La Cruz sobre la Montaña

Cerca de donde vivo hay una montaña. Es alta, 2765 metros dicen. Yo la veo desde 950 metros de altura –dicen-, así que no alcanzo a ver su altura total sino la diferencia: unos 1715 metros. Y se ve alta.

La subí, la primera vez, con mi padre. Él y yo solos. Él era un hombre cercano a los cuarenta, yo tenía ocho años. Mi padre no era hombre de andar muy equipado cuando de subir una montaña se trataba. Hacía mucho, mucho frío y llovió todo el tiempo una vez que estuvimos arriba. Mi padre perdió el camino y a un momento determinado, aunque nos faltaba muy poco –según él-, decidió regresar. Bajando me caí catorce veces por el empinado e irregular sendero de tierra; él se cayó ocho. Las contamos bromeando porque así asumía él los contratiempos. Estábamos muertos de frío. Yo le decía “daría lo que fuera por un café caliente”. ¿Cuánto darías? Me preguntaba él, y yo le contestaba diferentes cifras, hasta alcanzar la increíble cantidad de ¡CINCO BOLÍVARES! Él se reía. No me permitió desanimarme.

Pasado lo peor del camino también mejoró el tiempo y nos encontramos con otros montañistas que subían. Se quedaban extrañados al ver nuestra apariencia, que debe haber sido desastrosa llenos completamente del lodo oscuro del camino como andábamos, y le preguntaban a mi padre sobre mi edad: “ocho años”, decía él… “es la primera vez que sube al Pico” y yo recibía felicitaciones y miradas de admiración por parte de todos/as. Terminé pasándola muy bien y sintiéndome “un hombre” (es decir, importante), aunque ese día no alcancé a ver la cruz que, decía mi padre, estaba sobre la montaña.

César Guevara / septiembre y remembranzas - 2014.


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Caramba, quería agregar una foto pero no supe hacerlo.

 

Que bonita vivencia, un recuerdo entrañable para siempre!!! Me ha gustado mucho tu forma de contarlo, un saludo

 

Sí, fue una bonita vivencia, tal cual usted lo ha dicho. Me alegra que le haya gustado. Saludos.

 

tremenda aventura de esas que no se olvidan. Bueno traerlo y compartirlo por acá. saludos

 

Tengo unas cuantas así. Muchas gracias. Cuando recapitulamos sobre nuestras vidas descubrimos cosas asombrosas.

 

No hay nada que pueda comparar abrir ese baúl de los recuerdos...cuántas experiencias, cuanta vida a precio de oro, nada puede superar los recuerdos, algunos tristes, otros alegres... es volver a vivirlos aun ya estando viejos...es volver a ser lo que en algun momento de la vida se avento por la ventana .....Grato leerle poetea. no distinguiste la cruz, pero depositaste una.
Saludos desde México. Dios le bendice.

 

Mi padre tiene hoy en día 81 años y todavía guerrea. Sí, recuerdos, páginas vividas. Un saludo a la patriótica República Mexicana, Airesdeltiempo. Gracias por visitar mis letras y dejar sus impresiones acá.

 

que hermoso recuerdo, esos que quedan para siempre en la memoria y en el corazón, porque ha sido una experiencia junto a tu padre, sonreía mientras leía tu relato, especialmente en las caídas, gracias amigo, por compartirnos tu vivencia a través de esta hermosa prosa!!! Abrazos

 

¡Ajá! Así que te vas a reír de mis caídas (jajajajaja). En realidad tengo que repararla, porque ahora que la he leído por quinta o sexta vez, me he dado cuenta de que tiene ciertos detallitos que deben ser pulidos.

Muchas gracias por venir, joven amiga.