La gatita y la niña

Saríta era Sordomuda

pero sabia bailar

y se fijaba en las cosas

de su cercano lugar.



Una gatita naranja

era amiga de Sarita;

dormía al pie de su cama

como una fiel compañera.



Un día frío de otoño

se encendió la chimenea

y toda la noche ardió

en sus entrañas leña.



Al alba un tronco rodó

y prendió a la camilla

llenando todo de humo

despertando a la familia.



Todos salieron llorando

pero Sara no salio.

La gata a mordisquitos

la zarandeo de nuevo.



Las hermanitas gritaban

por si acaso las oían,

pero Sara no bajaba

y los padres ya subían.



Al pie de las escaleras

vieron bajar a Susana

con la gatita en sus brazos;

Susana ya sonreía.

 

Gracias Estimada Nube. Ha sido un gusto encontrarte de nuevo. Un abrazo

 

Lindo poema nos dejas bien historiado. Un abrazo.

 

Un placer que te guste. Es una gozada escribir poesía asi. Que tengas buen día

 

Un enorme placer recibir tus letras Laly. Que descanses