Incertidumbre (imagen 8/diciembre 2019)

¿Me esperas? Dime, por favor
o por casualidad ¿Me esperas?
¿A cuántos pasos de mis mañanas rojas?
¿A cuántas curvas de mi esperanza cansina?
¿En qué recodo de la rosa mustia?
Nosotros nos habíamos agotado
de los cuervos trajeados diurnos,
de los blancos escándalos de la noche
y las convencionales sinalefas políticas,
queríamos sueños para recordar,
queríamos una vida fantasiosa.

¿Me esperas ahora? ¿Cuántas veces
en el instante que me conmueve?
¿Cuántas mariposas has contado en tu jardín
mientras tanto? Mientras tanto pienso
en contar las mentiras y las excusas
y me visto con la ropa azul que te gusta tanto,
pero descalza, me interesa sentir lo que piso.

Por este boquete miro el viaje
¿Me estarás esperando? No sé dónde estás
¿A cuántas olas de este mar, cuántas tormentas
nos dejarán más cerca? ¿Y el colibrí?
¿Cuántos de sus segundos por noventa veces
tendrá que aletear para buscarte?

¿Me acompañarán estas palomas,
y vendrán con una rama de tu olivo en el pico,
cuántas palabras habrá en el camarote?
¿Cuántos camarotes habrá en el barco que no veo?

¡Ah, la matemática! Señora de la lógica,
señuelo del tiempo disfrazado de números,
nunca podrá medir la distancia
entre dos almas condenadas a la pérdida.

Sin embargo y sin embargo del camino
la desafiaré, no moriré en el intento
no sé dónde, no me ahogaré en él
con mi miedo atroz, o sí, o sí, pero:
¿qué importa? Solo una pregunta
que empuja hacia este abismo de pájaros,
cielos y aguas grises, quizás me esperes
en el fondo de todo como una gran respuesta.
O no.
​

 

Qué auténtico poema, Ropitella. Fue como si los versos se abrieran camino por el butrón de la pared y llegaran lejos, muy lejos.
Incertidumbres, esperas, recuerdos y vivencias... y una duda que siempre nos acompaña.
Me gustó mucho, Ropi... y es que cuando te pones a escribir, te pones.
Un gran abrazo desde este boquete.

 

¡Ja, ay, Mago Alonso cómo se conjugan las respuestas en las causalidades del tiempo! Estaba citando un poema tuyo mientras tú comentabas este. Nos des-encontramos en los encuentros, pero al final nos vemos. Te aprecio mares, gracias infinitas por llegar hasta mi boquete. Abrabesos en tu alma

 

Si es que los boquetes comunican, ya te dije. Lástima que no pueda mandar por él un pedazo de jamón con destinataria precisa. Esperaremos la banda ancha de datos y jamones, je je.
...Y abrazote que si que llega.

 

Las respuestas olvidadas... Mago Carlos, no puedo olvidarme nunca de tus respuestas siempre tan generosas mi amigo. GRACIAS infinitas y totales por tus huellas que dejan rastros muy marcados en mi corazón. Te aprecio mares y océanos límpidos y de muchos colores. Abrabesos en tu corazón tan cercano.

 

Ahora que ya es 2020, mi primer GRACIAS gigante va para ti, Mago Carlos, nuevamente. Abrabesos en tu alma que siempre me da ánimos. Que este año seas infinitamente más feliz que el anterior, segundo a segundo.

 

Claro que llegan los abrazos y se reciben con inmensa alegría. Lo del jamón... no sé si lo veremos en esta vida, pero está escrito, ja. Abrabesos en todas las notas.

 

Maravilloso hemidiálogo o carta de amor y de olvido al viento, tejido con imágenes afectivas de alto vuelo lírico.
Y he volado con tus palabras

 

¡GRACIAS infinitas May! Se puede volar cuando se tienen las alas de la imaginación bien dispuestas y la sensibilidad para desearlo. Me alegra que tus alas y tu sensibilidad estén tan dispuestas. Abrabesos en tu alma bella.