La enfermedad mental

La luz tenue ocultaba mi rostro, tímidamente algunos rayos de sol impregnaban las sabanas blancas, arrugadas tras el paso de la noche. El ruido de los carritos me sobresaltó, era la hora de levantarse y de darse una ducha que aclarara las ideas, ideas delirantes y sin orden en mi cabeza. Las paredes de aquel sitio eran como estigmas en la piel, había señales, escritos, rastro de arañazos... Ayude a poner las mesas para el desayuno con la cabeza firme pero a la vez con aire desaliñado, pelo mojado, piel delicada y sombría... Mí alrededor no era nada alentador, todo lo contrario, batas verdes, caras apáticas y desorientadas, cuerpos sin vida, ojos cansados...
Ese día no era como los demás, aunque en aquel lugar todos eran parecidos y sin ritmo, volvería a recuperar mi vida desorganizada y desbordada de nuevo, pero esta vez desde abajo y serena.
El reloj parecía haberse parado en ese momento, momento en el que bajamos al patio lleno de arboles, para mi ponerme al sol apartada de todo era como un ritual, esos rayos parecían mágicos en estas circunstancias y los aprovechaba hasta que una voz molesta te ordenaba la retirada y tu paz se veía alterada.
Todas las entrevistas se formaban en un mismo patrón de conducta por parte del entrevistador, y yo como paciente solía actuar del mismo modo. Pero algo cambio porque ese día llegue a ver la luz del día desde otro prisma, ande y ande alejándome de aquel edificio que había sido mi casa durante un mes, para adentrarme en un nuevo territorio, más sensible y delicado, el del comenzar de cero, volver a nacer. Las hojas volaban a mi alrededor, como pétalos marchitos de aquella rosa sin dueño, flor suave y llena de luz que alcanzaba mis sentidos, caminaba sin rumbo llena de entusiasmo y vitalidad, con una maleta en mi regazo soñaba con volver a la normalidad como aquellas gentes que paseaban, que reían, que discutían alrededor de mi. Llegue a ver a lo lejos una especie de casa donde había mas almas sin rumbo fijo, me compare con ellas y seguí mi camino como si estas me hubiesen guiado hacia algo que en el fondo de mi corazón parecía un palpito de algo bueno y no negativo, así que espere esa cola con ansiedad, con temor y algo de escalofrió.
En el fin de esa cola me esperaba un entrevistador, esta vez era distinto ya que él me diría si este camino es el que yo podía escoger, su presencia me tranquilizo y me acompaño a una sala donde me invito a sentarme, el me pregunto qué me había pasado para llegar hasta allí, yo muy tranquila le conteste "Estas almas me han guiado".
Aquel sitio era de lo más organizado y a la vez desolador, los cuartos eran tenues y sombríos, con varias camas en su interior.
El espacio era limitado, parecido a un hostal de carretera, el baño estaba fuera y los pasillos eran grandes y tenebrosos, parecidos a los de alguna película de terror.
En el patio exterior habilitado para mi gran vicio, había todo tipo de reuniones en mesas y sillas, aquellas personas habían venido por alguna razón y solo ellas sabían que les unía, podría ser el destino o podría ser la pereza de no poder afrontar las cosas desde otra realidad.
Los días pasaban vagando por mi inocencia y descansando en algún parque, esperando el momento de volver a entrar en aquel lugar, ya no llevaba mi maleta, y parecía como si faltara algo en mi interior, solo observaba a la gente y creía que estaba perdida de nuevo, pero no, eso era lo más doloroso, eso era, el comenzar.
Volví a mi cuarto, la noche se hizo notar con su oscuridad, sabía que esta etapa tenía que acabar, que ese lugar eran los cimientos pero no los ladrillos y mucho menos el techo. Me acosté, mi cabeza daba vueltas como en una noria descontrolada, si, se me olvido, mi pastilla, muy importante para mí y para mi camino de seda que yo misma me había creado.
Amaneció un nuevo día, estaba cansada pero me tenía en pie, había pasado ya otro mes, hoy tenía una entrevista, me hablaron de un lugar donde la limitación la ponías tu y en el cual podrían ayudarme a encontrar un nuevo sentir de las cosas, sin presión por las horas pasadas y comidas por el tiempo, yo acepte sin pensar, sin darme a penas cuenta del gran paso que estaba a punto de dar.
Aunque recuerdo vagamente que este paso en el pasado lo había dado ya, mi vida fue como una montaña rusa llena de altibajos, la euforia siempre se mezclaba con la depresión, era un todo o un nada.
Compartí mi vida con varias personas, las cuales se cansaron de mis cambios de humor, depresiones y momentos de excitación, nunca volví a saber nada de aquellas sombras que me tapaban el infinito, yo y mi libertad era lo único que me interesaba, así llegue a perderlo todo.
En aquel momento las noches eran como un juego para mí, me sentía poderosa, la energía me desbordaba por mi cuerpo como si fuese una explosión de vitalidad sin control.
Imaginaba cosas que me gustaría ser pero que en la realidad eran ficción, como ideales que uno se crea para combatir la soledad, soledad perpetua en mi piel, en mi rostro, en mi forma de moverme, hasta en mis ojos que a veces asomaban lagrimas del ayer convertidas en fracasos sentimentales y mentales.
Tenía otra oportunidad para encauzar lo que algún día intente enderezar y que por remotas circunstancias no fui capaz.
Era primavera y el calor ya alteraba mi estado de ánimo, todo estaba tranquilo y las flores florecían como amantes escondidos deseándose mutuamente, estaba rodeada de personas pero como si estuviera sola pensaba y pensaba, nunca me había sentido tan tranquila pero a la vez perdida sin saber que iba a pasar con mi vida, que camino tenía que escoger, sentada bajo el sol reflexionaba y meditaba sobre un futuro mejor. [FONT=Arial]Al día siguiente un chico que había conocido de antes me miro a los ojos, me saludo y entabló conversación conmigo, era agradable esa sensación nunca me había sentido tan cómoda con una persona, era un alma noble de esas de los cuentos y me hizo la estancia en aquel lugar mucho más llevadera de lo que realmente era.
[FONT=Arial]Al pasar los días me di cuenta de que esa persona estaba haciéndose hueco en una parte de mi corazón, ya hasta se me olvidaba de donde estaba entre risas, miradas y gestos.
[FONT=Arial]Poco a poco la confianza entre los dos era tan grande que pasábamos la mayoría del día juntos y era como flotar en el aire, como una nube que navega vagamente por el cielo y se confunde con la brisa del mar. Decidimos compartir más cosas juntos hasta el punto en el que los dos éramos una sola persona, la cual afrontaba los problemas y desavenencias con más fortaleza de lo habitual, fortaleza que yo todavía carecía de ella, y que intentaba buscar a toda costa ya que mi gran debilidad era esa: “afrontar los problemas”.
[FONT=Arial]La felicidad se veía en mi rostro y mi carácter y hasta en mi comportamiento, los demás lo notaban, yo brillaba con una luz especial, la luz del amor verdadero.
[FONT=Arial] Cada día por la mañana deseaba levantarme para verlo, lo buscaba con la mirada mientras escuchaba su voz, esa voz que se me quedo clavada en mi pensamiento, no dejaba de pensar en él, era como un amanecer, como una flor abriendo sus pétalos, como una sonrisa en medio de un despertar.
[FONT=Arial]Me daba igual tener miedo a las cosas, y sentirme perdida por que ya sabia que quería algo y eso era él. El sentir de las cosas era cada vez más especial y sentía como palpitaban nuevos pensamientos que yacían en mi interior. Me acordaba de tiempos pasados y era desagradable, no me reconocía, esa montaña rusa de sensaciones que tenia anteriormente me atormentaba y estaba cada vez mas en mi. [FONT=Arial]Las cosas se complicaban como un día nublado, todo se veía muy oscuro, muy desolador, los ánimos se arrastraban como almas en pena por el cielo.
[FONT=Arial]Mi estado de ánimo era una constante de altibajos, tenía miedo a que pasara lo de la otra vez, por eso me centre en mi y decidí que ya que tenía algo en lo que pensar, no me iba a rendir, iba a luchar y a mirar un poco por mi futuro. Su nombre Miguel Angel.
[FONT=Arial]Ese día llovía y mi mente volaba de una manera asombrosa, las imágenes se presentaban en mi interior como recuerdos vagos que solían acompañarme en mi viaje de vivir, con ellas el presente, los momentos vividos se amontonaban como trastos viejos en un cuartillo. Cada gota de agua era un sueño, un futuro junto a él, una casa propia, un camino los dos unidos, una lucha constante, en definitiva un amor sin control.
[FONT=Arial]Todas las personas tenemos miedos, estos se alimentan de los sueños incumplidos, de las calamidades pasadas, de las punzadas que da el corazón cuando quieres a alguien y no es correspondido, por ejemplo. Todos deberíamos mirar en nuestro interior en lugar de irnos huyendo a buscar respuestas a otros lados que no sean el mismo ser. Yo tengo ese defecto salgo corriendo hasta no poder más y sentirme en mi nuevo destino perdida, vagando de un lado a otro sin saber donde está mi sitio, cada día me hacía la misma pregunta donde estará ese sitio, como sería aquel lugar, pero analizando las cosas no tenía por que ser un lugar podría ser una persona o simplemente la estabilidad que la cual te diera, eso lo descubrí gracias a él.
[FONT=Arial]Un simple gesto de cambiar de peinado, es un paso para el cambio interno, para sentirte mejor contigo misma, para sentirte mejor con los demás, así vas abriéndote como una tímida flor después de un daño causado por la lluvia de la noche.
[FONT=Arial]Ir caminando por los senderos solo no es lo mismo que hacerlo junto a alguien, las piedras del camino se hacen más llevaderas, más ausentes con pisadas fuertes y serenas.
[FONT=Arial]Las lamentaciones y los gritos no sirven de mucho si después volvemos a cometer los mismos errores del pasado, hay que aprender de estos y evitarlos pero a veces incomprensiblemente nos volvemos a encontrar con ellos, casi siempre eso es porque en el último encuentro hemos pasado algo por alto importante.
[FONT=Arial] Siempre tenemos que escondernos, una mirada, un gesto puede malinterpretarse, la malicia es la enfermedad de este siglo. Pero las personas que no somos así no entendemos los cuchicheos, las criticas y las envidias. Me siento como un perro sin dueño, perdida en un mundo que no entiende las razones ni las verdades. Tengo la sonrisa rota, la alegría es una palabra desconocida en mi pequeña biblioteca. Encarcelada y desganada, cuando el calor que quieres recibir se trasmite con viento helado, los vuelos son cada vez más bajos, sin fuerzas, sin ganas de seguir un camino que te han allanado a base de engaños materiales, hasta convertirte en un pájaro de barro.
[FONT=Arial]El poder se mide con lo material y eso es así desgraciadamente, las personas somos títeres de la sociedad, solo por el miedo a estar solos, eso es lo que nos alimenta, y nos seguimos los unos a los otros sin tener en cuenta lo que pensamos verdaderamente, la falsedad y la hipocresía se lo llevan todo.
[FONT=Arial]La verdad es que antes no tenía miedo a nada, me creía la reina del universo, me sentía la más guapa y la intocable. Todo eso a cambiado, la estabilidad en un lugar me a dado razones para pensar que no estaba viviendo una realidad en esos momentos, todo era una fantasía, esa felicidad que sentía entonces era una mentira que se proyectaba ante mis ojos. [FONT=Arial]Como explicar que me sentía más feliz antes que ahora, pues bien, ahora tengo problemas, pero no son tan graves como yo me creo, simplemente son NORMALES, y lo digo en mayúsculas porque la normalidad en mi vida no era habitual, ahora tengo una pareja, un lugar que habito en él desde hace un año, cosa que era impensable antes, que me duraban las cosas dos meses o tres como mucho. [/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

Interesantes líneas Maribel

Gracias por compartirlas.

Bienvenida a Mundo Poesía.

 

Gracias Cesar, todo es escrito con el corazón, las palabras me fluyen solas jajajaja

 

Los "trastornos" siquiátricos no son enfermedades médicas.

 

La siquiatría no es Medicina.

 

La mente... vaya misterio. Hermosas letras!! Un placer leerte.
http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/

 

Gracias andres

 

Enhorabuena.
La enfermedad mental con buena medicación, cariño y disciplina, se puede superar
un fuerte abrazo
Rosario

 

Claro Rosario, es para toda la vida, lo que hay que hacer es asimilarlo y saber que forma parte de ti... un abrazo

 

Jorge, me emociona mucho que un gran escritor lea mis prosas y poesía me gustaría que me diera su opinión, ya que estoy escribiendo un libro y me gustaría dedicarme a esto, se que es complicado, saludos Maribel Labrador

 

Toda la siquiatría se reduce a una sola palabra: tortura.