La decisiÓn

Los perfiles aburrían sus palideces
en la luminosidad enturbiada.
Los bohemios trasnochados volvían
con sus charlas repetidas,
los nihilistas insistían con su pesimismo
de la madrugada y las copas iban y venían.
Un hombre extraño tenía la mirada en el pasado
y sus ojos abiertos ni miraban ni veían.
Otra vez arrastraba sus fantasmas al viejo boliche.
¿ Porqué la había abandonado hacía treinta años?
Contra las probabilidades, la lógica, la razón,
en un reborde del destino, allí se encontraron
y allí se emborracharon juntos.
En la intimidad, borracho casi hasta el desmayo,
el hombre puso a la mirada de la mujer,
abriendo sus piernas, diez puntadas
que cerraban una cuarta de una mutilación.
¡Esto es, dijo! y no habló más.
En la tempestad interior,
la decisión le roba un instante al miedo.
Y en ese solo instante un solo balazo
baja el telón.
"Acta est fabula"(1)
(1) La comedia ha concluido.
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