Jugando a ganar

Esta vez me he preparado a conciencia para el desafío; toda la semana la he pasado ensayando tácticas y estrategias para derrotar a mi adversario.., no podía fallar, en esta ocasión los dioses estaban a mi favor.
En un castillo encantado esperaba mi oponente.., bueno, en realidad era una residencia de ancianos en donde un guerrero enfundado en una vieja armadura me había hecho "morder el polvo" en todas las ocasiones en un combate que tenía lugar en un descolorido tablero de ajedrez. Pero las tornas iban a cambiar:
"He de controlar la mayor cantidad de tablero posible —pensaba yo al iniciar la batalla —, y desplegar la mayoría de las piezas de ataque..."
La cosa iba bien, mi oponente observaba mis movimientos y lo notaba incómodo, aunque no perdía de vista la acción.
"El sitio ideal para la caballería es el centro del tablero..", tal eran de precisos mis movimientos. Comprobé que los alfiles estaban en "buena forma".., he de proteger a la Reina; ¡¡que alguien proteja a la Reina!!.
La expectación iba aumentando a medida que se desarrollaba el evento; numeroso público se arremolinaba alrededor de la mesa, aunque algunos no sabían en qué consistía el juego, e intentaban apoderarse —como si se tratara de un "trofeo de guerra"— de alguna pieza que iba "cayendo en combate"...
—Señora, deje ese caballo,me temo que no se lo van a "canjear" por un refresco en la cafetería.
"El campo enemigo está despejado; pondré una torre en esa columna que no hay nadie.., aquí, en el centro protege al Rey."
El desenlace estaba próximo, esta vez la victoria caerá de mi lado.
"Ese peón desprotegido es un blanco fácil para la caballería". Pensaba yo saboreando ya las mieles del triunfo. Un movimiento más y.., por fin ganaría; pero entonces me di cuenta de una cosa.., me gustaba perder. Esto es; quería perder para seguir jugando todas las semanas con aquél "viejo guerrero". Si ahora ganaba, ya no sería lo mismo.., ya no habría aquella emoción del desafío, de pasar toda una tarde entretenidos con aquél juego. Entonces dejé al Rey "vendido" y.., escuché aquellas palabras que otras veces me irritaban pero, que en esta ocasión, me sonaron a una bendición:
—Jaque mate— y, —Vuelve cuando quieras perder otra vez...
Y así lo hice... ¡¡Pero la próxima vez ganaré!!..