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La Desesperación JOSE DE ESPRONCEDA

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por lobo111, 3 de Mayo de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 1153

  1. lobo111

    lobo111 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    La desesperación
    José de Espronceda

    Me gusta ver el cielo
    con negros nubarrones
    y oír los aquilones
    horrísonos bramar,
    me gusta ver la noche
    sin luna y sin estrellas,
    y sólo las centellas
    la tierra iluminar.

    Me agrada un cementerio
    de muertos bien relleno,
    manando sangre y cieno
    que impida el respirar,
    y allí un sepulturero
    de tétrica mirada
    con mano despiadada
    los cráneos machacar.

    Me alegra ver la bomba
    caer mansa del cielo,
    e inmóvil en el suelo,
    sin mecha al parecer,
    y luego embravecida
    que estalla y que se agita
    y rayos mil vomita
    y muertos por doquier.

    Que el trueno me despierte
    con su ronco estampido,
    y al mundo adormecido
    le haga estremecer,
    que rayos cada instante
    caigan sobre él sin cuento,
    que se hunda el firmamento
    me agrada mucho ver.

    La llama de un incendio
    que corra devorando
    y muertos apilando
    quisiera yo encender;
    tostarse allí un anciano,
    volverse todo tea,
    y oír como chirrea
    ¡qué gusto!, ¡qué placer!

    Me gusta una campiña
    de nieve tapizada,
    de flores despojada,
    sin fruto, sin verdor,
    ni pájaros que canten,
    ni sol haya que alumbre
    y sólo se vislumbre
    la muerte en derredor.

    Allá, en sombrío monte,
    solar desmantelado,
    me place en sumo grado
    la luna al reflejar,
    moverse las veletas
    con áspero chirrido
    igual al alarido
    que anuncia el expirar.

    Me gusta que al Averno
    lleven a los mortales
    y allí todos los males
    les hagan padecer;
    les abran las entrañas,
    les rasguen los tendones,
    rompan los corazones
    sin de ayes caso hacer.

    Insólita avenida
    que inunda fértil vega,
    de cumbre en cumbre llega,
    y arrasa por doquier;
    se lleva los ganados
    y las vides sin pausa,
    y estragos miles causa,
    ¡qué gusto!, ¡qué placer!

    Las voces y las risas,
    el juego, las botellas,
    en torno de las bellas
    alegres apurar;
    y en sus lascivas bocas,
    con voluptuoso halago,
    un beso a cada trago
    alegres estampar.

    Romper después las copas,
    los platos, las barajas,
    y abiertas las navajas,
    buscando el corazón;
    oír luego los brindis
    mezclados con quejidos
    que lanzan los heridos
    en llanto y confusión.

    Me alegra oír al uno
    pedir a voces vino,
    mientras que su vecino
    se cae en un rincón;
    y que otros ya borrachos,
    en trino desusado,
    cantan al dios vendado
    impúdica canción.

    Me agradan las queridas
    tendidas en los lechos,
    sin chales en los pechos
    y flojo el cinturón,
    mostrando sus encantos,
    sin orden el cabello,
    al aire el muslo bello...
    ¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!


    [​IMG]
     
    #1
    Última modificación: 3 de Mayo de 2012

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