La crítica, la queja y el elogio

A menudo,
quizá con más frecuencia de la deseada,
la mentira se nos presenta con traje y corbata,
(cuando no de etiqueta)
tiene buena presencia y una labia
capaz de convencerte de lo que ella quiera,
esta clase de mentira tiene su hábitat natural
en las bocas que ostentan el poder,
esas que piden tu voto para luego darte la espalda
y que si te dejas convencer por sus acechanzas
son capaces hasta de comerse tu alma cruda para desayunar.
*
Escribo para mí,
y algunas cosas las comparto,
extiendo mi abrigo de mendigo en el suelo
y si alguien me echa unas monedas se lo agradezco,
si el mundo pasa de largo, pues qué le vamos a hacer,
“esta noche toca ayunar ”, me digo,
me voy a la cama tan feliz
a llenar mis sueños de estrellas
rezando para que amanezca
y quién sabe si mañana tendré para comer.
*
Llevo guardaespaldas,
soy un hombre importante,
mis decisiones afectan a millones de personas….¡es broma!
no conseguí los votos suficientes para ser presidente
lo que si tengo en una cuenta de twitter
como la de un presidente rubio que conozco que sí lo es
a través de la cual mando mis mensajes al mundo,
pero de momento,
no parece que le interese a demasiada gente,
menos a mi perro,
que en estos momentos me está mirando moviendo el rabo,
pero mucho me temo,
que no es porque le interese ni mucho ni poco
lo que estoy escribiendo,
sino porque intuye que se acerca su hora de comer.
***
**
*

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Está muy gracioso ese final. Seguramente la presencia del cánido es lo más tangible y lo más gratificante si...
Has hecho un tres en uno bien hilado.

Saludos!

Palmira

 

Yo he escapado de la mentira.
Otros, no.
Al parecer, la disfrutan.
Son los amores ciegos.

 

Hay amores que matan, esos que son adictivos.