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Jon Smith Pérez. Cap. nº1: Un nudo más en la red.

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ARIEL TORRE Y MOLINO, 28 de Junio de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 498

  1. ARIEL TORRE Y MOLINO

    ARIEL TORRE Y MOLINO Poeta que no puede vivir sin el portal

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    Cap. nº1: Un nudo más en la red.
    La llamada fue un paso premeditado por la trama adicta a los puzzles,
    esto era una simple pestaña del ojo más buscado en la ciudad,
    el caso era fácil para Jon Smith Pérez;
    los dos hombres en la cama sabían demasiado:
    Ellos eran amantes, de las armas y del sexo hardcore,
    estaban ahí sentados en el borde de la cama mirando a Jon S. P.
    disimulando entre las sabanas un revolver de 9mm y una caja de balas,
    evidencia clara-mas el muerto-un tipo que agonizaba cerca de la puerta de salida.
    Todo estaba al dente; una llamada echa por uno de los dos gays advirtió de lo ocurrido,
    paso una hora para que llegaran los policías y 30min después el detective Jon S. P., luego en 20min llegaron los vecinos contiguos del apartamento en cuestión, uno de ellos aseguraba a un policía que cuidaba la entrada, que él había escuchado mucho ruido no hacia mas de 1hora.
    El detective levanto la mirada y trago saliva, encaro a uno de los dos hombres con un tono sarcástico, más bien melodramático, dijo:
    -¿te gustan las pistolas grandes verdad?, pero al parecer él no estaba invitado a la “fiesta”-bajo la mirada al tipo en el suelo que gemía moribundo mientras un policía llamaba a los paramédicos por su radio.
    -y tú?-mirando al otro hombre- parecen enamorados, se nota que es una relación antigua.

    Ahora bien-continuo el detective-, me podrían decir que hace un tipo agonizando en su apartamento y dos gays escondiendo un revolver en una cama recientemente “agitada”?.
    Los dos hombres descubrieron el revólver, en un silencio calmado, casi letárgico, miraron al detective con los ojos llorosos, el primero-Marcos- tomo las balas, cuatro balas, doradas, se acerco a un mas al detective, estiro su mano y dijo:
    -no tenemos nada que ver con ese tipo, revise el revólver y las balas, revise al tipo ese está muriendo, nada se, nada sabemos, solo queremos que se resuelva esto de forma expedita-entrego las balas, el otro hombre-Juan- entrego el revólver, volvieron a su lugar como un par de robots, se abrazaron cariñosamente diciéndose “todo va a pasar, tengamos fuerza”.
    Jon S. P. tomo con cuidado de no manchar con sus huellas la “evidencia”, se acerco al perito encargado, el ambiente era denso, nebuloso, silencioso, había un extraña sensación en el suelo, como cuando se acerca un temblor, algo seguramente iba a hervir en ese lugar de un momento a otro…el detective abrió la ventana, inspiro moviendo los brazos como si aleteara, en eso el tipo en el suelo dejo escapar un pedazo de metal ensangrentado, vomito mucha sangre, sus ojos se volvieron hacia arriba, los paramédicos saltaron de la impresión, el tipo balbuceo entre la sangre unos nombres ininteligibles, pero con la fuerza de quien grita a dios salvación…
    -no!!, no me dej….puuuaajjj!!, no por favor!! No me dejen morir…puaj puaj…ellos estaban aquí, ellos estaban aquí, ayúdenme por favor!!!...sebas….se….tian…..la calle roja…el….el….cruz negra….puaj!!!...-
    fue lo último que salió de la boca del tipo, aparte de la sangre y lo que finalmente y con gran asombro se percataron que eran pedazos de un cuchillo roto clavado en su garganta.
    La situación había girado a lo que no hace más de minutos eran los evidentes culpables, los dos gays, a dos testigos de un claro homicidio, algunos nombres y al parecer un lugar donde buscar.
    Todo se ventilo en un brusco cambio de percepciones, prejuicios, demasiada imaginación, demasiado indudable ,falsa impresión, como no culpar a los gays de todo esto al mirar la situación al calor de la sorpresa, quien se habría imaginado que solo hacían el amor, que jugaban con ese revolver a intimidarse, juegos sadomasoquistas, quien habría imaginado que Juan había contratado a Marcos para tener esa tarde de sexo, de perversión sexual legal, solo eran dos tipos como seguramente habían cientos haciendo lo mismo en apartamentos escondidos, en citas pagadas, lejos de sus vidas comunes y desdobladas.
    El detective cruzo sus brazos y con una mano se acariciaba el mentón, mascullando una hipótesis de lo que ocurrió, pero nada que tuviera sentido ni hilo conductor hasta e l momento podía descifrar.
    Un flash espontaneo lo remeció, el temblor paso por la planta de sus pies y subió hacia su cerebro sin filtro, el balbuceo del tipo fallecido tenía sentido después de todo. Lo desvelo letra por letra literalmente, desincrusto el código sangrio del muerto fresco. Esto era una pista más de lo que venía persiguiendo hace dos días-si, estaba claro ahora!!-recordó ese nombre:
    “El Cruz Negra”´; el tipo lo dejo salir antes de morir por algo, también lo conocía, esto agregaba un nudo firme a la red que se venía armando, Jon Smith Pérez , sabía que la tierra se abriría cuando el gran temblor se acercara a sus pies. El caso era fácil, pensó antes de sonreír.
    CONTINUARA…
     
    #1

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