La calle de la eternidad

La calle de la eternidad

​

-Amigo, ¿sería tan amable de decirme dónde queda la calle 5347?

-Siga por esta calle que es la calle 18, cuando llegue a una gran avenida, la avenida 732, llegue hasta el cruce y gire a la izquierda; se encontrará usted en la calle infinito. Sólo le quedará seguir para encontrar la calle buscada. Pero, piense usted caballero, lo de amigo, y lo que digo, matemáticamente no es posible.

No hice caso y seguí sus instrucciones al pie de la letra. Ya en la calle infinito, que era la calle אּ 0 me dispuse a seguir hasta que llegué a la calle אּ1. Cuando ya estaba por la calle אּ 5348 comprendí las palabras del amigo. La calle infinita contenía todas las calles menos la que buscaba. Le debía una disculpa, yo nunca fui su amigo, ya que matemáticamente no era posible. Cuando iba de regreso la desazón se apoderó de mí; nunca regresaría a ningún principio, porque había llegado mi fin. Intenté encontrar una explicación, y necesitaba nuevamente hablar con el amigo. Pero... ¿cómo? Al momento vi acercarse, preguntando...

-¡Eh, amigo, ¿me puede indicar dónde se encuentra la calle 4759?

-Caballero, será mejor que la busque usted solo, porque usted y yo no somos amigos.

-¡Qué mal educado!

Pobre hombre, -pensé-. No sabe, que le acabo de impedir llegar a la eternidad.

-Dé usted las gracias, que si le llego a indicar la calle no habría solución para los números infinitos, y matemáticamente es posible.

-Pero oiga ¿no estamos en la calle 0?

-Un momento, un momento. Oigo números... ¡Corra y escóndase!

-Pero..., ¿dónde?, ¿cómo?, ¿porqué?

-No haga tantas preguntas y métase en el primer portal que vea.

-¡Es imposible!, pues están cerrados.

-Inténtelo, no tenga miedo... ¡Láncese!

Se escucha a la multitud, a los vehículos transitar. Los semáforos mantienen su cambio en el color. Algún claxon hace que me percate que estoy en medio de la calzada. Un perro se mea en mis zapatos, y un niño juega a cortarse las venas... Le ayuda su madre mientras mira sus uñas.

-¡Eh, pasmao!, qué quieres, que te atropelle...?

-¡Espere!, ¡espere! Me puede decir dónde me encuentro, busco la calle...

- ¿Se puede saber de dónde ha salido usted?

-Vengo de la calle 0.

-¡Va!, un chalao...

-¡Oiga, ¡oiga! -el vehículo se aleja-.

-Perdone, me puede indicar dónde se encuentra la calle... Vengo de la calle 0, pero nadie me indica su paradero.

-Este hombre no debe estar bien, -murmuraron-.

-Mire, vaya al policía aquel y dígale que se ha perdido; tal vez él pueda ayudarlo a volver a la residencia de donde no debió salir sin ir acompañado.

La ira cedió paso a las malas palabras.

-Es usted un hijo de puta, sabe, a personas como usted me las meriendo y me las ceno, ¡pedazo de cabrón!

-Mira, el tontito tiene agallas.

Me cogió del cuello, y cuando iba a darme la del pulpo llegó la policía.

-Qué sucede aquí, a ver...

-Nada agente, que este debe haberse perdido y dice venir de la calle 0.

-¡Cómo! ¿de la calle 0? Jajajaja...

-Por qué se ríe, agente.

-Me río, porque amigo, la calle 0 es la calle de los muertos.

-No es cierto, porque yo no soy su amigo, y matemáticamente no es posible.


¡Por fin! Me encontraba de nuevo al principio.

-Por favor, caballero, me puede indicar la calle 5347.

-Sí, amigo, al girar en el primer cruce, a la izquierda, llegará a la calle infinita...
No tiene pérdida; y le recuerdo, que se encuentra usted en la calle de los muertos.

 

Wow me atrapa los enigmas
​

…​

Ósea siempre la calle ahí y solamente giro en sus sueños….la calle de los muertos...esta en los enigmas de la vida de cada uno… ¿Eternidad nadie sabe?...eternidad donde todos duermen…y dan un segundo a volver.​

……​

Saludos. ​

 

Muchas gracias por la visita. La eternidad artificiosa sólo existe en los escritos perfectos...

 

Jajajjaa No creas que por pedir disculpas... Ya ves que el personaje o los personajes lo intentan, pero su irremediable e inculcado vocabulario los delata, y lleva de nuevo a la calle de donde nunca debieron salir..., porque el infinito sólo es posible en un hotel de infinitas estrellas, aunque el hotel (cementerio) sea pequeño... Un abrazo

 

Un abrazo infinito y mi gratitud por la espléndida lectura, matemáticamente... es divino soñar y escribir de tantas posibles encrucijadas.

 

Muchas gracias por la visita, y el comentario más acertado. Un abrazo