cansado, de reír me he fastidiado, de gritar me he enmudecido tan solo me queda la poca prosa que habita en el filo de mi pluma y se diluye en la tinta de idóneos murmullos lejanos que con el tiempo se van acercando hasta formar gritos en mi cabeza que solo cesan con la lira de un poeta.