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La guirnalda fresca.

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por PEQUEÑO GRANITO DE ANIS, 11 de Noviembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 556

  1. PEQUEÑO GRANITO DE ANIS

    PEQUEÑO GRANITO DE ANIS Poeta asiduo al portal

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    18 de Octubre de 2010
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    Ha llegado la noche y corro a mi habitación emocionada, me pierdo en mi closet buscando algo hermoso para ti, arreglo mi cabello y coloco en el una guirnalda parecida a la de ayer, a la de anteayer, a la de siempre.

    Mi cuerpo se baña de un perfume suave y dulce, salgo despavorida y me planto en el quicio de mi puerta, levantándome de puntillas para alcanzar a mirar la calle por completo.

    Volteó de un lado a otro, entonces pasa el hijo pequeño de mis vecinos, se para junto a mí y me mira con la curiosidad reflejada en el rostro, no se aguanta y me pregunta –¿Otra vez?- Y algo indignada le quiero herir con los ojos, pero resignada le contesto- Si niño, otra vez-

    El pequeño mueve la cabeza en señal de desapruebo, toma su bicicleta y se va, no sin antes gritarme- ¡ Eres una necia ¡.

    Miró el reloj, han pasado 67 minutos desde que me estampe en ese lugar, los pies me duelen un poco pero no pienso quitarme las zapatillas, perdería mi vestido la belleza si lo hago.

    Cierro los ojos entonces y traigo a mi mente el recuerdo de nuestro último encuentro, en la promesa que me hiciste de vernos nuevamente, siento el sabor de tus besos y el calor de tu abrazo. –Pronto- fue la respuesta a la pregunta que te hice en ese momento.

    Desde entonces vivo enamorada, emocionada con nuestro reencuentro y todas las noches preparo el mismo ritual.

    El frío amenaza mis huesos y el hijo del vecino regresa a mi lado y con tristeza me dice –te lo dije- y se va corriendo tras mi persecución.

    Vuelvo cansada, entro al calor de mi casa y cerrando la puerta me recargo en ella observando todavía por la mirilla, un suspiro con tintes de dolor brota de mi pecho. Respiro calmadamente y al tranquilizarme, me dirijo a la cocina, quedó un poco de leche que dejé ayer y mordiendo un pedazo de chocolate, miro hacia la nada.

    Entonces la emoción me hace saltar y me digo –mañana será otro día, tengo que estar descansada para tu llegada- Dejo otro poco de leche y regresó a mi recámara.

    Me pongo el pijama esperando que la guirnalda pueda permanecer fresca. Bajo las cobijas sueño con tu mirada y pronuncio las palabras mágicas –buenas noches mi amor, hasta mañana- y con una sonrisa en el rostro me quedo dormida, la espera a veces es muy cansada, La guirnalda siempre estará fresca
     
    #1

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