Ii - Dios Me Salve A Mí Mismo

II



Dios me salve a mí mismo
Lleno soy de gracia el señor es conmigo
Bendito yo soy entre todos los hombres
Y Bendito sea el fruto de mi mente


¿Amén entonces?
¿Por el clavo, también por la corona?


Yo de pronto, colgado a sangre herida
Y de vez en cuando
Todo vuelto a mi muñeca, la rodilla
La forma del pié, que he visto con la herida
La lanza, que corroa mi costado, también
He dicho la oración…


Dios me salve a mí mismo
Lleno soy de gracia el señor es conmigo
Bendito yo soy, entre todos los hombres
Y Bendito sea el fruto de mi mente


Bebe té


Todos mis clavos a tu estigma.

 

Hola, Cristo, poeta de sí mismo (del hombre, del hombre sufriente cuya visión es el triunfo pleno), te saludo. Has hecho un trabajo brillante al sentirte "bendito... entre todos los hombres". Por otra parte: es verdad: la mente es algo poderoso. Es la batalla más grande entre los distintos rostros de las decisiones, entre la fé y lo contrario, entre lo real y lo ficticio, entre la verdad y la mentira. Tu poema es un reto. Es una confrontación. El poeta se coloca en el lugar de hijo de hombre maldecido en un madero... o acaso no sea ahí, pero evoca con las imágenes el lugar. Como lector diré: me bebo, o bebo té. Sorpresivo verso: "Todos mis clavos a tu estigma". Te felicito. Noto en tí una búsqueda en temáticas que se salen fuera de lo común. Por eso, te animo, poeta. He visto (hoy) otros poemas tuyos y puedo enfatizar que eres un poeta brillante en temas poco recurridos. Tal vez esa sea la razón por la cual muchos sigan de largo. Tienes unos poemas en "cero" respuestas que son excelentes, a la espera de un lector que, aparte del poeta, los sienta y los reconozca. Recibe un abrazo desde la bella isla de Puerto Rico,

Herbert Luna

 

Muchas gracias por tu comentario amigo Herbert, la verdad es que hasta me haz subido el animo, agradezco enormemente tus palabras.

Te mando saludos desde chile.