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"Ira"

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por Nicolás Zzcko, 18 de Junio de 2012. Respuestas: 1 | Visitas: 1121

  1. Nicolás Zzcko

    Nicolás Zzcko Nicklas Trejo

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    14 de Junio de 2012
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    calle-desierta.jpg

    La primera, la segunda y la tercera.


    Precedida de la cuarta.
    Ira, como me causa risa o a veces dolor en mis manos a cuasa de golpear el primer objeto que se ponga en mi camino, o que a veces sentirme solo es mejor en esos momentitos de drama.

    Venía de casa de un gran amigo que pronto se ira en busca de sus metas, pero esa es otra historia.
    La luz no se presentaba por que era de noche, -creo que eso es bastante obvio-, además de tener pensamientos rebeldes, la anarquía se moderaba con las reglas, leyes y normas de una constitución con limites que se cambian según la época.

    Con mis manos en los bolsillos y mi cabeza de humo grite al cielo y resonó en la calle:

    -¡Maldita sea!, ¿por qué los ilusos creen que seguiremos las leyes que se publican en un librito si ellos mismos no las siguen?
    Mientras seguía pensando en los "Derechos" que tiene cada cosa viviente sobre la faz de la tierra, un desagradable perro me abría el hocico y con su estómago hinchado noté su pene y su cola saltando al compás de los ladridos. Era un perro totalmente negro, su faz era de violencia y cansancio. El perro oyó mi estúpida queja y se abalanzó a mis pies en protesta a mi grito. Noté que estaba a punto de llegar a mi hogar, quise desahogarme con ese perro y corrí para que me siguiera, corrí como yo solo sé correr, actué como yo sólo sé actuar para que el perro iluso y desafortunado oliera mi miedo actuado, mi aroma a sudor y maldad mezclada.

    Seguí corriendo hasta llegar a un andador principalmente constituido de piedras calizas y cemento barato, el andador era iluminado por una luz que venía de un poste que se colocó ahí para los peatones y la luz era bronce con destellos cromados por el cristal bruñido de resplandeciente faz, la faz era de horror, los pinos que adornaban el andador parecían huertos de vid. ¿Vid?, sí, se asemejaban a la vid, no sé por qué pero simplemente esa impreción me daba.

    En el espeso aire que brumaba en mi rededor noté y avisé la precencia de "ratasviejas"-como le dice mi papá a los murcielagos-, me gusta más este termino por que me gusta la idea de que a las ratas le salgan alas y me acompañen como testigas de mi cruel acto.
    Solté una risotada, mire a los ojos de aqueél cansado perro y supó que el aire era más pesado en mi presecencia. Mire mi reloj -12:30 am-, mire la calle -solitaria-, mire al perro... Resignado.

    Las "ratasviejas" revoloteavan conmigo, me respetaban y disfrutaban la luz de bronce.

    Caminé, no, más bien me deslice hacia el perro. No dio paso alguno, se quedo frio por aquella postal o por verme como su muerte, después simplemente mi pecho sintío un gran dolor, me apiade de él y por que eso es lo que hace un perro, ladra para proteger su territorio.
    ¿Qué culpa tiene este animal de ser lo que es?.

    Acaricié su pelaje, le pedí perdón y le supliqué que no me persiguiera más.
    Él no alzó la cara, seguia sentado, sin mmoviemiento, no presté más atención de él y di la media vuelta para ir a mi hogar. A mis espaldas una silueta de presencia diambulante y pecora me veía fimemente. -si no recuerdo mal di los 360 grados para estar seguro de no exponer mi mala conducta-, Él desaparecío su presencia, enseguida supé quien era y me invadió un sentimiento abasallante y abrumador, -como las olas del enojado oceano-, con el miedo obviamnete claro seguí mi camino y no le presté atención, solamente vi que en su mano derecha llevaba una correa de cuero vivo y colmillos de ratasviejas. Cuando pase a su lado él me habló diciendo:


    - Por qué no le hiciste nada,-su aliento era frio y estremecedor-


    Con el espirítu y autonomía de Dios que poseía a causa de mi arrepentimiento le dije:
    - El perro me enzeñó el por qué de las normas, leyes y reglas.


    En serio, y cómo fue?, ya que te escuche a lo lejos y sonabas muy enojado, lleno de rabia, de ira.


    Sí y todavía la siento, la impotencia me hace sentir rencor por las faltas de las personas que carecen de moral y educación, sé que la maldad y la bondad se complementan, una sin la otra no pueden vivir.


    -Entonces, por qué no matasté a mi perro?!, por qué no descargaste tu furia con él, él se entrego a tí, pusó su miserable vida en tus manos, una vida llena de hambres, maltratos, golpes y malagradecimientos. ¿por qué osas seguir con su sufrimiento?.


    -Yo no soy nadie para quitarle la vida al ser que la posea, la rabia me hace perder el control, y por eso el perro Cerbero me enseñó lo que tratabas de quitarme...
    Las reglas, normas y leyes se crearón para vivir en respeto de la vida de los demás, no es mi problema si las siguen o no, no me incumben si no es en contra de mi persona, pero el que no las sigue y encima las rompe va a estar contigo, eso me hace pensar mejor, ya que mi impotencia desaparece un poco. Yo no soy el que condena a los demás, pero si sé que alguien lo hace y con eso me conformo. Por poco y me tomas, pero el semblante de Cerbero me ablandó, las ratasviejas me protegieron y la noche me auxilío, y gracias a tí mis dudas se aclararon.

    -Bueno, es muy tarde, pero no me doy por vencido, yo vivo en los detalles.

    -Por eso golpeó las cosas-dije con gracia-

    Me despedí, -lo que a él no le gustó, imaginen por qué-, oré en mi mente y agradecí por la vida, las leyes y las personas que son justas, pedí por loas enfermos y por todos los perros maltratados del mundo, llegé a casa y le pedí perdón al mio.
     
    #1
    Última modificación: 18 de Junio de 2012
  2. Ricardo Linares

    Ricardo Linares Invitado

    Buena historia nos compartes Nicolás, cierto es que las leyes son para cumplirlas, aunque aquellos que las hicieron son inmunes a ellas, algunas veces la vida nos pone a prueba para comprobar nuestra forma de ser como en tu relato, aunque sea ficción hay cosas parecidas, ha sido un placer leerlo, saludos y estrellas.
     
    #2

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