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Josefina Plá - Paraguay

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por VAGABUNDO, 13 de Marzo de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 9083

  1. VAGABUNDO

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    Josefina Plá
    (Islas Canarias, 1909).


    Poeta, dramaturga, narradora, ensayista, ceramista, crítica de arte y periodista. Aunque española de nacimiento, su nombre y su obra están totalmente identificados con la cultura paraguaya de este siglo. Radicada en Asunción desde 1927, Josefina Plá ha dedicado toda su vida al quehacer artístico del Paraguay y ha contribuido enormemente a su desarrollo cultural. Ha incursionado con éxito en todos los géneros y colabora de manera regular en innumerables publicaciones locales y extranjeras. Como merecido homenaje a su labor de tantos años, en 1981 la Universidad Nacional de su país de adopción le concedió el título de "Doctora Honoris Causa", galardón que se une a muchas otras merecidas distinciones de que ha sido objeto en los últimos años, entre ellas: "Dama de la Orden de Isabel la Católica" (España, 1977), "Mujer del año" (Paraguay, 1977), "Medalla del Ministerio de Cultura de San Pablo" (Brasil, 1979), "Trofeo Ollantay" del CELCIT, por investigación teatral (Venezuela, 1983) y "Miembro Correspondiente de la Real Academia Española de la Historia" (España, 1987). Con más de sesenta años de intensa y fecunda labor creativa y crítica, y más de cincuenta libros publicados hasta la fecha, nos limitaremos a mencionar aquí sólo algunos de los títulos más representativos de su extensa bibliografía. En poesía se destacan El precio de los sueños (1934), su primer libro, La raíz y la aurora (1960), Rostros en el agua (1963), Invención de la muerte (1965), El polvo enamorado (1968), Luz negra (1975) y cuatro poemarios más recientes: Tiempo y tiniebla (1982), Cambiar sueños por sombras (1984), Los treinta mil ausentes (1985) y La llama y la arena (1987). Su producción narrativa incluye algunas colecciones de cuentos, entre ellas: La mano en la tierra (1963), El espejo y el canasto (1981) y La muralla robada (1989). En teatro, es co-autora --con Roque Centurión Miranda-- de varias obras (Episodios chaqueños, 1933; Desheredado, 1942; y Aquí no ha pasado nada, premiada por el Ateneo Paraguayo en 1942) y autora de muchas más, entre ellas: La cocina de las sombras, Historia de un número (1969) y Fiesta en el río, premiada en el concurso teatral de Radio Cáritas (1977). De su prolífica producción ensayística y crítica más reciente sobresalen: Voces femeninas en la poesía paraguaya (1982), La cultura paraguaya y el libro (1983), En la piel de la mujer (1987) y Españoles en la cultura del Paraguay (1985).
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    Algunos de sus poemas:

    El viajero

    ...Y, de pronto, el viajero
    surgió. Sobre el sendero
    sus pies dejaban pálido,
    fosforente reguero.

    Vio mi mano en oferta,
    y dijo: -¿Es para mí?-
    (Yo no sé si despierta
    o en ensueños le oí).

    ...Extasiado, mirándole
    los ojos, se lo di...
    ¡Poder no pensar,
    poderse abandonar,
    como el pétalo al viento,
    como al fuego el sarmiento,
    como la astilla al mar!

    Caminito escondido
    Caminito escondido
    que te embozas en sombra
    y con grama te alfombras,
    y al silencio haces nido:

    Caminito escondido:
    eres humilde y breve,
    y tu surco es muy leve
    entre el bosque tupido.

    Medio sol de mañana,
    un poquito de luna,
    un hilo de fontana,
    son toda tu fortuna...

    ¡Poco tienes, sendero
    enflecado de sauces,
    mas tú sabes, camino,
    que breve, pobre, austero,
    en sombra, eres el cauce
    de un designio divino.

    También yo sé, camino
    que, aunque corto y umbroso,
    te vio el dolor celoso
    y el amor adivino;

    que alguna vez, acaso,
    pudo encontrarte al paso
    el hada de la suerte,

    y que, en noche sombría
    o en el claror del día,
    te sabrá hallar la muerte!



    El amor realizado

    XII
    El amor realizado es un sorbo de muerte
    que nos pasa los labios, que se filtra en las venas.
    El alma que nos cambia es más ancha y vacía:
    más triste y más sedienta, la boca que nos deja.

    Dentro del corazón, alárgase una sombra
    cada vez que los labios su antiguo vaso llenan.
    El amor realizado aguza en nuestros ojos
    del imposible anhelo la trémula saeta,
    y es paso que prolonga, en cruel hechizo mágico,
    ante la planta laxa la cansadora meta...

    Amor: perfecto guía para ir al encuentro
    del dolor apostado al fin de cada senda...



    Sueño
    XV
    A María Delgado Rodas

    ...Sueño que fuiste impulso de mi latido,
    y alas en mi anhelar:
    Te mata la vida que nutriste,
    como la flor el fruto nacido de sus galas.

    Afán que me hechizaste de tan triste,
    pensamiento clavado
    en mis frágiles pulsos; estilete sutil:
    a esa punta que hincaste pereces, traspasado.
    Loco sueño disuelto en mi sangre febril:
    ¡esa sangre te ahoga!
    ...Morir te miro, ensueño
    que fue yo toda -como fue tronco toda hoguera,
    y charco toda nube- en un trasvasamiento
    imperceptible, blando, como un deshojamiento de rosa,
    en un temblor de atravesada mariposa.

    Morir te miro, ensueño,
    como el árbol mirara arder el vicio leño
    cortado de su rama, o pudrirse la hoja

    de cuyo muerto libre saldrá la yema roja.
    Morir te miro, ensueño,
    y tu postrer tristeza es ya casi alegría,
    ¡y tu último suspiro es ya casi esperanza!

    ...Hoja muerta, que vuelves a la tierra madura:
    ¿en qué capullo nuevo, húmedo de ternura,
    renacerás mañana, ensueño en agonía...?

    Fuimos, en sueños compañeros
    Fuimos, en sueños, compañeros:
    la vigilia no nos unió.
    ¡Sólo en los sueños traicioneros
    su pie a mi paso se ajustó!

    Labios gemelos en el ansia:
    ¡no unisteis nunca vuestro ardor!
    Pupilas, astros de constancia:
    ¡nunca rimasteis un fulgor!

    Jamás la diestras se estrecharon;
    los labios sedientos no hablaron;
    pero el juramento existió.

    Nunca las bocas se besaron;
    ¡de los besos que no quemaron,
    brasa fue el doble corazón!
     
    #1

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