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La doncella y el elegido

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Xavier Taboada, 21 de Mayo de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 777

  1. Xavier Taboada

    Xavier Taboada Poeta asiduo al portal

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    La Guardiana y el Elegido




    Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo existía un ave de fuego que gozaba de la cualidad de renacer desde sus cenizas. Esto lo convertía en un ave inmortal. Era muy fuerte, pero recién estaba aprendiendo a volar. Ave inmortal se esforzaba mucho, ya que su sueño era ser muy poderoso y volar cada vez más alto.



    Un buen día apareció en el pueblo una guerrera, de cabellos largos y dorados, la cual era muy violenta y siempre lucía una brillante armadura roja. La guerrera se enteró de la fuerza del ave y se propuso cazarla. Pero para entonces el ave inmortal estaba muy bien preparada y cuando se enfrentó a la guerrera la derrotó fácilmente.



    Luego él se dio cuenta que su entrenamiento lo había vuelto poderoso y eso le agradó mucho. Desde ese día entrenó y entrenó más duro para ser cada vez más fuerte. Incluso ahora era él quien asechaba a la guerrera y siempre la derrotaba.




    Pero llegó el día en que la guerrera se convirtió en doncella, debido a la gracia de un dios, quien la dotó con poderes magníficos. Así con sus nuevos poderes la guerrera se entrenó muy duro y la próxima vez que Ave Inmortal la retó ella lo pudo vencer. El ave no salía de su asombro, se sintió muy mal consigo mismo y triste por perder el combate.-Ya no eres rival para mí-le dijo la doncella llena de orgullo.



    Pero los otros guerreros aún derrotaban a la doncella puesto que ella tenía poderes extraordinarios pero aún no sabía controlarlos. El ave inmortal al enterarse de esto la desafió nuevamente. Esta vez la venció. Pero la pelea no fue normal, se tornó muy violenta como si fuertes sentimientos personales estuvieran involucrados.



    Con el tiempo la doncella se convirtió en guardiana de la luna y el ave continuaba buscándola. Entrenó mucho para seguir venciéndola. Pero ahora la guardiana, controlaba perfectamente sus poderes. En una de sus múltiples batallas con el ave inmortal, la guardiana logró empatarle, en una batalla extraordinaria. El ave se emocionó mucho porque a él le gustaba pelear y probar su fuerza. El sintió que había encontrado a su rival ideal.



    Sin embargo después de un tiempo la guardiana no se enfrentó más con él. Por un motivo oculto ella no quería luchar contra el ave.




    -¿Te he dado tantas palizas que ahora me tienes miedo?



    -No lucharé contigo, hagas lo que hagas



    El ave no entendía nada, solo que se sentía muy triste pero no sabía porque. Luego su tristeza se convirtió en ira, y la ira en ganas de ser extremadamente malo con ella para obligarla a volver a luchar con él.



    Pero a la Guardiana de la Luna, todo el proceso de cambio por el que había pasado, de guerrera a doncella y de doncella a guardiana, la hizo madurar. Ella entendió que la pelea siempre debe ser el último recurso, uno no debe luchar si no existe un motivo realmente importante. A ella le costó muchas batallas y muchos guerreros muertos para comprenderlo.



    -Tú no eres malo- le dijo la doncella al ave inmortal en una ocasión -puedo ver tu alma y eres muy noble-le dijo.



    El ave, se enojó, eso ya era el demasiado. Aquella mujer no solo se negaba a pelear con él sino que también se atrevía a hablarle de bondad, quien se había creído esa simple mortal para platicarle de sentimientos y de su alma.



    Entonces no pudo retener más su rabia hasta ese entonces contenida y la intento atacar. Pero súbitamente una barrera indestructible lo apresaba.



    -¡No es justo que uses tus poderes para detenerme!-gritó furioso el ave.



    -No son mis poderes, es tu corazón -respondió sencillamente la doncella-Tú no puedes atacarme porque tu noble corazón te lo impide... ahora deja tu ira y vuelve a al lado bueno, como el ave que puedo ver en tu interior.



    El ave no pudo moverse, y aunque él no quería continuar escuchando esas palabras que le hacían tanto daño, que avivaban emociones en su interior, miró fijamente a la doncella y las lágrimas cayeron de sus ojos, sin que él pudiera evitarlo.



    ¿Cómo era posible que un ser como él aún pudiera encontrar redención? ¿Cómo podría pensar en acogerse al lado bueno? Él ya no quería atacarla. En ese momento inexplicablemente hubiese dado cualquier cosa por ser humano y poder abrazarla. La esfera desapareció.



    La doncella caminó hacia él y acercó su mano.



    ¡¡¡No me toques!!! ¡¡¡Te quemaras!!!...-suplicó el Ave.



    Ella hizo caso omiso, el ave intentó alejar su rostro pero ya era tarde, ella consiguió acariciarlo. Su mano comenzó a arder en llamas. Pero ella sonrió.



    -Estas llamas son como tú...aparentemente hirientes pero en realidad no hacen daño...



    Retiró su mano. Estaba ilesa. Las llamas no la habían herido. Ave inmortal se quedó atónito y permaneció ahí muy tranquilo, muy calmado, solo contemplando a la guardiana. El corazón del ave había cambiado, ya no había ira ni odio en él.



    Desde ese día, Ave inmortal decidió ser bueno para ella. La siguió visitando, ya no para pelear, sino solo para contemplarla. Él encontraba paz en su presencia.



    -Encerraré mi lado malo en el lugar más profundo de mi ser para que no vuelva hacer daño a nadie más. Le prometo que yo siempre la protegeré y estaré a su lado. Esta es mi promesa y le juro nunca la pienso romper.


    En una ocasión ave inmortal visitó a la guardiana de la Luna y la encontró muy triste. Su guerrero más fiel la había abandonado. Cuando este se enteró de una posible guerra, tuvo miedo y se fue. Ella estaba desconsolada.



    El ave inmortal al ver esto voló por el universo entero y cuando regresó le trajo como regalo una estrella .La guardiana sonrió. -¿Por qué? ¿Por qué...eres tan lindo conmigo?- Dijo ella con una sonrisa en los labios -Muchas gracias.



    Pero en su interior aún estaba triste. Así que el ave decidió hacer algo mil veces más bello. Lo más hermoso que se le ocurrió. De su cuerpo brotó un aura de fuego que lo rodeo, envolviéndolo y haciendo que desaparezca tras su brillo. Cuando reapareció lo hizo con forma humana. El ave inmortal se había inmolado por ella y había renacido como un guerrero elegido.



    La guardiana de la Luna se mostró entre asombrada y a la vez fascinada. Ella no entendía porque había realizado ese sacrificio tan grande.



    -Es para que nunca más vuelvas a estar triste-reveló él.



    La guardiana estaba feliz con su nuevo guerrero. El Elegido también estaba contento de protegerla. Más aún, nunca hubo guerra, como por arte de magia los enemigos se esfumaron.



    Pero un día el elegido sintió que algo se estremecía dentro de su pecho y entendió que era su lado malo el cual luchaba por volver. Aterrado, corrió muy lejos a las profundidades del bosque y decidió erradicar de una vez la maldad de su corazón.



    Se despojó del peto de su armadura y coloco ambas manos en sobre su pecho. Con un gran esfuerzo logró arrancar la maldad de su cuerpo y esta se perdió entre los matorrales.



    El Elegido estaba feliz, pero también muy cansado por el esfuerzo. Exhausto se recostó un momento en el pasto y se quedó profundamente dormido.



    La maldad que había escapado adopto la forma de un ave fénix. Pero este no era como la primera ave inmortal. Este era infinitamente malo, ya que no tenía corazón. Luego buscó a la guardiana por la cual en antaño se sacrificó. Cuando llegó a sus recintos y ella lo vio, se emocionó mucho pues recordó al ave inmortal. Se acercó y le acarició el rostro. Pero esta vez su mano fue lastimada.



    Ella se asustó mucho. El fénix la atacó incesantemente sin piedad hasta dejarla herida en el suelo y con graves quemaduras en todo el cuerpo, luego sencillamente se marchó.



    Cuando el Elegido despertó caminó al templo de la Guardiana de la Luna y la encontró en el suelo, intentó acercarse para ayudarla.



    -Atrás, no quiero que nadie me vea así-dijo ella muy triste, pero sus palabras escondían una rabia inmensa-He sido derrotada por débil, por creer en las personas, pero hoy juro que nunca más volveré a confiar en nadie.



    El Elegido salió del templo espantado y muy triste. Luego preguntó en el pueblo que era lo que había pasado.



    -El fénix ha vuelto y se hace llamar Yosho-le informaron. El Elegido salió furioso a buscarlo, sentía mucha rabia contra sí mismo. Fue él quien había liberado a ese monstruo horrible que había lastimado a su Guardiana, y sería él quien acabaría con su maldad.




    Hace muchos años atrás había una leyenda que contaba, que en los confines del mundo, en la montaña más alta, dentro de una cueva vivía un ave de fuego, condenada a tener las dos personalidades más complicadas del ser humano, la bondad y la maldad, más en ella siempre predominaba el lado malo. Este ser de tal ambigüedad, se llamaba Yosho. Una vez un hechicero cansado de todos los crímenes que cometía este siniestro ser decidió emplear su magia para encerrar el lado malo del ave de fuego. Escaló la montaña más alta, y cuando por fin logró llegar a la cima, enfrentó a Yosho, en combate desigual. El mago murió, pero con su último aliento, logró hechizar al ave, para que su lado bueno sea el que primara de hoy en adelante.




    Así fue escrito, y así se dio, se dice que el ave de fuego siempre que llega a cierto periodo de vida, o cuando está muy lastimado, renace de sus cenizas, para volverse un ser más joven y poderoso. Eso fue lo que ocurrió. Tras varios años del hechizo, el ave de fuego renació, y ahí fue cuando la cazadora lo encontró y decidió ir tras él. Más ahora el viejo espíritu de la primer ave de fuego, el legendario Yosho había regresado, y nuevamente ocasionaba el caos en la población. Él debía ser detenido, sin importar el costo.



    Yosho se encontraba sobrevolando un altiplano. El Elegido a distancia lo pudo haber matado con la sola ira que desplegaban sus ojos. El fénix lo contempló de soslayo y arremetió rápidamente contra él .Con mucho esfuerzo el Elegido lo consiguió evadir. El fénix liberó de sus garras ráfagas de fuego que acometían incesantemente a su enemigo.



    El Elegido esquivó certeramente los ataque y dio un gran salto hacia él, en el aire desenfundó su espada y de una precisa estocada hirió el ala derecha del ave. El fénix perdió estabilidad y cayó al suelo. El Elegido aprovechó esto y sin desperdiciar un solo segundo arremetió nuevamente contra el ave cortando el ala restante. Su furia contra el perverso ser lo había vuelto poderoso, y su determinación le había otorgado la victoria. Yosho no podía volar, así que el Elegido se aproximó a él con su espada en lo alto.



    -Ahora pondré fin a tus maldades de una vez por todas


    La Guardiana de la Luna, permanecía de pie en sus aposentos, parecía muy pensativa y algo ausente. El Elegido ingresó al templo de su guardiana con la cabeza del ave en sus manos.



    -¿Lo ve Guardiana?....ya no tiene nada que temer...he matado al Fénix Yosho... todo terminó… el ya no herirá a nadie más…por fin tendremos paz...- dijo el elegido, totalmente fuera de sí. Los ojos le brillaban y su corazón latía a mil.



    -¿Temer?, yo ya no le temo a nada. Y ahora con Yosho muerto podré dominar cuanto pueblo desee, mi imperio se extenderá por todo el mundo- dijo ella mientras que en su mirada moraba la ambición, -Mucho me temo que la paz nunca llegará-respondió impasiblemente mientras permanecía mirando atreves de la ventana.



    Después de ese día todo cambió. Desde entonces ella era fría con todos. Incluso con el Elegido quien empezó a temerle.



    Un día él se le acerco e intento convencerla de que volviera a ser la de antes.



    -Usted no es así, por favor vuelva a ser la doncella buena y amable que una vez logró cambiarme, incluso que pudo dar esperanza a mi oscuro corazón-Rogó el elegido quien se sentía ya sin argumentos cuando alcanzo a decir...



    -Yo hice una promesa, ¿Recuerda?, y no es mi intención romperla- dijo el Elegido con la voz entre cortada.



    Pero ella lo ignoro, ya no lo escuchaba, solo pensaba en como obtener más poder y como expandir sus dominios.
    -Por favor Guardiana, debe recapacitar, usted no es mala, aún puedo ver su noble corazón-Le dijo él recordándole sus propias palabras, tal afirmación logró sacarla de su abstracción.




    -¿Noble? , ¿Qué sabes tú de mi corazón? ¿Qué sabes tú de mí? ¿Puedes entender acaso el corazón de una mujer? ¿Sabes, quizás lo que yo siento? No hay nada que recapacitar, me he vuelto poderosa, más que ninguna criatura en esta tierra, ahora todos me obedecerán, y lo que yo ordene, eso se hará




    El elegido se acercó hasta ella.




    -¿Qué haces? ¡¡Atrás!! Yo no permito que nadie se me acerque




    -Eso no es verdad, hubo un tiempo en que yo era muy cercano a usted, hubieron días en los que conversábamos y reíamos mucho, en esos momentos de inmensa felicidad




    -Esos tiempos no volverán, soy una mujer muy importante ahora, no tengo tiempo para esas tonterías… la doncella que consiste murió, la mató aquel día el ave inmortal, murió la mujer noble, y nació en otra en mí, mucho más fuerte…




    -Yo no lo creo así, aún hay bondad en su corazón




    -Note acerques más… o yo




    -¿O usted qué? No puede hacerme daño, su noble corazón se lo impide




    -¡¡Atrevido!! Veamos si puede hacerte daño o no- De las manos de la doncella de la luna aparece un arco y una flecha dorada.




    -Usted no disparará contra mí, lo sé




    -¡¡Insolente!! , ¡¡Claro que lo haré!! , ¿De qué privilegio crees que gozas para afirmar que no te dispararía? , no des un paso más o te aseguro que te mataré




    ¿Si lo va hacer, entonces por qué duda? Alguien que no tiene corazón simplemente no le importaría




    -¡¡¡Cállate!!!




    -Acéptelo, usted aún es buena, aún se preocupa por los demás… aún se preocupa por mí… le importo…




    -¡¡¡Cierra la boca!!! , o juro que lanzaré la flecha… no te acerques o juro que lo haré…-
    Sus palabras parecían una súplica más que una orden, como rogando, “No me quites la poca humanidad que me queda”, “No me obligues a matar a lo que más amo”.




    -Me voy a acercar guardiana, me voy acercar y le daré un abrazo, para que recuerde con él, toda su bondad




    -¡¡¡Vas a morir maldito por tal insolencia!!!




    -Hágalo, si con mi muerte logro devolver a mi amble dama gustoso daría mi vida, fue mi culpa que Yosho escapará, por mi debilidad usted fue lastimada, es por mí que ahora usted no cree más en las personas, será por mi entonces que vuelva a ser una guardiana buena…




    Ella no lo pensó más y disparó. El elegido no se movió y la flecha atravesó su pecho. Él calló toscamente al suelo.




    -¿Eso era lo que querías? , eso obtuviste, lo mismo le ocurrirá a quien se interponga en mi camino, y diciendo esto la guardiana se marchó.




    El Elegido se sintió morir, no por la flecha claro, sino porque su guardiana lo había herido, no en el cuerpo sino en el corazón. La muerte física ya no le importaba, más él no murió, el espíritu del hechicero de antaño, aquel que encerró por primera vez el lado malo de Yosho, apareció delante de él y lo curó.




    -Oh gran sabio, gracias por curar mis heridas, pero dígame por favor por piedad suya, le imploro de rodillas, dígame ¿Qué puedo hacer para que mi guardiana vuelva a ser la misma?


    -Lo siento, valiente caballero, no hay nada que se pueda hacer, su corazón se ha vuelto negro, oscuro como la noche… lo único que se me ocurre para que ella pueda volver a ser la misma… sería romperle el corazón, aunque claro, eso le provocaría la muerte…




    El Elegido salió del templo examinando las palabras de aquél espíritu. Se sentía tan inútil, tan impotente, y tan estúpido. Fue por él que su doncella, siempre buena y amable, ahora se había convertido en siniestra y temible. Y ahora la única forma de salvarla era solo a través de la muerte, algo que él no se atrevía a hacer.




    Caminó muy triste. Vagó sin destino. Hasta que un día renunció a todo, dejó su poca suerte y se marchó, quizás a un lugar donde sus penas no dolieran tanto, o a lo mejor, simplemente donde pudiera olvidarse de todo. Voló con dirección hacia el sol, donde finalmente desapareció.



    Claro, que en el pueblo se contaba una vieja historia, en la cual se decía que un día vieron regresar al Elegido. Con la barba crecida y el cuerpo más viejo, pero aún con la misma mirada inocente como la primera vez que contempló a su guardiana. Afirman que la doncella siempre lo esperó de pie en su templo, que desde que él se fue, nunca más se apartó de ahí.




    Pero lo cierto es, que la gente del pueblo solía inventar un final feliz, para cada historia triste.
     
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    Última modificación: 21 de Abril de 2014

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