1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Imposible

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Jacobino, 8 de Noviembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 481

  1. Jacobino

    Jacobino Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    23 de Diciembre de 2009
    Mensajes:
    293
    Me gusta recibidos:
    6
    Tras mucho tiempo de no verte y sin embargo desear estar contigo, hablar aunque sea una vez más de todas nuestras conversaciones ya perdidas entre el polvo de todo cuanto pasó... tras casi haber desaparecido el uno del otro, haber borrado la palabra amigo, sin un motivo, un día cualquiera, te llamo y digo: "voy". Y dices: "vén" y acordamos que en tu casa, la hora y concluyes afirmando que me aguardarás con ilusión. Y hoy, a media tarde, he salido de ciudad para ir a tu encuentro, apenas unos kilómetros hasta el arrabal donde aún resides. Con el tiempo suficiente para llegar a ti a la hora convenida, sin retrasos, sin cansancio, todo, amigo, controlado... Más el tiempo juega esta jornada a enredarme, a hacerme temer y aún no sé el por qué. Y quizás al final de mi relato aún no lo sabré. Cojo una calle equivocada, vuelvo atrás, en la avenida principal me oriento y observo que transcurren los minutos demasiado rápidos. Encuentro a un antiguo conocido, unas palabras, le digo que debo de marchar... me voy con el rostro sonrojado, hay cosas que no se pueden explicar. La calle que pienso es la correcta ahora se ha hecho más largo de cuando tantas veces la recorriera. Debo cruzar muchas más manzanas, demasiadas, parece que empieza a anochecer mucho antes de lo que debiera. El reloj es un soldado que dispara contra mí desde esa muñeca donde se halla amarrado pero hace lo que le da la gana. Temo que no podré venir a verte, temo que me pierdo entre calle y calle, que cada revuelta me parece la anterior. Amigo, tantos años pasaron que ahora me siento viejo, estoy cansado y parece que no voy a seguir poder andando. La cita se difumina en mi mente, se pierde entra la niebla de mis sentidos abotargados, semidesnudos ante una realidad que parece un sueño. Ya pasó la hora de nuestro encuentro, y sé que no llegaré, sigo andando y me temo que de modo circular, serpenteando, transversal... sé donde está tu hogar, pero no no doy con él, no sé por que lado he de tirar, ante que tiendas pasar, que casas blancas observar... todo ha cambiado como si estuviera en el escenario de un teatro y buscara el primer acto cuando éste ha sido superado ya.
    Me es imposible llegar, siempre lo fue. Siempre me ha sido imposible caminar una senda hasta el final. Es un sueño maldito que me persigue como si el tren de la bruja se hubiera saltado sus raíles y la emprendiera tras de mí a escobazos. No llegaré, solo sé que no llegaré, que mi tránsito se interrumpe en cualquier lugar, en un rincón igual que los demás rincones. No quiero dar la vuelta y regresar a casa, llorar en mi habitación, escondido tras las paredes que tantas veces me han cubierto de enfrentarme a la verdad. Por eso continuo con los pies agotados, con mi mente en blanco, los brazos reclamando que me detenga ya, que yo no así... no llego nunca a ningún sitio, me rindo y doy la vuelta, perdiendo una a una cada cosa por la que merece andar hasta el final.
    Envuelto en la noche y perdido en ella sigo deambulando por un barrio extraño que antes fue algo muy familiar. No sé a dónde voy ni porque sigo. Sé que ya no me esperas, que la cita pasó... mis pies son trampas para el ser que nunca ha vencido en nada y ahora lo llevan de la mano de un castigo que yo mismo no quiero terminar. Es así: lo imposible es así.

    8 de novembre del 2010.
     
    #1

Comparte esta página