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La diferencia entre un poema y una prosa lírica: un análisis literario desde la forma, la intención

Tema en 'Ensayos' comenzado por Jose Anibal Ortiz Lozada, 15 de Abril de 2025. Respuestas: 14 | Visitas: 307

  1. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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    La distinción entre un poema y una prosa lírica ha generado debate entre críticos, escritores y estudiosos de la literatura desde hace siglos. Ambos comparten elementos esenciales como la subjetividad, la musicalidad, la imagen poética y el lenguaje simbólico, pero difieren en estructura, función y forma de comunicación. En este ensayo se abordán las diferencias fundamentales entre ambos géneros, respaldadas por autoridades literarias y ejemplos representativos.

    1. Definición y estructura formal

    El poema, según Octavio Paz en El arco y la lira, es “la forma en que el lenguaje se convierte en presencia, en ritmo, en imagen”. Generalmente, el poema se estructura en versos y estrofas, con un ritmo y una métrica que obedecen, en mayor o menor grado, a una organización sonora. Aun en la poesía libre, donde no existe una rima fija ni un patrón métrico, la fragmentación del texto en versos obedece a una intención estética.

    En contraste, la prosa lírica se presenta en forma de texto continuo, sin la segmentación típica del verso. No obstante, esto no implica una ausencia de lirismo. Al contrario, como lo afirma el crítico francés Charles Baudelaire, la prosa puede adquirir un carácter poético cuando su fin no es narrar una historia, sino provocar una emoción o transmitir una experiencia interna. En su Pequeños poemas en prosa, Baudelaire demuestra que la lírica puede vestirse con ropajes narrativos y mantener su esencia.

    2. Intención comunicativa y tono

    La poesía suele enfocarse en lo simbólico y lo abstracto, condensando emociones, ideas o imágenes en pocos versos cargados de significación. El poema apela a lo sensorial y muchas veces a lo trascendente, como se observa en la poesía de Pablo Neruda o de Federico García Lorca. El lenguaje en el poema tiende a la economía, a la sugerencia, a dejar espacios en blanco para que el lector complete el sentido.

    La prosa lírica, en cambio, aunque mantiene un tono poético, tiene más libertad para desarrollar una idea, expandir una imagen o elaborar un pensamiento. Puede incorporar diálogos internos, descripciones extensas y fluir como el pensamiento del autor. Es el caso de escritores como Julio Cortázar, en textos como Queremos tanto a Glenda, donde el lirismo se mezcla con la narrativa; o de Eduardo Espina, cuya prosa se desborda en juegos lingüísticos y estructuras poéticas sin abandonar la forma continua.

    3. Funciones y usos literarios

    El poema ha sido tradicionalmente un medio de exaltación del yo lírico, de lo emocional o lo contemplativo. Su función es sugerir, evocar y conmover. Se vincula al canto, a la música, al rito. Por eso, muchos poemas han sido convertidos en canciones o recitados públicamente como actos performáticos.

    La prosa lírica, por su parte, ha sido adoptada como forma de escritura más flexible y moderna. Puede encontrarse en el ensayo poético, en la crónica literaria, en cartas o fragmentos filosóficos que exploran el yo desde lo cotidiano, lo sensual o lo metafísico. Autores como Clarice Lispector, Alejandra Pizarnik y Virginia Woolf han utilizado la prosa lírica para explorar los estados del alma, el deseo, la alienación o la búsqueda de sentido.

    4. Ejemplos comparativos

    Considérese este poema breve de Jaime Sabines:

    Me dueles. Dónde? En todas partes.
    En el aire, en el pan, en mi camisa.

    Dos versos, ritmo seco, imagen penetrante. La emoción está contenida y estalla con economía verbal.

    Ahora compárese con este fragmento de prosa lírica de Julio Cortázar:

    “Te pienso en lunes y ya eres domingo con resaca de besos. Qué hago contigo, amor hecho tiempo, sino habitarte como quien entra descalzo a un poema y se corta con cada sílaba.”

    No hay verso, pero hay ritmo. No hay estrofa, pero hay imágenes que golpean como versos. Es prosa, pero profundamente lírica.

    Conclusión

    La diferencia entre un poema y una prosa lírica no reside en la profundidad emocional o en la calidad estética, sino en la forma que adopta el lenguaje para expresar esa emoción. El poema se edifica en verso y se rige por una cadencia que lo acerca a la música. La prosa lírica fluye como pensamiento continuo, pero no por ello renuncia al arte de conmover. Ambas formas, cuando bien logradas, son expresiones del alma humana en su máxima intimidad. En palabras de Gaston Bachelard, “El poeta es quien inspira, más que quien escribe”, y tanto el poema como la prosa lírica pueden ser territorios fecundos para esa inspiración.

    Anexo reflexivo: ¿Una sola poesía con dos trajes?

    Como hemos argumentado, la única diferencia operativa entre poema y prosa poética puede residir, en muchos casos, en la disposición visual y estructural del texto. Esta afirmación cobra mayor validez si observamos ejemplos concretos de autores que transitan de una forma a la otra sin perder el lirismo ni el rigor poético.

    Ejemplo 1: Alejandra Pizarnik (poema en verso)

    > "A la medianoche, la mirada se abre como un árbol lleno de pájaros dormidos."



    El texto tiene rima libre, versos cortos, ritmo sugerido por la pausa y la imagen. Es inconfundiblemente poético.

    Ejemplo 2: Fragmento de El infierno musical (prosa poética)

    > "Toda soledad es un pozo de sangre que canta. Y el eco de ese canto me arrastra a las paredes de la ausencia, donde mi nombre se deshace."



    Aunque escrito en prosa, el fragmento está cargado de intensidad lírica, metáfora, ritmo lento y cadencia emocional. Es poesía disfrazada de párrafo.

    Ejemplo 3: Charles Baudelaire, El extranjero (prosa poética)

    > "¿A quién ama usted más, hombre enigmático, su padre, su madre, su hermana o su hermano?" "No tengo padre, madre, hermana ni hermano." "¿A sus amigos?" "Usted usa una palabra cuyo sentido me ha sido desconocido hasta hoy."



    La contundencia emocional, la economía verbal y la construcción rítmica hacen que este diálogo breve se perciba como un poema sin versos.

    Ejemplo 4: Pablo Neruda (poema clásico)

    > "Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: 'La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.'"



    Aquí hay estructura formal, versos medidos, imágenes poéticas directas. Pero si tomamos este mismo contenido y lo transcribimos como prosa:

    > "Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo, que la noche está estrellada y que tiritan, azules, los astros, a lo lejos."



    El lirismo permanece. El texto sigue siendo poético. Lo que ha cambiado es solo la forma en que se respira visualmente.

    Ejemplo 5: Julio Cortázar (prosa lírica en Último round)

    > "Hay ausencias que representan un lugar en la cama, una taza que no se llena, una voz que no dice 'buenas noches' y que sin embargo retumba como un eco en el aire de la casa."



    Cortázar escribe prosa con la densidad emocional de un poema. No necesita cortar en versos para ser poético.

    Conclusión del anexo

    La poesía, como expresión del alma, no está atada a la métrica ni al verso visual. Como decía Paul Valéry: “La poesía es una forma de atención, una forma de respiración del espíritu.” La prosa poética es simplemente una poesía expandida, un espacio donde la emoción tiene más espacio para desplegarse. Y si bien la forma tiene peso, lo que verdaderamente define a ambas es su capacidad para tocar la experiencia humana desde la belleza del lenguaje.

    Así, poema y prosa lírica no son rivales ni categorías opuestas, sino dos trajes diferentes para una misma voz poética
     
    #1
    Última modificación: 15 de Abril de 2025
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  2. Alde

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    Muy didáctico.

    Saludos hasta PR
     
    #2
  3. dragon_ecu

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    Muy buen escrito.
    Supuse que por ser un ensayo se perfilaría de modo aséptico y entraría los conceptos de rima, ritmo, metro y contenido.
    Pero... me equivoqué.

    Y debo aceptar que es un buen enfoque en señalar las semejanzas en cuanto al uso del contenido emocional de las palabras, mientras que apenas se mencionan las diferencias.

    Saludos cordiales Jose.
     
    #3
  4. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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    Gracias por tu mirada atenta y crítica. Y tienes razón: el enfoque que tomé en el ensayo no fue aséptico ni exclusivamente técnico porque quise ir más allá de una clasificación formalista. No fue una omisión por descuido, sino una elección deliberada.

    Te explico por qué:

    1. La frontera entre poema y prosa lírica no es rígida. Muchos escritores contemporáneos y posmodernos han desdibujado esa línea (como Eduardo Espina, Clarice Lispector o Alejandra Pizarnik). Centrarse demasiado en la rima, el ritmo o la métrica —aunque es valioso desde lo académico— puede ocultar lo que hoy es más difícil de entender: que una prosa puede ser profundamente poética aunque no tenga verso ni métrica tradicional.

    2. La emoción como eje compartido. Preferí destacar la sensibilidad, la subjetividad, el tono y la intención como hilos conductores que confunden ambos géneros a propósito, justamente porque el lector contemporáneo ya no distingue la poesía solo por su forma, sino por su resonancia interior. Hoy se reconoce un poema más por su capacidad de conmover que por su número de sílabas métricas.

    3. Los elementos técnicos ya están ampliamente documentados. Hay excelentes tratados sobre rima consonante, asonante, octosílabos o alejandrinos. Pero lo que muchas veces falta en esos estudios es una reflexión sobre lo que hace sentir un texto poético, más allá de su forma externa. En este ensayo, decidí que esa era la clave.

    4. Quise respetar el alma híbrida del lenguaje poético. Si hubiese escrito desde una mirada exclusivamente estructural, habría traicionado el espíritu de esa misma prosa lírica que tantas veces nos salva de lo académico.
    Pero si lo deseas, puedo escribirte una segunda parte técnica, que entre en las diferencias formales con ejemplos de rima, metro, cadencia y construcción sintáctica. Así tendrías las dos caras del análisis: la emocional y la estructural.

    ¿Te gustaría eso?
     
    #4
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  5. Luis Libra

    Luis Libra Atención: poeta en obras

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    Ciertamente para muchos autores no hay diferencia entre el poema y la prosa poética;
    en mi opinión la única diferencia es que el poema se presenta en versos y la prosa poética no,
    pero ojo, un poema no se consigue simplemente cortando o dividiendo un texto en renglones, es obligado un mínimo lenguaje poético (no necesariamente metafórico) además de un ritmo (no necesariamente musical). Saludos.
     
    #5
  6. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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    Tienes razón al afirmar que cortar un texto en versos no lo convierte automáticamente en poema. Esta es una crítica frecuente al mal uso del “verso libre”, donde se distribuye arbitrariamente un texto sin una razón estética o rítmica que lo sustente. Como lo dice José Hierro, “el verso libre no significa escribir sin reglas, sino escribir con otras reglas que el poeta debe crear y respetar”.

    Un texto en forma de verso necesita más que apariencia visual: debe tener una estructura de tensión, ritmo, musicalidad interna o carga simbólica que lo justifique como poema.
    Se suele creer erróneamente que el lenguaje poético es puramente metafórico o decorativo. Pero como bien señalas, el lenguaje poético no siempre es metafórico, pero sí debe ser evocador, significativo, sugerente, distinto al lenguaje cotidiano.

    Puede usar:\n

    Ambigüedad\n

    Imágenes sensoriales\n

    Tensión entre palabras comunes en contextos poco usuales\n

    Juego fónico o visual\n


    Un buen ejemplo de esto lo encontramos en la poesía de César Vallejo, donde muchas veces la fuerza del poema no viene de la metáfora, sino de una ruptura sintáctica o una elección verbal insólita.
    Aquí haces una distinción clave: el ritmo no tiene que ser musical en el sentido métrico tradicional, pero sí debe ser perceptible. En la poesía actual, el ritmo puede surgir de:\n

    La repetición (anáfora, paralelismo)\n

    Las pausas calculadas\n

    La alternancia entre frases cortas y largas\n

    La modulación emocional del texto\n

    Julio Cortázar o Alejandra Pizarnik logran ritmos casi hipnóticos sin rima ni métrica fija, lo que demuestra que el ritmo poético es una arquitectura emocional más que una fórmula métrica.
     
    #6
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  7. GALA GROSSO

    GALA GROSSO Poeta adicto al portal

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    Excelente.
    Un saludo
     
    #7
  8. dragon_ecu

    dragon_ecu Esporádico permanente

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    De gustarme que toques los tecnicismos... pues... No.
    Realmente no hace hace falta habiendo tantos trabajos sobre el tema con exactamente ese mismo enfoque de microscopio. Enfoque que has evitado, y por lo que me llamó la atención y agradó lo que expusiste tan bien.

    Adicionalmente el espíritu creador es capaz de construir sobre lo construido antes o bien sobre las ideas desarmadas de antes, es decir sobre escombros... y así seguir creando.

    No hay más límites que aquellos que se imponen el autor o un grupo de lectores. O las clasificaciones necesarias cuando hay un mundanal de obras y se necesita algo de orden para buscar.

    Además que al tocar tecnicismos te vas a encontrar con muchos homónimos que no son sinónimos dentro de cada tipo de obras (prosas, poemas libres y poemas clásicos). Y te enfrentarías a discusiones inútiles sobre el verdadero significado de cada término... que el ritmo yámbrico, que la entonación, que la lectura, que el fluir de la idea, que la repetición de fonemas.... en fin.
    Mejor dejarlo por lo sano y no entrar en ese cuarto de hospital o laboratorio inundado de musas alboratadas.

    Reitero que es un ensayo que me agrada mucho por su claridad y facilidad para ser entendido.

    Saludos cordiales Jose.
     
    #8
    Última modificación: 15 de Abril de 2025
  9. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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  10. Luis Libra

    Luis Libra Atención: poeta en obras

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    Muy bien explicada la compleja e importantísima cuestión del ritmo poético, especialmente refiriéndose al verso libre.
    Así es, como bien dices es más una arquitectura emocional o sensorial que relacionada con la métrica, rima, etc.
    Algunos autores hablan del "ritmo de pensamiento" o ritmo léxico-sintáctico o semántico, más complicado de lograr que los ritmos fónicos.
     
    #10
  11. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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    Esto es un ejemplo de una prosa ;
    "Hay días"

    Hay días que no empiezan, sólo se arrastran. Días que no tienen nombre, sólo peso.
    Uno despierta sin haber dormido y camina sin haber partido.
    Hay días en que el café no despierta, la luz no ilumina, las palabras no dicen.
    Días en que uno no sabe si está recordando o imaginando.
    Entonces uno se queda quieto, como si quedarse fuera un verbo que pudiera conjurarse:
    yo me quedo, tú te ausentas, él se borra.
    Y así, entre la permanencia inútil y la fuga mental,
    el día termina sin haber sido, como tantos otros.
     
    #11
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  12. Luis Libra

    Luis Libra Atención: poeta en obras

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    En realidad es una prosa "cortada" o en versículos, pero si la escribimos como lo hago abajo pasaría a ser un poema, (lo cual demuestra que a veces la diferencia entre prosa y poema es solo por la estética visual o el formato)

    Hay días que no empiezan, sólo se arrastran.
    Días que no tienen nombre, sólo peso.
    Uno despierta sin haber dormido
    y camina sin haber partido.
    Hay días en que el café no despierta,
    la luz no ilumina, las palabras no dicen.
    Días en que uno no sabe si está recordando o imaginando.
    Entonces uno se queda quieto,
    como si quedarse fuera un verbo que pudiera conjurarse:
    yo me quedo, tú te ausentas, él se borra.
    Y así, entre la permanencia inútil y la fuga mental,
    el día termina sin haber sido,
    como tantos otros.
     
    #12
    Última modificación: 16 de Abril de 2025
  13. El nick

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    Necesitaba leer èsto. Gracias por compartir.
     
    #13
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  14. dragon_ecu

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    Es un buen ejemplo de poema prosado, mismo que según se reordene puede ser:
    Una prosa poética (prosa con narrativa poética).
    Un poema (compuesto por versos cortos, o contenidos en una dicción pausa normal).
    O un poema prosado (poema con versos excesivamente largos para una dicción pausada normal).​

    Pero este tipo de clasificación varía de autor a autor, y de opinión a opinión. No es pues una ley fija.

    Y aquí es donde surge una de las confusiones más comunes entre ritmo (poético) y paso (narrativo).

    Hombre pero cómo se puede confundir ritmo con paso... uno puede ser la repetición de un patrón en el tiempo (ritmo), mientras el otro es la manera como fluye el avance (paso).

    La confusión nace cuando al "paso" le empiezan a llamar "ritmo narrativo". Y se empeora cuando le dicen "ritmo" a secas.

    La diferencia es simple.
    En la poesía el ritmo viene dado por la ubicación de los acentos dentro de cada verso.
    Mientras el paso en la narrativa (de una novela, prosa, película, una canción, teatro, etc), viene dado por la oculta interacción de los ritmos y contenidos que van afectado las percepciones del público (lector, oyente, testigo).

    En la narrativa el paso muestra la secuencia de cambio (paso) de distintas emociones, o percepciones.

    Pero como dije antes, existen quienes llaman "ritmo" al "paso" y arde troya.

    Y si nos metemos con poemas prosados... y peor con prosas poéticas extensas, con la aparición de diversos sentimientos pues... que el paso termina confundido con el ritmo por una razón simple: los ritmos (acentos) influyen en la percepción y llegan a intensificar o atenuar sentimientos.

    Incluso algo tan sencillo como las licencias de sinalefas y dialefas poéticas pueden, usando el ritmo (acento), alterar al paso (sentimiento).

    Ejemplo:

    El trueno horrendo que en fragor revienta
    y sordo retumbando se dilata
    por la inflamada esfera,
    al Dios anuncia que en el cielo impera.

    (Fragmento de Canto a Bolívar de José Joaquín de Olmedo)

    El primer verso usa acentos vocálicos que las sinalefas acercan ayudando a la aparición intempestiva del terrible y ronco bramido estentóreo de un trueno.
    El segundo verso atenúa la acción del primer verso.
    El tercer verso difumina aún más la acción hasta casi llegar a la calma, aun en ese momento tan cercano al trueno.
    Pero el cuarto verso señala que ese poder sigue presente.

    ¿Cómo se puede lograr tales efectos?
    Basta revisar no solo la secuencia de acciones, sino también la manera como los acentos están distribuidos más cerca o más espaciados.
    Esa mezcla de ritmos de acentos y cambios de secuencia es el paso... o ritmo narrativo.

    Espero haber sido de ayuda con estas ideas de otros autores.

    Saludos cordiales.
     
    #14
    Última modificación: 17 de Abril de 2025
  15. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

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    Quiero responder a esta premisa desde la experiencia de enseñar literatura, porque sí, es una confusión muy común: ¿cómo se diferencia el ritmo del paso narrativo? ¿Y por qué se mezclan tanto, sobre todo cuando hablamos de prosa poética o poemas prosados?

    Primero, pongamos esto fácil.

    El ritmo en poesía tradicional es eso que sentimos cuando leemos en voz alta y escuchamos una especie de música interna. Está marcado por los acentos, las pausas, la rima o la métrica. Es lo que hace que un verso suene como verso.

    Por ejemplo:

    > El trueno horrendo que en fragor revienta
    y sordo retumbando se dilata…



    Aquí el ritmo es intenso al principio, y luego se alarga, se disuelve. Ese ritmo está cuidadosamente construido con la colocación de los acentos y las sinalefas.

    Pero el paso narrativo es otra cosa. Es cómo fluye la historia, cómo se mueven las emociones, las acciones, los pensamientos del texto. Es lo que sentimos cuando una narración “avanza” o “se estanca”. En narrativa, el paso lo marcan cosas como la longitud de las frases, el uso de diálogos, las transiciones, y sí, también el ritmo interno de las oraciones.

    Ahora bien, ¿por qué se confunden?

    Porque en ciertos textos –sobre todo en prosa poética o poemas prosados– los dos elementos se entrelazan. Ya no hay versos organizados, pero sigue habiendo musicalidad. Ya no hay historia lineal, pero hay un desarrollo emocional. Entonces, el lector percibe una combinación de cadencia y movimiento emocional, y a veces le llama a todo eso “ritmo”, cuando en realidad está experimentando también el paso.

    Y sí, hay autores que insisten en llamarle "ritmo narrativo" al paso. Y es ahí donde “arde Troya”. Porque estamos mezclando dos dimensiones distintas: una musical (ritmo) y una estructural-emocional (paso).

    Por eso, les propongo pensar así:

    El ritmo nos hace sentir el texto con el oído.

    El paso nos hace avanzar o detenernos con el cuerpo y las emociones.


    Y cuando un texto –como una prosa poética contemporánea– logra que esos dos elementos se fusionen, estamos ante una obra que no se puede clasificar tan fácilmente. Ya no importa si es poema o prosa, porque lo que vale es la intensidad de la experiencia que genera.

    En la escritura contemporánea, eso se ve cada vez más: autores que escriben novelas que suenan como poemas (Jesmyn Ward), o poemarios que narran como relatos (Pablo García Casado). Las formas se mezclan, los géneros se borran, pero la emoción sigue fluyendo entre ritmo y paso.

    Esa es la riqueza de escribir y leer hoy. No estamos atados a fórmulas, sino a lo que logremos hacer sentir.
     
    #15
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