¡ Kikirikiii !

Yo soy más importante que tú.
Y lo digo sin temor a equivocarme.
No obstante, puede que no sea verdad.
Si hiero tu sentido común, no me creas. Es sólo una sensación. Una emoción que me embarga.





Tú eres más importante que aquél.


¿ Te sirve de consuelo ? Vamos formando una cadena de favores.
Y así, sucesivamente. Pero la prioridad está toda, a mi alrededor.
Y así es cómo derrito la nieve virgen, con mi esfera energética; mi aura.
Impregno el ecosistema o medio-ambiente, de una fragancia sutil y personal.


¿ Demasiado ? ¿ Es una chifladura ? ¿ Te estoy tomando el pelo ? ¿ Te estafo ?


O solamente soy un payaso circense, que intenta volar con alas de cera.
Como Ícaro, para que los rayos del Sol de Justicia, las derritan y yo caiga en picado, desde gran altura.
Pronto lo sabremos.
Si desafío a los dioses del monte Olimpo, me mandarán rayos, truenos y centellas.





Como Prometeo, descubrí el fuego. ¡ Me meto en muchos líos ! Me falta inventar la rueda.


¡ Que alguien me saque de aquí !
Ser tan Señor de los jardines, es la apoteosis final.
Mi vida acaba, ¡ Tan temprano ! Porque tanto va el cántaro a la fuente,
que al final, se rompe.


O quizá, éste sea un discurso vano, del gallo del gallinero.

 

QUE ERES QUERIDO NONMO, UN GALLO QUE CANTAS TU QUIIRIQUÍ PERO NO COVENCES A NADIE...TUS POEMAS SI SE LES PUEDEN LLAMAR ASÍ, NO LOS ENTIENDE NI SAN PEDRO QUE BAJÓ DEL CIELO, PARA LEERTE Y COMPRENDERTE...ÁNGEL

 

Todos somos gallo y todos somos plumas, al final el autoengaño se convierte en realidad, me gustó tu interesante y original poema. Me parece que tu poesía ha mejorado al prescindir de un exceso de rima.

pd: llévate un día de vinos a tu amigo ángel, fijo que lo pasáis de puta madre..

 

Libra, gracias por entenderme. Vivimos inmersos dentro de nuestras propias células. Salir de ahí, es muy difícil, como para ver al otro, en toda su dimensión, y honrarle con labores bien hechas, por nuestra parte. La vida es un milagro y todo lo que sucede, ajeno a nosotros, es indeterminado. A veces, intentamos comprenderlo y controlarlo, pero en muchas ocasiones, los acontecimientos escapan de nuestra habilidad o capacidad. Hemos de rendirnos ante la evidencia de que podríamos no existir. O sea, que somos un proyecto de civilización. Un invento divino.


Ángel, quizá san Pedro no comparta mi visión de la vida, pero sí, san Pablo.
Porque san Pablo escribía epístolas a muchas comunidades cristianas.
Creo que también podría llevarme bien con el rey Salomón.