La esencia perdida en los pliegues de las arenas de mi memoria

Alcanzar la perfección en un texto que ambicioso suena eso, me pregunto cómo alcanzar aquella perfección si es que en verdad existe.
En mi experiencia cada vez más me voy cuenta lo que voy perdiendo a través del tiempo. Quizá, no sé, haya sido erosionado por la marea de las olas de la inesperada realidad por estar postrado en el pasado o pisoteado por la manada de gente malvada, quizá se halla cubierto de la brea de pensamientos malsanos y así pasa desapercibido de la faz de la percepción de mis seres queridos o quizá este pero invisible o débil, quizá solo este y no lo note por alguna ceguera que para verla haga falta ver el mundo desde otro plano, no sé, solo sé que existe como una vida espiritual más allá de esta vida terrenal y que la complejidad del mundo sea un desafío simple como un rompecabezas de dos piezas, comparada a la adversidad de un mundo quizá nunca halla sido explorado por los seres humanos que haga callar al que cree que sabe, cuando en realidad la verdadera realidad es tan compleja y difícil de imaginar como la inmensidad del universo.
Tantas posibilidades incontables como las estrellas del cosmos. Ahora estoy en la proeza de encontrarlo porque de ahí se impregna lo bello sin dudas de una manera eterna e igual para todo aquel ser racional que busca lo esencial o incluso aquel que no se hiso esta pregunta por qué esta abrumado por los horarios o las responsabilidades. Aquel que es abulto estas palabras le estarán dando la imagen de lo que perdieron. Ahora tengo la misión de recoger los restos en las arenas de mi memoria aquellos gestos, recolectarlos como los artefactos de un valor sentimental incalculable e impregnarlos en la esencia de mis cuentos para la colosal proeza que dije anteriormente dije de hacer prosas perfectas. Todo este tiempo hable de esa niñez que si nos ponemos a pensar pasamos la vida siendo adultos y toda la niñez quizá aspirando en cierta forma a alcanzar esa adultez, reto aquel que me contradiga si alguna vez no pronuncio esto cuando solo era un niño: ¡Cuando sea grande…!
Lograr impregnar la esencia de la niñez fusionado de la sabiduría recolectada a mi corta edad en marcada en historias o pensamientos de contextos subjuntivos o fantasías que mi cabeza concierne, sería hacer lo más bello… ese es mi desafío.