La casa maldita (1)

Robert Bibengton,un importante y renombrado psiquiatra de Estados Unidos,llega a un neuropsiquìatrico para realizar una de las experiencias màs importantes en su carrera.
Aquel neuropsiquiatrico,no tenìa muy buena fama,de hecho lo apodaban "la casa maldita",pero Bibengton hacìa oidos sordos a los rumores que le llegaban,dicha experiencia iba a ser un hito en su prestigiosa carrera.
Tocò timbre,y pronto se abriò la puerta a aquel "infierno",Magda Forfighter,una bella mujer de unos treinta años,sonriò y le estrechò la mano:"Buenas tardes Mr.Bibengton,es usted bienvenido".
Para sorpresa de Robert,los pacientes con un grado de locura menor rondaban libres por el hall del edificio.
Magda riò nerviosa y explicò:"los pacientes con patologìas màs severas estàn en los pisos de arriba".Robert comenzaba a sentir que algo no andarìa bien en aquella experiencia,al recorrer los pasillos hacia su oficina,donde vivirìa por unos meses,y estudiarìa los comportamientos de los pacientes en general.
Magda le abriò la puerta de su oficina:"pongase còmodo".Robert ingresò a la habitaciòn,era inmensa,pero a la vez lùgubre y tètrica,con volùmenes de enciclopedias antiguas,poca luz,paredes pintadas de marròn oscuro,cuadros antiquisimos.
-Gracias Magda,por la noche recorrerè el àrea restringida.
Magda contestò:
-No ira solo,lo acompañarè.
Y al finalizar la ùltima frase,la mujer saliò de la oficina y cerrò la puerta.
Cayò la noche y cuando el reloj marcò las 9:30,Robert se encontraba leyendo un libro bastante controversial sobre pacientes con un grado de locura severa,alguien tocò la puerta.
-Doctor,soy Magda.
Abandonò su lectura y abriò la puerta,para realizar una visita por el àrea restringida.
Al llegar,tuvo que dejar sus objetos al oficial que se encontraba relajado en la entrada,este les abriò la puerta que conducìa al infierno,dicha àrea estaba dividida por celdas y en cada una habìa personas con un grado de locura muy importante:muchos estaban maquillados,hablaban solos.Robert se detuvo ante una celda en la cual habìa un hombre,que no tenìa piernas,ni brazos,y en el piso se golpeaba la cabeza mientras gritaba y lloraba.
-Son peligrosos para ellos mismos,hay veces que no podemos medicarlos,ni darles de comer.
La voz de Magda lo sacò de su ensimismamiento.
Siguieron caminando y Robert se detuvo ante otra celda,una chica se encontraba sentada de espaldas en una silla,desnuda y con el pelo mojado,masturbàndose y repitiendo una frase incoherente.
Robert siguiò caminando junto con Magda,quien lo dejò en un pasillo,rodeado de personas que rondaban idas y hablaban solas.
Pronto la luz comenzò a titilar,por un momento todo quedò a oscuras,como si en ese momento la instalaciòn sufriera un cortocicuito.Las personas comenzaron a gritar desesperadas,y cuando volviò la luz,un hombre con barba lo tomò del brazo y dijo:
-Es la casa que està maldita,quieren matarnos.
Robert intentò tranquilizarlo,y con el corazòn latiendole a mil por hora,abandonò el lugar,para dirigirse a su habitaciòn.Esa noche no durmiò,siguiò leyendo el volumen que habìa tomado de la biblioteca.
De repente,la luz del velador,volviò a titilar,el reloj marcaba las 12:00 de la noche,no saldrìa de ahì...Aunque la curiosidad por saber que misterios ocultaba el edificio lo tentaba a volver a recorrer el sitio
(CONTINUARÀ...)