" la campana "

Sólo era mirar sus ojos violetas y dejarte hipnotizar por aquel fondo aterciopelado, ondulante como un péndulo. Sentías una tremenda sacudida y te invadía un extraño sopor y caías rendido al mundo de los sueños, dueños de la noche.

Ante ti se abría una vasta playa sembrada de caracolas semiescondidas en la arena y acariciadas por las olas.

El cielo se teñía bajo la penumbra de la oscuridad, y cada vez se volvía mas negro, hasta abarcarlo todo y a tu alrededor se formaba un abismo inmenso.

En mitad de las tinieblas un rayo de luna desgarraba la faz de aquel universo interior, encerrado en la mente de cada uno, que se abría al paraíso de la imaginación a lomos de la fantasía mientras tus sueños se iban encadenando y envolviéndote entre deseos e ilusiones, adentrándote en un mundo más alla de la realidad. Allí donde sólo lo más profundo que sentimos y deseamos se hace posible para nosotros, los hombres. Allí no puede entrar el destino con su fuerza arrasadora capaz de cambiar todo a su manera, a través de sus caprichosos y misteriosos designios, muchas veces inciertos e incomprensibles.

La felicidad de aquel paraiso es eterna porque no conoce tiempo que la pueda destruir, ni espacio que la pueda acaparar, pues es tan infinita como el universo mismo y oculta dentro de sí muchos de los desconocidos secretos del hombre, de su pasado, presente y futuro.

Todo lo que es y pretende ser una persona se convierte en sueños, deseos e ilusiones, que son la verdadera fuerza que le empuja hacía adelante pese a todos los obstáculos. Pero siempre habrá por encima de nosotros esa bóveda inmensa bajo la cúpula de la noche, donde soñamos entre la fantasía y la imaginación que desplegará la campana que tañé martilleante para despertarnos a la realidad, que a veces comparada con el mundo de nuestros sueños parece tan imperfecta e irreal.