La fotografía del váter

Soy incapaz de transcribir las sensaciones sentidas al ver aquella fotografía; quizás un desconcierto abrumador, desesperación, las columnas de la realidad desmoronadas o, algo más inquietante: la entrada a un laberinto tortuoso con recovecos donde hallaré pasajes de la locura de mi pasado.

Avanzaba el ayer como un vagón inseparable al trayecto. No lo desenganché.

La imagen había sido tomada desde arriba. Reproducía un rincón de un cuarto de baño que se intuía pequeño —un metro y medio cuadrado, exactamente, tú lo sabes, así que no te engañes, me dijo mi interior—. El váter sin tapa abría su boca blanquecina allí abajo, sobresaliendo de unas baldosas ocres adornadas por betas marrones desiguales, a modo de falso mármol. El limpio cagadero estaba encajado en un rincón, entre azulejos de cuadraditos blancos y, la cadena, con su mango de plástico igualmente blanco, diagonaba en la parte superior izquierda. Era el toque final para romper cualquier duda. La misma cadena de aluminio trenzado, idéntico tirador. Y si todavía mi mente se negaba a admitir lo que mis ojos le portaban, ahí estaba el agujerito donde cabía una moneda de dos euros, a la altura de la vista. Todos los días colocaba una moneda. Luego entraba Ana y la cogía, sin preguntar quién era esa alma caritativa que le regalaba diariamente el dinero con el que compraba la comida para su bebé.

Los escasos detalles eran más que suficientes para incendiar el presente, para introducirlo en el infierno de nuevo. Era ese, sin la más mínima de las dudas, ese era el maldito cuarto de baño. ¿De dónde diablos había sacado la fotografía el tal Pablo? ¿Qué o quién le inspiró el microrelato que acompañaba a la escasa imagen? ¿Fue a conciencia o casualidad? No, es imposible que se den tales coincidencias.



Fue el único día que Ana entró en la cafetería con su hijo de meses. Una primavera radiante, un sol maravilloso y una brisa calurosa mecía la falda de colores y la alegría de la joven madre soltera. Reían madre y retoño cuando entraron. El local se llenó de ilusión, de esa luz que no podemos explicar, y de ese olor que le viene a uno y lo traslada al momento más feliz que tuvo; un olor que acompaña a alguna ánima que no distinguimos, pero con la certeza de que es alguien que hemos querido más que a nosotros mismos. El resto de los clientes giraron y le sonrieron y prosiguieron con sus churros con chocolate matinales. Ana me pidió los mismo, pero también un trocito de pastel de fresas. Hoy es especial, Vicente, hoy es un día maravilloso.

Ese día no había entrado al cuarto de baño. No recogió su moneda y me alegré y me dije que ojalá la suerte se hubiera puesto de su parte por fin. Quizás había encontrado trabajo, o a un buen hombre. Sí, me alegré por ella.

Y de golpe entró la muerte en la cafetería, disparando a bocajarro a los clientes. Sangre y ánimas que se iban de este mundo en un momento, entre el ruido infernal y la pólvora. No sé las balas que me alcanzaron y no me dolieron, no podían doler con Ana y su hijo muriendo enfrente de mí.

Meses después, cuando me recuperé y salí del coma, me contó la policía que aquel individuo no se marchó después de los aberrantes asesinatos, sino que se encerró en el pequeño cuarto de baño, subido al váter. Había echado el cerrojo, esperando a que alguien llegara. Cuando derribaron la puerta se encontraba encañonando al frente. Dijo que el asesino se marchó, que había arrojado al suelo el arma y él la había recogido y se había encerrado porque estaba aterrado por el pánico. Pero la policía no le creyó, ni la juez... ni los presos que le ahorcaron en su celda.

Quizás fuera un milagro que me salvara, o quizás ese día fallecí y lo que ocurre ahora es que las vías de aquella desviación, de aquella bifurcación, me llevan hacia otro destino, quizás el de la locura, quizás a un laberinto de vías infinitas.






Inspirado en un microrelato de Pablo7972 y, sobre todo, por una fotografía de un váter que acompaña a este. Un váter idéntico a uno que conocí.

He aquí si quieren visitar el micro y la foto de Pablo:

http://www.mundopoesia.com/foros/showthread.php?t=464352&highlight=

 

Infinitos laberintos creo que si y tu los asaltas con frecuencia jeje, y nacen historias y mas historias y nos dejan ver lo genial de tu escritura!!
Un abrazo que va por algun laberinto!!!

 

Esta historia nace del señor Pablo 7972, estimada Ethel (con todito respeto), de su micro (el que remarco al final), pero sobre todo de la fotografía que es idéntica a un váter que conocí jajajajjajajajja y no es broma, me quedé estupefacto cuando la vi jajajajjajajjajja.

Me adentro en el laberinto a ver si encuentro ese abrazo jajajjajajjajaja.

 

creo conocer el laberinto mágico, de seguro en algunos de mis viajes de ficción he pasado por allí, pero nunca de la manera tan excelentemente contada, me gustan en sobremanera, la manera en que detallas todos tus cuentos, o novelas.
siempre al detalle con el tino apropiado, generando potencialmente imágenes.
saludos

 

Muchas gracias, señor Tyngui.

Si supiera la verdad de la fotografía que el señor Pablo7972 puso en su microrelato creería en "cosas raras" jajjajajajjaja. Creo que es, sino el mismo, un váter idéntico de un bar que regentaba yo, pero Pablo jamás estuvo allí jajjajajajjajajajja y además vive lejísimos de mí jajajjajajajja. ¿Casualidades de la vida?

Es para creer en brujas jajjajajjajajaj.

Gracias amigo.

 

Muchas gracias señora Marlene2m por su pasear por esta extraña historia ficticia (aunque lo del váter no jajajjajajaj), y por su punto de vista tan curioso y a tener en cuenta.

Un fuerte abrazo.

 

hahahahahaha no pues ahora le escribes a la piraña? hehehehe imagino todo el rollo, lo bueno es tu imaginación que es amplia, besos a los dos

 

Vaya, es genial. Me había dicho algo mi amiga Morado, pero no me había coincidido pasar, ni me acordaba de que había una prosa dedicada a aquella fotografía del váter. Quizá has desarrollado en poco espacio algún trocito del final, la explicación de cómo entra el psicópata en el bar. Es lo único que se me ocurre oponer a este magnífico relato. Enlaza al cien por cien con aquel micro, que además has interpretado prácticamente como yo lo había hecho.

Queda en el aire y para juicio de los lectores el porqué aquél hombre, fuera de sus cabales y perfectamente armado con su fusil ruso, se arrebujó en el servicio como una extensión de la misma cadena del váter. Yo tengo mi criterio. Pero la psicosis es así, va y viene, y la personalidad con ella. Pero esa es otra cuestión. Porque tu relato se centra en la parte humana que a todos nos ha pasado alguna vez. Si es que somos humanos o lo fuimos en algún tiempo. Ese enlace temporal, social, físico en cierta medida, pero sobre todo psíquico con alguien. Por una simple fotografía, por un momento en que las vidas de ambos se cruzan, por una mirada. El abrazo de las almas de la chica soltera y sin trabajo, con su bebé a cuestas, hurgando en la solidaridad de un camarero o barman que se siente inexplicablemente parte de su pequeña historia.

Llueve sobre mojado o, las desgracias nunca vienen solas. Lo peor está por llegar. Y tantos otros dichos, refranes y sentencias del día a día que vienen a destrozar, como en tu relato, la tímida esperanza de que la bonanza de los tiempos y las cosas se preste a saludarnos una mañana.

Gracias por todo, ha estado genial de tu parte, y se agradecen este tipo de tentativas. Es otro abrazo, si quieres, como el de tu relato entre camarero y joven madre, entre dos autores de este foro, un poquitín sórdidos ambos. Jeje. Gracias por todo, amigo. No te pude reputar, pero está muy bien escrita y descrita toda la parte inicial e intermedia, sobre todo. Es decir, la parte más propia tuya, antes de enlazar con la mía. Abrazos grandes.

 

jajjajajjajjaja Señora Morado, le llama Piraña a Pablo jajajajaja.

Sí, fue una historia paralela jajajjaj.

Besos con respetito.

 

Muchas gracias señor Pablo, por su excelente y agradable comentario.

Es cierto, la historia da para mucho más, pero aquí queda por si algún día deseo hacer de ella un relato o un cuento.

En lo humano tiene algo de realidad esta narración, pues fui y soy camarero (ahora en paro) e historias de estas (por desgracia) hay muchas en la vida de los que andamos por la tierra.

Se le saluda, amigo.

Un abrazo.

 

EVANO buenos días.

No soy asidua a los relatos, pero me dejé llevar totalmente por la historia, ficticia.. real? No lo sé.

Un sabor de generosidad, amor, alegría y dolor profundo al final.

La VIDA tiene reacciones ambiguas y lo que se supone un final coherente y feliz, cae en un angustiante desenlace.

Me trae al pensamiento el drama de POZETO hace unos años.
Realidad cruel
espíritu equivocado en el lugar y momento que no correspondía
cercenó la vida de más de 40 personas.

Gracias por compartirnos tu palabra.
Cordial saludo.

 

Muchas gracias por su recorrer tan agradable por mis letras, señora Vida58, por su comentario tan bonito.

Por suerte lo aquí real es sólo lo bueno, no lo malo.


Se la saluda afectuosamente.

 

Interesa de principio a fin, voy a reerlo con calma.
Justo un buen realto para ese momento de tranquilidad antes de irse a dormir.
Un abrazo.

 

Muchas gracias, señor Azul Dean, es lo mejor que se le puede decir a un escritor aficionado, que sus letras sean leídas.

Se le saluda afectuosamente.