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La doncella de la flauta dulce

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Marah, 17 de Noviembre de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 279

  1. Marah

    Marah Poeta que considera el portal su segunda casa

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    15 de Agosto de 2007
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    Mujer
    Se conoció una vez una joven cuyas mejillas trasmitían las púrpuras de la virgen Inmaculada. Todas las tardes Marcia mientras recogía flores silvestres para la reina a quien servía de doncella atrevidamente se robaba unos minutos y se sentaba a la orilla de un lago a tocar su flauta dulce lo cual completaba el cuadro sublime de los cisnes que allí habitaban, y entre ellos uno de mayor tamaño se le acercaba con frecuencia estirando su ebúrneo pico para acariciarla de la cabeza a los pies. Luego dejaba caer un lirio en el lago, y otro más…y otro más… algo quería indicar.

    Marcia pudo entender que el objeto del misterio estaba en el fondo del lago y más por las burbujas que salían a flote. Un remolino convulsionaba su mente ansiosa de saber lo que había en el fondo del lago. Decía cantando:

    “Entre tantos cisnes bellos un gladiolo ha de nacer me dará todo su aroma su ternura y dulce miel”
    Fueron muchas las interrogantes que pasaron por la mente de Marcia ansiosa de saber la verdad:
    “¿Qué habrá en el fondo del lago? ¿Por qué se llena de burbujas el agua?”

    Por eso una tarde de abril recién llegada la primavera como si hubiera encarnado a Leda la del romance con el Dios-cisne se sentó a la orilla del lago y le preguntaba muchas cosas a los cisnes:
    _¿Quiénes son ustedes? ¿De qué oráculo es vuestra lira? ¿Quién es vuestro príncipe?
    Mientras Marcia esperaba la respuesta de los cisnes, fue sorprendida por los guardias del palacio quienes la arrestaron y la presentaron ante la reina Marcia fue castigada a trabajar de sol a sol en el desmonte de los alrededores del palacio. Y una mañana de esos soles que quieren agrietar la tierra mientras hacía su labor vio que se acercaban los cisne muy alborotados y pudo el mayor de todos agarrar a la joven por el vestido y conducirla hasta el lago. Una vez más se sintió Marcia conmovida al escuchar el arrullo de aquellas aguas que tantas veces habían acompañado su flauta dulce y más aún al ver que el agua salía a chorros del lago con tremenda presión como si hubiera una bomba hidráulica en el fondo.

    Y como era una joven que le gustaba curiosear sobre los misterios de la naturaleza empezó a lanzar piedrecillas a los chorros de agua y decía.
    _¿Quién está ahí? ¡El que sea que saque la cabeza!
    A los pocos minutos un ser humano de aspecto horrible salió de los chorros de agua como si fuera un manatí en veda y con voz temblorosa dijo:
    _¡Marcia vuelve a entonar tus versos, para mí han sido canciones de cuna!
    _¡Dios mío, si es un monstruo! _exclamó Marcia cuando vio el rostro de aquella figura, y echó a correr desenfrenada por todo el bosque.
    A los pocos minutos de andar por el bosque con el corazón casi a punto de infartar sintió una voz en sus alrededores que le decía:
    _¡Marcia hija mía! ¿Por qué corres? ¿Por qué tanto temor?
    La joven detuvo su carrera por un instante, y mirando para todos los lados, respondió con otra pregunta a aquella voz celestial:
    _¿Quién me habla? ¿Cómo sabes mi nombre?
    _Soy tu madre, Marcia, quiero ayudarte -respondió la voz misteriosa.
    _¿Mi madre? ¡No puede ser -continuó Marcia. Siendo yo muy pequeña, dejé de ver a mi madre, no sé para dónde fue!...
    La voz misteriosa se asustó con un ave que pasaba y repetía:
    -Claro, te comprendo, te comprendo, te comprendo. Luego esta voz se escuchó más explicativa:
    -Un día cuando las golondrinas estaban de fiesta revoloteando por dondequiera, sentí una mano que me levantó al cielo. Ahora vivo en una nube bordada con hilos de oro y plata. Por donde quiera que pasa mi nube la gente ven un eclipse...
    _¿De qué forma me puedes ayudar? _preguntó Marcia.
    _Vuelve al lago, primero tienes que ayudar a ese infeliz que está sepultado en las aguas. Ayúdalo a regresar a la vida!
    _¡Es un monstruo horrible! ¿Cómo puedo ayudarlo?
    _Ve ahora mismo al lago y verás que ya no es un monstruo _le ordenó el hada madrina.
    Marcia dio un giro de 180 grado y retornó al lago con tremendo valor, tomó la rama de un árbol y la introdujo en el lago diciendo:
    _¡Vamos sal del agua! ¡Regresa a la vida! ¡Quiero ayudarte!
    Así fue que aquel personaje extraño salió del agua esta vez con su rostro normal pero con ropas harapientas y dificultad al hablar como los tartamudos. Dijo:
    _¡Soy el príncipe encantado! ¡Hace quince años que estoy muerto en este monte!
    _¡Jesús de las buenas nuevas! _respondió Marcia _¡Si yo te veo vivo y coleando!
    Necesito que me ayudes a vomitar el hechizo _continuó el joven _porque cada vez que veo gentes siento en mi interior una voz que me dice: ¡Tírate al agua! Sólo tu flauta dejó en mí la tentación de volver a la vida, ¡ay! desde que no te veo quiero morir de una vez.
    _Yo creo que el hechizo ha sido cortado radical _ opinó Marcía_, porque el rostro ya lo tienes normal.
    _No lo pienses así _le dijo el joven hechizado_. Aún tengo que vomitar el hechizo que tengo en la panza hace 15 años para recuperar el lenguaje. Si no me ayudas mi rostro volverá a ser horrible y tendré que seguir viviendo como un salvaje.
    _¿En qué te puedo ayudar? Me gustaría escuchar tu voz apacible.
    _ Pégame varias palmadas en la espalda así podré echar fuera la maldita bola que tengo en la panza. _Indicó el joven y al ver que Marcía no se decidía insistió_ ¡Vamos, palmea mi espalda!
    Marcia procedió a cumplir la orden y aunque le pegó varias palmadas con el mismo vigor con que se toca un tambor en tiempo de carnaval no resultó eficaz la operación, por lo que acometió la acción con el puño cerrado probando en el mentón y diciendo estas palabras: ¡En el nombre de Jesús!
    Y sólo un golpe contundente bastó para que el joven príncipe echara fuera la bola que al caer sonó ¡pof! y regaba partículas fosforescentes.
    Más luego de ser liberado de los malos espíritus el joven casi desmayado exclamó con voz de ángel:
    __¡Marcia, eres un encanto, gracias!
    Como por arte de magia el joven salvaje había recobrado su estado normal y culto, y los harapos que lo vestían se convirtieron en un traje decente; habló por la boca, por los ojos, por las manos, por los pelos, por dondequiera. Era el hijo legítimo del rey, su heredero principal, que a causa de una pócima que le diera a beber su madrastra quedó hechizado, por eso tuvo que vivir en el monte alimentándose de cualquier cosa que encontraba y haciendo mucho rechazo al mundo civilizado, por eso cuando veía personas se escondía bajo del agua.

    A partir de entonces las miradas de ambos jóvenes se cruzaban con algo de complicidad y se contaban muchas cosas:
    _Si eres el hijo del rey entonces eres huérfano porque el rey murió hace mucho tiempo.
    _Sí, _respondió el joven_, la reina Frígida lo mató como también mató a mi madre, aunque ella lo niega.
    Marcia se quedó perpleja al escuchar tal atrocidad.
    _¡Virgen de la Caridad! ¡Su corazón es tan frío como su nombre!
    Las preguntas de Marcía se sucedían una detrás de la otra, quería saber todo sobre la vida de este ser extraño.
    _¿Cómo te llamas?
    _Me llamo Robin ¿y tú?
    _Mi nombre es Marcia.
    _¡Un nombre de guerra, muy bello! _dijo con galantería el joven. Y cuando besaba la mano de la Marcia sintieron el galope de muchos caballos y pudieron percatarse de que era el ejército del palacio.
    _¡Tenemos que huir! _advirtió Marcia_. ¡Seguro que andan buscándome!
    _¿Por qué te buscan? ¿Qué has hecho?
    _Me tienen castigada trabajando en el desmonte de los alrededores del palacio por las veces que he venido al lago a tocar mi flauta _explicó Marcia.
    Entonces los jóvenes echaron a andar para escapar de la persecución. En eso, otra vez la voz misteriosa que llegó con el viento dejó sobrecogido a Robin, no tanto a Marcia porque ya la conocía.
    Dijo aquella voz celestial:
    _¡Marcia, debes dirigirte hacia la colina del álamo! ¡Allí está tu casa!
    _¿Quién te habla, Marcía? _pregúntó Robin.
    _No te asuste _respondió Marcia_, es mi madre, yo pensaba que estaba muerta, pero no es así. Vive vagarosa sobre una nube bordada de oro y plata.
    Y recordando Marcia la conversación que tuvo minutos antes con el hada madrina, agregó:
    Ella fue quien me dio valor para ayudarte a salir del lago porque yo estaba muy temerosa.
    Y cuando se dirigían a la colina del álamo no pudieron evitar el encuentro con el ejército del palacio, esta vez dirigido por la propia reina que con voz de trueno dijo a los soldados:
    _¡Arréstenla, por haber violado la ley! _apuntando a Marcia_. ¡Está condenada a cadena perpetua!
    Varios soldados armados con espadas procedieron a cumplir la orden pero se encontraron con el cuerpo y puño vigoroso de Robin que los derribó a tierra. En esta ocasión pasaron muchas cosas por la mente de la reina al reconocer a Robin:
    _“¡Es el hijo del rey!” “¡Pero cómo pudo resucitar luego de recibir sepultura en el lago de los cisnes!”
    Como la reina quiso corroborar lo que estaba pensando le preguntó al joven:
    _¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?
    _¿No me recuerdas? _respondió Robin con otra pregunta. Y recogiendo del suelo una espada abatida agregó:
    _Pero yo sí me recuerdo de usted: reina Frígida, todavía me hierve en la boca el veneno que me dio a beber. Y aunque echó mi cuerpo dentro del lago yo he sabido vivir junto con los cisnes.
    _¡Eso es mentira! _rebatió la reina Frígida_, nadie que esté muerto puede volver a la vida.
    _¡Valga los cisne! _ replicó Robin_, que en muchas ocasiones me han servido de padre, de madre y de alimento! Ellos pudieron devolverme la vida cuando lograron introducir por mi boca trozos de algas laminarias.
    Una sombra de odio invadió la cara de la reina y dijo entre dientes:
    _¡Ese era el monstruo que asustaba a las personas cuando caminaban por estos valles! ¡Ya no podíamos vivir tranquilos ni en la casa!
    Seguidamente la reina dirigiéndose a los otros soldados que aún permanecían en sus caballos ordenó:
    _¡Arréstenlo! ¡Hay que evitar males mayores con la presencia de este monstruo!
    Pero fue inútil el intento de arresto por parte de los soldados porque Robin y Marcia echaron a correr y se esfumaron en la espesura del bosque como si fueran linces.
    Y como no olvidaban el plan que tenían de llegar hasta la colina del álamo allá se dirigieron. Al llegar a la cima de la colina se quedaron perplejos:
    _¡Madre mía! _exclamó Marcía_. ¡La casa donde yo nací ha resucitado!
    _No entiendo nada _dijo Robin_. Explícame como una casa puede resucitar.
    Entonces Marcia se sentó sobre una piedra y mientras descansaba la fatiga de la carrera explicó:
    _En esta misma casita, así mismo de madera rústica como la estás mirando con techo de guano, nací yo hace dieciséis años. Pero lo que no me explico cómo pudo reaparecer, porque fue quemada por la reina y reducida a cenizas.
    Era yo muy pequeña cuando eso aconteció, de esa forma quedamos convertidos en esclavos mi padre, mi madre y yo.
    Una noche vi a mi madre recogerse en su lecho, y cuando amaneció ya no estaba, no la vi más.
    Mi padre es el mayordomo del palacio.
    _¡Qué barbaridad! _dijo Robin con los ojos casi salidos de las órbitas_. ¡Tremenda tragedia la que te tocó vivir!
    Allí pasaron la noche los jóvenes y se contaban experiencias sorprendentes sobre los obstáculos que habían tenido que vencer para sobrevivir a las agresiones de la reina malvada.
    Al amanecer quedaron sorprendidos al ver que tanto el techo como las paredes de la casa habían cambiado, tenían un brillo extraño.
    ¡Dios mío! _exclamó Marcia_. ¡Las paredes y el techo de la casa son de vidrio!
    _¡Y las lámparas que cuelgan del techo son de coral blanco!
    _¡Y los muebles de plata!
    _¡Es un primor el jardín que nos rodea!
    No tuvieron mucho tiempo de examinar sobre los nuevos cambios porque los soldados del palacio siguiendo sus huellas habían llegado hasta bien cerca de la casa de vidrio.
    Entonces intercambiaban ideas buscando la forma de evadir la persecución otra vez.
    _¡Tenemos que salir huyendo de aquí! _exclamó Marcia_. ¡Nos van a matar a los dos…!
    _Yo conozco una cueva en el monte que nos puede servir de refugio _opinó Robin.
    Y cuando los soldados estaban casi encima de la casa se escuchó otra vez la voz de la madre de Marcia:
    _No tienen que huir, quédense aquí, los soldados se quedarán ciegos cuando miren la casa de vidrio.
    _¡Ninguna madre desea el mal para sus hijos! _dijo Marcia animada_. ¡Aquí nos quedaremos!
    Fue así que se llenaron de valor y allí mismo se quedaron con la plena confianza de que iban a salir ilesos.

    Así sucedió que los soldados se quedaron cegatos al mirar la casa de vidrio por lo que decidieron alejarse y suspender las hostilidades por ese día. Valga que encontraron un arroyuelo luego de varias horas de tropezones donde pudieron lavar sus ojos y recobrar la visión.
    Sin embargo, Marcia y Robin permanecían en vigilia todo el tiempo, no podían dormir tranquilos pensando en la orden de arresto que había contra ellos, algo tenían que hacer para lograr la paz definitiva, no habían cometido ningún delito para vivir siempre encerrados como si estuvieran cumpliendo prisión domiciliaria.
    Entonces a Robin se le ocurrió una idea:
    _Atacaremos el palacio en fin de cuenta yo soy el heredero legítimo del rey ¡ya basta de abuso!
    _De acuerdo _respondió Marcía_, pero nosotros solos no podemos enfrentarnos a un reino tan poderoso.
    _Despreocúpate, el ejército lo tenemos.
    _¿Cual es ese ejército?
    _El ejército de los cisnes encantados.
    _¿Los cisnes encantados? _quiénes son ellos.
    _Son los mismos cisnes que me sirvieron de madre, de padre y de alimento.
    _¿Cómo un cisne puede ayudar en una batalla contra soldados bien armados con espadas?
    _Porque antes hay que romper el hechizo que los envuelve _respondió Robin_. Ellos en su vida anterior fueron esclavos del palacio y cada vez que uno se revelaba contra los malos tratos era envenenado con la misma pócima que me quitó a mí la vida.
    _¡Solavaya! _dijo Marcia con el rostro despavorido_. ¡Es un verdadero insulto todo lo que me cuentas!
    _Ahora tenemos que buscar la medicina que cure a los cisnes _continuó Robin_, para que vuelvan a recobrar su figura humana como antes eran. No sé cómo, pero tenemos que ir hasta el lago.
    Marcia caminaba de un lado para otro muy nerviosa y balbucía:
    _¿Qué hacer Dios mío, qué hacer para ayudar a estos pobres cisnes?
    Sin tener todavía claro el tratamiento que debían darle a los cisnes salieron de la casa y se dirigieron al lago siempre evitando ser descubiertos. Y cuando menos lo esperaban se presentó delante de ellos la figura de una mujer vestida de blanco, aunque trataron de avanzar para alcanzarla y reconocerla no pudieron, sus pies habían quedado rígidos, sin movimiento y su boca muda. No les quedó más remedio que esperar mientras escuchaban la voz de aquella mujer:
    _Marcia, solo tienes que regar en el lago semillas de alcaravea, estas semillas tienen la función de activar todas las glándulas del cuerpo y cortar el efecto nocivo de cualquier sustancia. Una vez que los cisnes la ingieran vomitarán el hechizo y volverán a ser personas como antes eran.
    Luego Robin y Sandra pudieron mover sus pies y echar a andar, una vez más intentaron alcanzar a la mujer para saber de ella, pero fue en vano porque ya no la vieron más.
    _¡Estoy segura que se trata de mi madre! _dijo Sandra emocionada_. ¡Porque es su propia voz…y su propia figura…!
    Sin más demora recogieron por el monte las semillas de alcaravea y llegaron hasta el lago. Y como si los cisnes estuvieran esperando el exquisito manjar todos estaban con el pico abierto. Claro está, hubo que espantar a los que eran verdaderos cisnes sin hechizo, porque todos vivían juntos: los esclavos convertidos en cisnes y aquellos que eran auténticos cisnes.
    Las aguas del lago se llenaron de alcaravea y en la medida que los cisnes iban tragando las semillas fueron evolucionando hasta convertirse en personas de cuello alargado y sin salir del agua decían muy contentos:
    _¡Gracias Sandra! ¡Gracias Robin! ¡Son ustedes jóvenes muy capaces y valientes!
    _¡Aunque me queda el cuello de cisne he vuelto a la vida de los seres humanos.
    _Yo siempre supe que ustedes necesitaban ayuda _les dijo Robin_, pero yo solo no podía hacer nada, había que esperar la bendición de algún santo poderoso.
    _¡Me da lástima por ellos! _dijo Marcía en tono melancólico_. ¡No quieren salir del agua por su desnudez!
    Es natural que en la presencia de una mujer se sientan apenados _dijo Robin.
    _Hay que hacer algo para vestir a estos hombres, pero ahora mismo no se me ocurre nada. ¡Qué hacer madre mía!
    Otra vez llegó con la fuerte brisa aquellas voz celestial y dijo:
    _Marcia, ¿recuerdas dónde guardas las plumas de los cisnes que recogías en las tardes?
    _Sí, madre _respondió Marcia.
    _Ve y búscalas te pueden dar los hilos y las telas que necesitas para vestir a estos hombres. Y el telar está en una de las habitaciones de la casa de vidrio.
    Sin perder más tiempo los jóvenes cumplieron la orden, en el trayecto iban recogiendo las plumas de cisne que Marcia había guardado con sumo cuidado debajo de las piedras, dentro del follaje de los árboles…
    Al llegar a la casa de vidrio se quedaron pasmados al ver el telar mágico. Solamente tuvieron que poner las plumas sobre la mesa, el telar se encargaba de hacer todo el trabajo, primero los hilos y por último la tela.
    ¡Qué emocionante ver el funcionamiento de un telar mágico de mesa con lanzadera!
    _¡Es un encanto el telar! _fue Marcia_. ¡En su funcionamiento emite el mismo sonido de mi flauta dulce!
    ¡Cómo se reían con la nueva experiencia!
    Mientras esperaban el resultado del trabajo, Robin dijo caviloso:
    _Se escuchan gritos. Y asomándose en una ventana señaló_. ¡Allá en el lago de los cisnes algo raro está sucediendo! ¡Me da la impresión de un combate!
    _Son imaginaciones tuyas, tú sabes bien que en los montes cualquier sonido por mínimo que sea se escucha como un estruendo.
    _Aunque así sea, ahora me preocupan esos hombres desnudos, desarmados, sin nada, tenemos que apurarnos.
    Efectivamente, mientras los hombres cuellilargos esperaban por sus ropas tuvieron que enfrentarse a los soldados del palacio que llegaron allí a escudriñar sobre el nuevo acontecimiento. Decían en tono sarcástico:
    _¡Son extraterrestres que han venido a la tierra a pasar sus vacaciones!
    _¡Son los dinosaurios que habitan en los agujeros negros!
    _¡Hay que avisar a la reina! ¡Ahora se complica más la situación!
    _¡No hay que avisar a nadie! _ordenó el jefe de la tropa_. ¡Le daremos una zumba aquí mismo!
    Sin más, los soldados avanzaron hasta entrar al lago con la intención de cortar la cabeza a los hombres cuellilargos pero se encontraron con un bastión invencible. Los hombres cuellilargos estiraron más sus cuellos como si fueran serpientes y estrangulaban a los agresores.
    Los soldados que pudieron escapar llegaron al palacio para contar lo sucedido.
    Marcia y Robin que observaban el panorama detrás de una peña comentaban:
    _¡Dios mío, qué furiosos están estos hombres! ¡Ahora tienen el cuello más largo!
    _¡Claro, porque han estado combatiendo, esperemos que recobren su estado normal!
    Fue muy sensata la idea de Robin, hubo que esperar un rato por la normalidad del estado físico y psíquico de los hombres cuellilargos.
    Un rato después dijo Robin:
    Ya podemos acercarnos a ellos, ya la furia ha pasado.
    _¡No, todavía tienen el cuello largo!
    _Marcia, ya no van a recoger más el cuello, no olvides que ellos en sí son cuellilargos.
    Entonces salieron del escondite y llegaron al lago. Robín quiso saber la causa del combate contra aquellos hombres indefensos.
    _¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué tantos soldados muertos?
    Uno de los hombres cuellilargos con aspecto de líder respondió:
    _¡Ellos están sedientos de sangre! ¡Y nosotros respondimos con la táctica del cuello estrangulador!
    _Entre todos juntos le haremos justicia a la malvada reina _dijo Robin, y sacando de la mochila las telas ordenó a aquellos hombres a vestirse.
    Rápidamente los hombres cuellilargos se pusieron los taparrabos. En eso consistía el vestuario que fabricó el telar mágico: un taparrabo y nada más. Ya vestidos los hombres cuellilargos con voz de rayo dijeron:
    _¡Ordene usted príncipe, que tenemos el cuello serpentino y hambriento!
    _¡Estamos sedientos de justicia!
    Entonces Sandra se acercó a Robin y le preguntó:
    _¿No vamos a dar tratamiento a la voz atmosférica de estos hombres?
    -¡No podemos perder tiempo! _respondió Robin_. ¡Qué se queden con su voz de rayo!

    Y sucedió que el mismo día 25 de diciembre cuando todos se encontraban celebrando la navidad el ejército de los hombres cuellilargo con el joven príncipe a la cabeza y Marcia de asesora atacaron el palacio con la única armadura de los cuellos estranguladores.
    La reina al verse sitiada prefirió huir antes de entregarse a la justicia, fue así que las tropas del palacio al quedar sin líder se rindieron y todos quedaron bajo las órdenes de Robin, quien no tardó en pronunciar algunas palabras en las áreas verdes del reino para dar a conocer su política al ejército derrotado, mientras los hombres cuellilargos exploraban el interior del palacio.
    El mitin de Robin fue interrumpido a los pocos minutos de haber empezado porque los hombres cuellilargos sacaban las cabezas por las ventanas del palacio y con su voz de rayo decían:
    _¡Un muerto! ¡Un muerto! ¡Un muerto…!
    Rápidamente Marcia y Robin entraron al palacio seguidos de varios soldados. Había que comprobar la noticia.
    _¡Es mi padre! _exclamó Marcia cuando vio al mayordomo en el suelo_. ¡Ayúdenme por favor, tal vez le quede aliento de vida!
    Como ya conocían el poder curativo de la alcaravea, solo bastó un té de las hojas de estas plantas para sanar al moribundo quien dijo en tono melancólico:
    _¡Hace más de un mes que estoy en un calabozo pasando hambre y sed!
    _¿Qué has hecho para que te castiguen así? _le preguntaban.
    _Me condenaron por haberme negado a participar en la búsqueda y captura de Marcia. Luego tomando la mano de Marcía continuó-: Hija, cuídate de estos hombres cuellilargos, no son buenos.
    _Ellos son los cisnes encantados padre, que liberados del hechizo han vuelto a la vida.
    _No lo creas así, hija mía, he leído mucho sobre los hombres extraterrestres que tienen el cuello muy largo y no son buenos, ¿no veis que despiden fuego por los ojos?
    Seguidamente Robin concluyó el mitin dando órdenes de trabajo. Algunos empezaron a remozar el palacio, otros a limpiar los alrededores. La misión de los hombres cuellilargos fue, salir en la búsqueda y captura de la reina que aún desandaba por los campos vestida de negro como si fuera un vampiro insultando a todo el mundo. Cuando la encontraron le hicieron un cerco, Frígida al verse perdida se precipitó al lago ocasionando que se secaran aquellas aguas encantadoras, así también los cisnes auténticos murieron en el acto. Después de este hecho los hombres cuellilargos desaparecieron para siempre y también la casa de vidrio, no se vieron nunca más,
    Marcia y el príncipe se casaron y fueron muy felices, más aún, al tener su primer hijo. Ambos tomaron la decisión de nombrar a su hijo Sydney.
    Y cuando el niño ya estaba grande se le veía pasear a caballo por el valle. Una tarde regresó muy nervioso al palacio y le dijo a Marcia con gesto de curiosidad.
    _Madre, he visto varios cisnes blancos por el valle, pero cuando me acerco a ellos desaparecen _y en tono ansioso_. ¿Por qué desaparecen de mi vista como si fueran pompas de jabón?
    _Son imaginaciones tuyas, hijo mío _le dijo Marcia_. Hace tiempo hubieron muchos cisnes en todo el valle que rodea el palacio pero ya no existen. También se conoció a una joven que iba hasta el lago donde ellos habitaban a cantarle canciones de cuna…
    Así poco a poco Marcia contaba a su hijo la leyenda de los cisnes encantados y la doncella que pudo romper su hechizo solo con su flauta dulce.

    ¡Solavaya!: es una expresión que se usa en la presencia de algo nefasto.
     
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    A bristy y José Luis Galarza les gusta esto.

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