La buena providencia

Quise probar fortuna
bañe mis letras en oro de no sé cuantos quilates
y publiqué mi libro, lo confieso, me arruiné,
desde entonces vivo de la caridad de las letras,
escribo versos, tiendo mi sombrero en el suelo
y espero paciente a que alguien eche unas monedas,
curiosamente soy feliz,
ya no pienso en la fama y que reconozcan mi talento
posiblemente no lo tenga,
ya no clavo mi pluma como un estoque en el papel
esperando que el mundo se desangre a mis pies,
ahora escribo dónde y cuándo quiero,
en cualquier esquina,
confiando en que la buena providencia
mañana me dé de comer.
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Eres más sabio, y creo que también, más humilde.
Eso es posible y probable, que suceda.
Porque la Humanidad puede conseguirlo.

 

Quédate con..."curiosamente soy feliz".Un placer pasar por tus versos.