La fragancia de una imagen

Esta prisión involutiva regenera espacios en el mismo punto de partida, se desliza a través del costado flaco de mi adrenalina, derriba unos pocos lugares contiguos de la mente, motivando minúsculos intentos de voluntad.
Proyección pseudo practica, que va disecando en liviandad, la crónica sádica de unos pocos artilugios deyectados.
Encerrado en las paredes del silencio, aun queda un desliz sin ejecutar, pero sigue cerrado el entusiasmo de esos pioneros intentos simulados.
No hay salida.
No hay salida.
Detrás de la nada, esta oculto el tiempo, que retrotrae al mismo espacio, secuenciándolo todo una vez más.
Segmentando un poco mas, la luz del extravío, que sigue de cerca, aunque incomoda, la antigua saga inanimada de la muerte.
Bajo el sonido amargo de los sueños, reposa la locura.
Comentan las sombras sobre el destino de las culpas, allí dormidas, bloqueando el paso a las nuevas ilusiones.
El viento mueve la cortina con fuerza, mientras suena hipnótico el pasado.
Poco queda ya.
Nada más que nada.
Solo la fragancia suave de una imagen pasajera, dibujada en la pared, tal vez buscando ser parte de una nueva historia.

 

El hastío de una nueva línea que se suma a la anterior pero que en realidad se repite.

El eco se vuelve monótono en cuanto la gracia inicial de la primera palabra huyó en el reflejo del espejo.

Tal vez, si retornara el antiguo deporte de levantarse a cambiar el canal del televisor con los dedos, mismos que despojen de las pilas al control remoto.

Todo se ha vuelto autómata, y hasta un aparato cualquiera de teclas diversas nos chupa la creatividad, en una amarga continuidad programada por los recuerdos.

Hemos terminado digitalizados.

Un abrazo a la distancia.

Dragon Ecu

 

tyngui, un placer visitarte Felicidades por tu prosa.

Saludos,
desde Panamá.

 

dragon_ecu
muy interesante tu devolución, ademas agradecido eternamente por leer y colocar una respuesta.
saludos
tyngui sanchez

 

gracias rogelio querido
abrazo emotivo desde argentina

tyngui sanchez