La calle de morfeo

Hay una calle oscura en mi cabeza,
donde el tiempo ocurría misterioso.

Allí quemaba el polen de la rama,
entre botellas rotas y cemento.

Me acompañaba siempre una guitarra,
de apagado compás. Junto , en secreto,

había un gato que aullaba en la noche,
y que a veces, se me mostraba en sueños.


Se enamoró de aquel mi juventud
Y bajo la luna llena de invierno.

Ahora aullan los dos y solitaria
tumba de carne, las hecha de menos.