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Jugemos a "Sincerarnos"

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por VagoGame, 7 de Mayo de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 583

  1. VagoGame

    VagoGame Poeta recién llegado

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    El calor en el pecho que provocaba la idea de tener a alguien que quisiera estar con él, emocionaba tanto al chico que su sonrisa era incansable e intensa, las personas notaban notablemente el cambio y ven cierta mirada viva que en el chico carecía, porque, el antes sufría por estar muerto en vida, él le dio la espalda a todo el mundo, escondía su rostro en una bufanda y camina entre las esquinas de una plaza, siempre escribiendo pestes sobre este mundo y el dolor que le causaba vivirlo. Una noche con el viento acariciando sus cabellos y su mirada perdida en el cielo, recibió un mensaje de texto en el cual decía: “hola, quisiera decirte que mi amiga desea conocerte, según ella te ve atractivo”. Sin darse cuenta su ideología de que el amor solo es capricho, un espejismo de ser algo especial por el constante mensaje de amor que estimulaba las cabezas de la gente que se alimentada con todas esas canciones de amor, películas con finales con un beso, libros románticos, poemas de amor, etc.
    La noticia tiño el color de la vida que estaba pasando dio una esperanza en la pupila de una dama extraña que quería invertir su tiempo en querer conocerlo, con el temor de que a la hora de presentarse el chico carezca de palabras por la timidez que domaba su actuar o decir. Preparo algo especial para poder romper el hielo cuando lo necesitaba y así poder evitar aquel silencio incomodo que para él era como caer en un pozo y no poder salir de allí. Preparo un juego, el cual lo llamaría “sincerarnos” el cual consistía en sacar preguntas de una bolsa y hacer argumentos respecto a la pregunta sacada y con la promesa infaltable antes de empezar este juego de hacer tres pactos: el primero, era no juzgar a la otra persona por lo que pueda decir, la segunda era ser sinceros no con la otra persona si no consigo mismo y la última pero no menos importante era de que nunca se hablara de las respuestas del otro, echo el pacto podrían dar inicio al juego.
    Cierta noche fresca como agua de lluvia y los ladridos de los perros que se escuchan a lo lejos parecían adornar el silencio del pueblo, y cierta estrella reflejaba en los ojos del chico con el corazón queriendo salir del pecho y la inseguridad jugándole en contra, la conoció... Tan bella mujer posaba su mirada a la desdichada vida de un joven que pese a su corta edad ya se sentía muerto en vida, de primera mirada él, la observo detalladamente como si fuera que la iba a dibujar, pensó la posibilidad de que ella podría ser un ángel enviada para regalarle una sonrisa a su vida. El chico tenía sus dudas si eran compatibles o no. Ella con mirada viva, la sonrisa verdadera, una sonrisa que de verdad era de felicidad y no por mera cortesía, en el momento saludar al chico cruza su aroma alrededor de su cuerpo se hayo entre su perfumen tanto que podría volar, sentía que podía escalar entre sus cabellos negros o perderse simplemente en el calor de sus labios o empalagarse del sabor de sus tan dulce voz, que con voz de niña pronunciaba su nombre y conversaba con sus amigas, el chico en aquella noche fría se llenaría de algo que en él, como otras cosas le faltaba, en esa noche conocería algo que hasta ese tiempo era desconocido o ajeno a él, se tuvo que llenar de coraje. Cuando los dos solos se encontraban en un banco de una plaza y con los amigos dejados de lado que solamente corroboraron para presentarlos. Ahora todo dependía del chico y su de su carta bajo la manga, el juego que habría creado para ese momento especial.
    Tomo aire y actuó con seguridad al momento de presentarle el juego, la idea pareció gustarle. Entonces el chico saco la primera pregunta de la bolsa la cual decía: ¿Alguna vez lloraste de alegría? El respondió después de pensarlo cinco minutos.
    - yo en verdad no llore porque no es mi costumbre nada mas pero si tuve la necesidad y es un sentimiento tan extraño tan grande que es algo inexplicable para mí, no sé qué decir para que entiendas. Aquel sentimiento lo experimente cuando mi madre me invito a acompañar a la escuela a mi hermanito porque mi hermanito de seis años iba a exponer un trabajo de ciencia de su escuela que traba de un pájaro llamado hornero ¿lo conoces?-
    - Claro que si- respondió la chica.
    - Bueno, a él le tocaba describir la madriguera del pájaro y fue muy conmovedor para mi verlo exponer fue cuando más saco su inocencia y escuchar articular cada palabra, casi por llorar susurre en mi mente “ese es mi hermanito”. Quizá te parezca extraño, no me alcanzan las palabras para explicártelo. Y Si nunca lo experimentaste, algún día de seguro que lo experimentaras.-
    La chica presto toda su atención a lo que decía el chico y con su mano saco un papel de la bolsa el cual decía: ¿te sueles preguntar qué dirá la gente? Ella respondió sin pensarlo dos veces:

    • confieso que antes si, era un pensamiento que constantemente estaba presente en mi mente, ¿el que dirán? Ahora esa pregunta lo veo tan estúpida y en realidad siento que me privo de muchos momentos y cosas que pude haber echo. Por no querer que se enteren o que vean y dijera la gente que no me conozca y diga allá va la borracha, loca o zorra. Cuando yo sabía la verdad, yo sabía quién era, y yo sabía qué hacía o no hacía.-
    El chico nuevamente saca un papelito de la bolsa, el cual lee en voz alta y dice “¿Cuál es tu ideal de mujer perfecta?”.

    • Físicamente yo no había de pensar en un ideal de mujer perfecta, para mí solo es distracción visual, tampoco la parte del perfil psicológico de la mujer perfecta, más bien el ideal que tengo de la mujer perfecta podría tomar muchas formas ya que mi único criterio es sentirme cómodo con ella y que su mente este habilitada, por así decirlo, para escuchar o debatir de cualquier tema o idea que ronde en mi cabeza.-
    La chica con sumo interés y sutileza dijo:

    • Decime la verdad, ¿vos te sentís sumamente cómodo con mi presencia? –

    La chica había terminado de decir eso y dio lugar a un silencio, no incomodo, si no al contrario un silencio acogedor en el cual solo se miraban y los ojos de aquella mujer parecía ser tan legibles como un libro, tan claro que en su mirada decía algo que cualquiera podría entenderlo, sus rostros por impulso de aquella fuerza desconocida se acercaron lentamente y sin pensarlo y solo dejándose llevar, el chico saboreaba los labios de la chica, tan delicados y pensó en ese momento que casi había olvidado el sabor de un tierno beso como ese.
     
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