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La Elegia del Retorno (Luis G. Urbina)

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por Rigel Amenofis, 28 de Abril de 2013. Respuestas: 4 | Visitas: 10359

  1. Rigel Amenofis

    Rigel Amenofis Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre
    Volveré a la ciudad que yo más quiero
    después de tanta desventura; pero
    ya seré en mi ciudad un extranjero.

    A la ciudad azul y cristalina
    volveré; pero ya la golondrina
    no encontrará su nido en la ruina.

    Volveré tras un año y otro año
    de miseria y dolor. Como un extraño
    han de verme pasar, solo y huraño.

    Volveré por la noche. En la penumbra
    miraré la ciudad que arde y deslumbra
    como nube de chispas que se encumbra.

    Buscaré un pobre lecho en la posada,
    y mojaré de llanto la almohada
    y me alzaré de prisa a la alborada.

    Veré, a las luces de la aurora, inciertas,
    las calles blancas, rígidas, desiertas,
    los muros grises, las claustrales puertas.

    Mis pasos sonarán en las baldosas
    con graves resonancias misteriosas
    y dulcemente me hablarán las cosas.

    Desde el pretil del muro desconchado
    los buenos días me dará el granado
    y agregará: - ¡Por Dios, cómo has cambiado!
    Y la ventana de burgués aliño,
    dirá: - ¡Aquí te esperaba un fiel cariño!
    Y el templo: - Aquí rezaste cuando niño.

    Dirá la casa: - ¡Verme te consuela! -
    ¿Nunca piensas en mí? - dirá la escuela -
    y - ¡Qué travieso fuiste! - la plazuela.

    Y en esa soledad, que reverencio,
    en la muda tragedia que presencio,
    dialogaré con todo en el silencio.

    Caminaré; caminaré ... Y, serenas,
    mis pasos seguirán, mansas y buenas,
    como perros solícitos, las penas.

    Y tornaré otra vez a la posada,
    y esperaré la tarde sonrosada,
    y saldré a acariciar con la mirada

    la ciudad que yo amé desde pequeño,
    la de oro claro, la de azul sedeño,
    la de horizonte que parece ensueño.

    ¡Cómo en mi amargo exilio me importuna
    la visión de mi valle, envuelto en luna,
    el brillo del cristal de mi laguna,

    el arrabal polvoso y solitario,
    la fuente antigua, el tosco campanario,
    la roja iglesia, el bosque milenario!

    ¡Cómo han sido mi angustia y mi desvelo,
    el panorama de zafir, el hielo
    de los volcanes decorando el cielo!

    Veré las avenidas relucientes,
    los parques melancólicos, las gentes
    que ante mi pasarán indiferentes.

    O tal vez sorprendido, alguien se asombre,
    y alguien se esfuerce en recordar mi nombre,
    y alguien murmure: ¡Yo conozco a ese hombre!

    Iré como un sonámbulo: abstraído
    en la contemplación de lo que he sido
    desde la cima en que me hundió el olvido.

    Iré sereno, resignado y fuerte,
    mirando como transformó mi suerte
    la ingratitud, más dura que la muerte.

    Y en el jardín del beso y de la cita,
    me sentaré en mi banca favorita,
    por ver el cielo y descansar mi cuita.

    Entre la sombra, me dirán las flores:
    ¿Por qué no te acompañan tus amores?
    Tú eras feliz; resígnate; no llores.

    Y en el jardín que la penumbra viste
    podré soñar en lo que ya no existe,
    y el corazón se sentirá más triste.

    Evocaré los seres y las cosas,
    y cantarán, con voces milagrosas,
    las almas pensativas de las rosas.

    Mas ni un mirar piadoso; ni un humano
    acento, ni una amiga, ni un hermano,
    ni una trémula mano entre mi mano.

    Entonces, pensaré con alegría
    en que me ha de cubrir, pesada y fría,
    tierra sin flores, pero tierra mía.

    Y tornaré de noche a la posada,
    y, al pedir blando sueño a la almohada,
    sintiendo irá la vida fatigada
    dolor, tristeza, paz, olvido, nada ...

    Nacido en 1864 y no en 1868, como se dice a menudo)2 en la Ciudad de México y fallecido en Madrid, España, el 18 de noviembre de 1934. Su nombre suele escribirse como LUIS G. URBINA, y en las listas se alfabetiza siempre por el apellido Urbina.

    Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria. Se relacionó con el poeta modernista Manuel Gutiérrez Nájera y con Justo Sierra, con quien trabajó en la Secretaría de Instrucción Pública. Se dedicó a la docencia y a la crítica teatral y musical para diversos periódicos. Durante la Revolución mexicana se trasladó a La Habana y a Madrid, donde murió, viajando también a Buenos Aires y a Italia.

    Las contradicciones sobre su año de nacimiento son un anuncio de lo poco que se sabe de su infancia. Seguramente fue menesterosa, dada su orfandad, la urgencia con la que empezó a trabajar siendo muy joven, y las condiciones de vida durante el porfiriato.3

    Tras cursar estudios en la Escuela Nacional Preparatoria de México, e iniciarse con cierta precocidad en el periodismo como redactor de El Siglo XIX, Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública durante el porfiriato, se fijó en él y lo apadrinó tanto en la vida cultural como en la función pública, nombrándolo su secretario personal. De esa época data también su relación con Manuel Gutiérrez Nájera, la otra persona de mayor influencia en su obra.

    Fue maestro, llegando a ejercer la cátedra de literatura española en la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Escuela Nacional de Altos Estudios; periodista autor de celebradas crónicas, y también crítico de música y teatro en diarios y revistas como El Mundo Ilustrado, la Revista de Revistas o El Imparcial, del que llegó a editorialista hacia 1911. También escribió en colaboración antologías y ensayos sobre la literatura mexicana, destacando la Antología del centenario, de 1910 (centenario del grito de Dolores, de 1810, que inició la Independencia), escrita en colaboración con Pedro Henríquez Ureña y el historiador Nicolás Rangel, bajo la dirección de Sierra. Colaboraba también en la mítica Revista Azul, divulgadora del modernismo americano, fundada por Manuel Gutiérrez Nájera. Pero si se lo sigue recordando es sin duda por su obra poética original, elegante y emotiva.4

    En 1913 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de México, cargo que funge hasta 1915. Se recuerda el atinado informe que entregó al gobierno a los cuatro meses de dirigir la biblioteca, reportando la desastrosa situación en la que se le entregó el centro. También fue notorio su éxito en la conservación de las Biblias, muy amenazadas a su llegada.

    Cuando en agosto de 1915 las fuerzas revolucionarias tomaron la Ciudad de México, y Álvaro Obregón asumió la presidencia, Urbina abandonó el país, no conforme con la revolución constitucionalista, exiliándose en La Habana. Urbina había cometido un error político en la turbulencia revolucionaria, apoyando en 1913, desde su tribuna de El Imparcial, a Victoriano Huerta.5

    En Cuba, como antes en su país, ejerció la docencia y el periodismo.

    En 1916, su periódico, El Heraldo de la Habana, lo envía como corresponsal a Madrid. En esos años, un buen número de mexicanos ilustres vivieron en Madrid, ya fuera por estudios o exiliados por la Revolución: Alfonso Reyes, Martín Luis Guzmán, Diego Rivera o Ángel Zárraga eran compatriotas vecinos de Urbina.6 Seguirá en Madrid hasta su muerte, salvo intervalos de viajes, de los que los más importantes lo llevaron a Buenos Aires, entre abril y agosto de 1917, a Italia, a comienzos de 1920, y a un frustrado regreso a México en ese mismo año.

    Muy fructiferó resulta el viaje a Argentina. En la Universidad de Buenos Aires dicta un ciclo de conferencias sobre literatura mexicana, que luego se publica como La vida literaria de México y La literatura mexicana durante la Independencia

    En 1918, de vuelta en Madrid, es nombrado primer secretario de la embajada de México en España, cargo que ocupará hasta 1920, año en el que viaja a Italia y regresa después a México.

    En México es nombrado secretario del Museo Nacional de Arqueología, Etnografía e Historia. Pero el 21 de mayo de 1920 el asesinato de Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, Puebla, vuelve a sacudir a la sociedad mexicana de forma no grata para Urbina, que regresa a Madrid. Nuevamente se le conceden cargos oficiales, esta vez en la comisión "Del Paso y Troncoso", primero como secretario (sucediendo a Alfonso Reyes) y después, desde 1926, como encargado.

    Murió el 18 de noviembre de 1934. Su cadáver fue inmediatamente reclamado por las autoridades mexicanas, y en diciembre del mismo año entraba en Veracruz. Está enterrado en la Rotonda de las Personas Ilustres de Ciudad de México.7

    Su obra puede bifurcarse en tres ramas: la primera está formada por las críticas musicales y teatrales dispersas en los medios de la época, si bien se han hecho recopilaciones, y por las crónicas periodísticas que él mismo dio a veces a la imprenta; el segundo son los trabajos académicos de historia de la literatura, que se plasmaron en libros y textos de conferencias. Pero se sigue recordando y leyendo sobre todo al Luis G. Urbina poeta.

    Una pequeña nota:
    Me acorde de este poema que me gustaba mucho cuando era niño y me lo hizo recordar un poema de nuestra compañera Maria AG, un poema que dedica a su partida de Madrid.
     
    #1
    Última modificación: 28 de Abril de 2013
    A LUZYABSENTA y TARDE GRIS les gusta esto.
  2. Ligia Calderón Romero

    Ligia Calderón Romero Moderadora foro: Una imagen, un poema Miembro del Equipo Moderadores

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    Hola Enrique!

    gracias por acercarnos esta maravillosa obra y reseña de un grande sin duda alguna que dejó su huella muy bien cincelada en la historia. Un placer llegar hasta tu espacio y disfrutar de la elegancia del verso, hoy que por tu medio llega hasta nuestros sentidos una elegía de profundo sentir en su excelente letra.

    Con todo respeto,

    Ligia
     
    #2
    A Rigel Amenofis le gusta esto.
  3. MARIANNE

    MARIANNE MARIAN GONZALES - CORAZÓN DE LOBA

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    interesante recopilación nos dejas, un beso grande
     
    #3
  4. Rigel Amenofis

    Rigel Amenofis Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Creo yo que este poema, es poco conocido fuera de mi país y por eso lo puse en el portal aparte de identificarme por su contenido pues yo también deje la misma ciudad durante muchos años. Gracias por leerla.
     
    #4
  5. LUZYABSENTA

    LUZYABSENTA Moder Surrealistas, Microprosas.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores

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    Ha sido interesante recrear este poema y bucear en ese
    aluvion dde sensaciones que transmite. saludos amables
    de luzyabsenta
     
    #5

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