La estatua de la Madre Patria

El pequeño hámster recorría el comedor dentro de una bola de plástico transparente, topando con los bajos del mobiliario: en las patas de las sillas de madera, en las de la mesa, en los rincones del mueble-bar, en los sofás, en las cortinas y en la chimenea, a la que volvía cada dos por tres, emitiendo un leve sonido agradable en su rozar con el parquet. De vez en cuando se detenía a olfatear e intentar arañar las superficies que le llamaban la atención, a pesar de estar en el interior de la bola de plástico transparente.

Ismael lo seguía con las esquinas de los ojos mientras continuaba leyendo el periódico dominical, al que no daba crédito, por cansancio de las reiterativas noticias de corrupción, harto cansinas a lo largo de los meses pasados. La idea de la imposibilidad de salida o de que se arreglaran alguna vez los problemas del país, abarcaba toda la desesperanza. En cierto modo, los habitantes de dicho país, eran como el pequeño hámster.

No mellaba la entereza de su ser esta causa, al fin y al cabo era más de lo mismo, sin recordar alteraciones desde que nació. El hombre es por naturaleza egoísta y malo, así, sin más, y no se ponga nadie delante de la fotografía creyéndose el bueno, porque es mentira, hipocresía pura, exceptuando algún que otro mártir moderno, como la madre Teresa de Calcuta, ya fallecida. No pensaba Ismael que quedaran más de cuatro en la Tierra.

Pero siempre hay noticias, que por mucho que uno esté acostumbrado a ser impasible en el mismo infierno , conmueven y dan que pensar. En mitad del periódico, una fotografía enorme de una estatua de mujer empuñando una enorme espada, con los cabellos al viento y una larga falda. Era una estatua en homenaje a la Madre Patria, situada en el antiguo Stalingrado, donde dos millones de personas murieron en la batalla de las batallas de esta humanidad.

¡Dos millones de muertos!, exclamó Ismael, ¿Qué pensarán realmente esos cuatro millones de padres de la madre patria? Son cosas que conmueven, pero es difícil imaginarse un infierno peor a este. Son cosas de esta extraña humanidad que jamás se entenderá, y menos aún, la aceptación de la mayoría de la gente de creer que fue necesario. Quizás deberían sacar de su bola de plástico a los hombres que la ruedan por la superficie de este planeta y transportarlos a ese momento para que huelan el aroma de la muerte, chupen el sabor de la sangre y sientan el infinito dolor de los moribundos mutilados, sus estómagos hambrientos y sus dedos congelados; la compañía de miembros esparcidos por el suelo enfangado en nieve y hielo, el tormento de saber con certeza que jamás volverán a ver a sus hijos, padres y abuelos, y lo que es peor, la seguridad de que sus descendientes estarán alguna vez en un situación similar a ellos; porque cuando uno está en tal lugar no hay esperanza en la humanidad; el que sale de algo así sabe perfectamente que no hay mayor infierno que el creado por el hombre.

Ismael pensó en lo bello, bonito y precioso si esa estatua, en vez de empuñar a una espada, hubiera mecido a un niño. Son cosas tan simples que saltan a la vista. Pero qué más da escribir para que el viento se lleve las letras y estas sean alteradas para los eslóganes de los malditos hombres.

Ismael sacó al hámster de la bola de plástico transparente y lo colocó en su enorme jardín, un pequeño Edén construido para él y su pareja, donde el peligro era nulo y la esperanza de vivir una vida feliz, finita, como la de cualquier ser humano de este Noedén creado por nosotros, los hombres.

 

Señor Evano admiró la forma que tienes de decir las cosas y las comparaciones que usas.
Creo que la mayoría de los seres humanos se conforman con las versiones fabricadas de las cosas y su apapacho emocional para justificar tantos hechos sangrientos e injustos y sus efectos colaterales.

Dicho esto... un montón de abrazos!

 

Muchas gracias, Señora Ethel, es usted muy amable y dicho esto se la saluda afectuosamente.

Graciassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
por ser mi lectora

Un montón de abrazos.

 

una imagen muy hermosa
no sabía que existía pero
es muy bueno conocerla
por medio de sus letras,
abrazos por su obra
Denn​

 

Muchas gracias, Denn, la imagen es preciosa, pero bueno, no sé si el motivo por el que está es tan bueno, yo diría que no.


Se la saluda afectuosamente.

 

Muchísimas gracias por el reconocimiento, me incentiva y me anima a seguir escribiendo.

Se les saluda afectuosamente y se les reitera las gracias.

 

[FONT=&quot]"No hay mayor infierno que el creado por el hombre". Cuánta razón tienes. La madre patria, la economía nacional, la "políticodecadencia", las dobles morales; mucho que pensar cuando uno se anima a leer un periódico o a ver las noticias.[FONT=&quot]
[FONT=&quot]Un saludo, Evano, y simplemente pasé y me gustó lo que leí. Feliz fin de semana.[FONT=&quot]

 

[h=1]Estaba leyendo un escrito de Emily Dickinson, después de cansarme un rato del genio inventivo y detectivesco de Poe y buscando por la red algo nuevo que leer, (sabes muchas veces busco inspiración recluida detrás de grandes maestros de la literatura), me topé con tu prosa. Entre la literatura moderna y la literatura contemporánea tu prosa no tiene nada que invadirle a los grandes maestros del relato corto. [/h] [h=1]Me conecte especialmente para decirte esto después de leerte, y con un ojo crítico admiro tu manera de enganchar y de generar suspenso en cosas sencillas, traumáticas de hecho, pero que pueden ser cotidianas. Buscas un foco aparente y lo narras con gran cualidad, tal vez a medida que más te lea amigo, empiece a buscar escritos tuyos para alimentar mi inspiración.[/h] [h=1]Buen trabajo, estimado poeta.[/h] [h=1]Felices fiestas[/h]

 

Estamos llegando amigo
a la insensibilidad total.
Nos crean de carne y hueso y con un corazón
pero todo se encamina a que seamos de hierro
y solo nos importe lo que nos pase a nosotros mismos.
Ahora mismo las madres patrias son madrastras
y devoran a sus hijos. Un abrazo.

 

Muchas gracias, señores Alonso, Danie y Eladio, y perdonen mi tardanza en agradecer sus visitas. Un abrazo, amigos.