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La flor de la esperanza

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edith Elvira Colqui Rojas, 17 de Noviembre de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 356

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    Os presento una flor, ¿La veis?
    Es la hermosa flor de la esperanza, que abre sus pétalos suaves en mi jardín y nunca se rinde ante las adversidades.
    Está toda bañada en rocío de ilusión, sus tonos lilas representan la templanza, en los momentos de oscuridad ¡Ella nunca se rinde! Y aunque su apariencia es muy delicada, ¡Es muy guerrera y tenaz!
    Aprendió a ser feliz con las lámparas encendidas de la esperanza. Viendo todo con ojos de fe.
    Es mi flor de esperanza, que encanta siempre en mi jardín, que me da el placer de vivir la vida, qué quiere compartir la inmensa alegría de ser parte de esta naturaleza hermosa, que el buen Dios nos regaló.
    Y por eso hay dicha en mi corazón, porque siempre en los bolsillos de mi alma, llevo prendida esta flor, porque me hace vivir tranquila, viviendo el futuro con fe.

    Te regalo mis flores de esperanza, tengo muchas en el jardín de mi corazón, ellas te alumbrarán cuando el sol de la alegría, se apague en tu faz. Basta con que las mires y todo tu ser se iluminará,
    Guárdala siempre en las paredes de tu alma, te la entrego, no la vayas a olvidar.
    Mi flor de la esperanza te alentará, cuando las borrascas de los problemas, quieran tu barca hundir,
    cada pétalo, una palabra de aliento te dirá: "No te rindas", "Sé valiente”, “Levántate, vuelve a empezar", "Sigue adelante”, “El mañana será mejor"...
    Que mi flor de esperanza, te abrace con sus pétalos de amor, ella sólo quiere que vivas la vida feliz.
    Ningún problema, ninguna dificultad será tan grande que no puedas solucionar con esta flor de la esperanza.
    Esta flor me sostuvo en momentos de dura prueba y de dificultad por ello nunca la dejé escapar.
    ¡Dios era quien me la mandaba, tenía que coger sus pétalos, para no sucumbir! Y mi rostro se llenaba de alegría, al ver sólo de la vida lo bueno, y no lamentarme más.
    Mi flor bendita, siempre me acompaña desde esa vez. Me hizo mujer fuerte, que mira hasta la muerte con ojos de tranquilidad y de fe. Y por eso hoy, hay dicha en mi corazón, y jubilosa exclamo, una canción para que me recuerden:
    ¡Florecillas de la esperanza, vayan, inunden mi casa, inunden mi ciudad, florecillas de la esperanza, inunden el mundo entero, de alegría y felicidad!...

    *Autora: Edith Elvira Colqui Rojas – Perú – derechos reservados
     
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    Última modificación por un moderador: 15 de Mayo de 2018
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