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La historia de Bernardo y Alfonsina.

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por FORJADOR, 1 de Abril de 2012. Respuestas: 4 | Visitas: 1050

  1. FORJADOR

    FORJADOR Poeta recién llegado

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    La historia de Bernardo y Alfonsina.

    El dia transcurría caluroso y pesado, deseando tomar un poco de aire fresco, encaminé mis pasos hacia la entrada de mi pequeño negocio de herrería.

    El reloj marcaba las 12:25 del mediodía, los transeúntes, se podían contar con los dedos de las manos, esto era comprensible, pues debido a lo intenso y bochornoso de la temperatura existente, no se antojaba en lo más mínimo, caminar por la calle en aquéllos instantes.

    Cuando me disponía a ingresar de nuevo a mi lugar de trabajo, escuché tras de mí la voz de alguien que afablemente me decía… ¡Adiós vecino!

    Era don Bernardo,que a paso lento, sin prisa alguna; avanzaba por el sector acompañado de su esposa, solo a unos cuantos pasos detrás de él.

    Correspondí cortésmente aquél saludo y me quedé mirándo,o mejor dicho , admirando, el grado de sumisión voluntaria ejercido por aquélla mujer ante su esposo. Era recurrente observar casi a diario, el andar de aquélla pareja por el lugar, un día a la tortillería, otro a la tienda de abarrotes más cercana, ciertamente siempre juntos, pero de ésa forma tan peculiar; él adelante y ella tras de él,como queriendo buscar con la silueta del marido, la protección en todos los aspectos: Del calor, del frío, o de cualquier peligro existente.

    A decir verdad,siempre me he sentido halagado con la amistad que me brindan dichas personas,porque en ellas veo reflejada la esencia de nuestra provincia mexicana, ya casi en extinción.

    Al verlos, recuerdo con nostalgia las tradiciones que existían, o que tal vez aún existan en algunas regiones de nuestro país, en las bodas por ejemplo, se tenía por costumbre el valerse de“portadores”, personajes campiranos que tenían como función el acompañar al novio a pedir la mano de la futura esposa, gentes por lo general de edad madura, con la experiencia necesaria para cumplir cabalmente con tan importante encomienda.

    Hace algo más de 25 años, acudí a una boda de ése tipo, todavía en mi mente se guardan de manera nítida los aconteceres de dicho evento, los preparativos empezaron desde un día antes, con el sacrificio de los animales, (cerdos y borregos), que formarían parte de los platillos a degustar en aquélla ceremonia, ¡Que ajetreo aquél!- El día de las nupcias inició desde muy temprano, por doquier se respiraban aquéllos olores exquisitos provenientes de las cazuelas de comida, que las cocineras del lugar preparaban con tanto afán y conocimiento del oficio.

    Los novios mientras tanto, ataviados con sus mejores galas y después de la ceremonia religiosa, acudían casa por casa sin saltarse ninguna, para invitar gustosa y personalmente a todo aquél que deseara acompañarles, esto por todo el rancho,con el objetivo principal de no hacer menos a ninguno de sus habitantes, puesto que así lo marcaban sus costumbres.

    Al llegar la hora de la comida, me sorprendió sobremanera la gran cantidad de invitados que se dieron cita en la casa de la novia, pero lo que más me llamó la atención, fue el hecho de ver que la gran mayoría de ellos, acudían con una vianda de regular tamaño en sus manos, al preguntarle a uno de los lugareños al respecto, me comentó que en éste tipo de eventos, se tenía por costumbre acudir así a las convocatorias, disfrutar plenamente de los platillos ahí ofrecidos y al retirarse, el anfitrión tenía la casi obligación de regresarles a su hogar, con dicha vasija repleta de comida.

    Aquello me causó una gran hilaridad, recuerdo que solo dije para mis adentros: ¡Dios santo!- ¡Vaa ser algo imposible el poder satisfacer a tanta panza aventurera!- Y lo externé por una simple y sencilla razón,la boda que se escenificaba en aquéllos momentos… ¡Era la mía!

    En fin, de cualquier manera, todo esto fue para mí una gran y hasta entonces desconocida experiencia, que recuerdo siempre con gran cariño y añoranza…

    Pero volvamos denuevo a nuestra historia.

    Como he comentado con anterioridad, el transitar de don Bernardo por el barrio, era constante, aveces se detenía a platicar conmigo por algunos momentos; el saludo, el comentario…Y hasta luego.

    Pero hubo una ocasión, en que debido a que previamente me había ordenado fabricarle algunos trabajos, del tipo de los que yo realizaba en mi taller, que acudió al mismo a recogerlos, mientras le daba los últimos toques a lo encargado, inició la plática, que de inmediato se centró en la disciplina que implica el desempeñar todo tipo de actividad laboral.

    [COLOR=#000000]Me dijo de manera reflexiva, ¡Oye vecino!- Siempre que paso por aquí, me causa admiración el verte trabajando desde temprano en tu negocio, -¡Sabes!- Yo ahora ya estoy viejo, pero en mi juventud y desde muy pequeñito, mis padres me enseñaron a ganarme el pan, con el sudor de mi trabajo, lamentablemente mis hermanos y yo quedamos huérfanos de madre desde muy chicos y así le hicimos frente a la vida por un buen tiempo.
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    [SIZE=3][COLOR=#000000]Cuando tenía alrededor de 18 años de edad, viendo que en nuestro hogar hacía falta la presencia de una mujer, que pudiera aliviar en algo la ausencia irremediable de mi madre y que de alguna forma, ayudara a atender a mi padre y a mis hermanos,empezó a crecer en mi mente la idea de casarme.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]La verdad es que aunado a mi juventud y a mi fama de hombre trabajador, siempre fui muy socorrido en el asunto de conseguir novia con gran facilidad, -¡Tenía hartas!- Pero una en especial, a la que yo quería mucho, era a quien había escogido para que fuera mi esposa.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Un buen día, domingo para ser exacto, monté en mi caballo y tomé el camino que conducía al pueblo donde vivía aquélla mujer, al salir del rancho se escuchaba música por dondequiera, se celebraba la boda del hijo mayor de Don Jacinto Martínez.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Llegue a la casa de mi novia y ante la presencia de mi futuro suegro, le pregunté que si tenía abien la decisión de casarse conmigo, ella contestó que sí y yo contento le dije que muy pronto estarían ahí “los portadores” para pedir su mano.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Rato después me despedí de ella y regresé a mi pueblito, la fiesta estaba en todo su apogeo, me sentía que no cabía en mi pecho tanta alegría, entonces, me tomé unos tragos con unos amigos, de repente sentí una mano por mi espalda, al voltear me topé de frente con una de las varias novias que tenía, que sonriendo me decía…-¡Vamos a bailar!- Me le quedé mirando extrañado y dudé un poco, pero luego me pensé…- ¡Total!- ¡Será mi último baile antes de casarme!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Bailamos un buende tiempo, luego la llevé a sentar y encaminé mis pasos donde mis amigos, para seguir tomando, estando ya algo ebrio, les comenté de mis planes de casamiento y les pedí de favor si podían ser mis -“portadores”- a lo cual contestaron alegremente… ¡Claro, mañana mismo!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Me despedí de ellos entre felicitaciones y abrazos, la parranda había estado buena y tenía que descansar, la madrugada terminó por ceder, no sé qué hora sería del dia siguiente, lo cierto es que dentro de mi inconsciencia, sentí que alguien tironeaba mi hombro con la firme intención de despertarme, era mi hermano,queriéndome avisar que en la puerta de entrada de la casa, se encontraban unas personas que deseaban hablar conmigo.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Acudí a atender a aquellas personas, al abrir, me di cuenta que quienes requerían de mi presencia,eran los amigos con quien había estado departiendo la noche anterior, en un estado de euforia total y casi al unísono, exclamaron…-¡ Felicidades!- Venimos de la casa de tus futuros suegros, ha sido acepta tu petición de mano, debes acudir con nosotros, a ultimar los detalles pertinentes para llevar a efecto la boda.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Aquella noticia definitivamente terminó por despertarme, apresuradamente me di un baño y en cuestión de unos minutos, tomamos el rumbo hacia la casa de mi futura esposa.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Emocionado, tomé la punta de aquélla comitiva y ansioso por llegar, aceleré el paso de mi caballo; escuché al momento que alguien me gritaba: ¡Oye, espera, a donde vas,el rumbo es hacia el lado contrario!- ¡No jueguen, respondí!, apresúrense, que ardo en deseos de abrazar a mi novia.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Acicateé el caballo y de nuevo lo mismo, ¡Sotero! ¿Qué te pasa?, la casa de Alfonsina está en el lado opuesto. Al escuchar aquello mi corazón dio un vuelco y contesté… ¿Yque tiene que ver ella en todo esto?
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Alfonsina, era la mujer con quien había estado bailando la noche anterior, entonces comprendí el porqué de aquél desconcierto y desesperado pregunté… ¿Acaso han ido a pedir su mano para mí?, Como respuesta obtuve solamente, el respirar agitado de nuestros caballos.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]La voz medrosa y apagada de uno de ellos argumentó… “Dispénsanos” Bernardo, como te vimos bailando con ella tan contento y apretujado casi toda la noche, pensamos que era la mujer con quien querías matrimoniarte, no fue nuestra intención errar de ésa forma.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Apreté los dientes conteniendo la rabia que me invadía y casi gritando en medio de aquél llano exclamé… ¡Me han desgraciado para toda la vida!, Luego me quede en silencio, no se por cuanto tiempo, en mi mente había una serie de contradicciones y de imágenes, por un lado, el dolor y la tristeza que le causaría a mi amada novia al enterarse de aquello y por el otro, la gran felicidad de la afortunada; que ninguna culpa tenía de todo lo acontecido.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Respiré profundamente y mientras aquella bocanada de aire entraba en mis pulmones, terminé por decidir mi vida. Resolví acudir a la casa de los padres de Alfonsina, a ultimar los detalles del casorio. Antes de entrar al recinto, uno de mis portadores comentó… ¡Oye Bernardo!,
    No tienes que hacer esto, el error ha sido de nosotros y nosotros mismos lo aclararemos, a lo cual enérgicamente contest酡No señor!, la palabra de un hombre siempre tiene que ser ley, ¡Aunque en ello le valla la vida!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]El tiempo pasó y con él lo que habría de acontecer, me casé con Alfonsina sin quererla, al final de cuentas, mi padre y mis hermanos solventaron sus necesidades, de alimento y atención en sus ropas y en los quehaceres de la casa, a decir verdad, de inmediato se ganó el afecto de mis seres queridos, esto por debido a que era una buena mujer, pero yo no podía amarla, pues mi corazón y mi mente se habían quedado con Rosario, mi querida e inolvidable novia.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Los meses desfilaban por mi vida, pero mi vida no encontraba la paz, no me adaptaba a ése matrimonio forzado y para rematar, me sentía culpable con mi mujer, pues aunque ella se desvivía en atenciones para conmigo, no lograba tomarle afecto alguno.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Desesperado por aquélla situación, decidí emprender un viaje de trabajo hacia los Estados Unidos, quería alejarme de aquél lugar, dejarlo todo atrás y en el fondo;confieso cruelmente que deseaba no encontrar, si un día regresara, a aquella pobre mujer tan buena.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Fui a parar a un condado del estado de Arkansas, en donde por cierto, residían una buena cantidad de paisanos oriundos de mi pueblo y laboré en ése lugar por seis años de mi vida, aunque lejos, jamás olvidé a mi padre y a mis hermanos,periódicamente les enviaba la ayuda económica para que no les faltara nada y casi por remordimiento, en las cartas enviadas a mi padre, le preguntaba por mi mujer, a lo cual siempre me contestaba… ¡Aquí sigue con nosotros hijo!, Ella es una gran mujer y te quiere a la buena, valórala por favor.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Al quinto año de trabajar en el condado, me topé con alguien que para variar, también había sido mi novia, era de un pueblo cercano al mío y para que mentir; hice vida con ella por un buen tiempo, pero ya para entonces, se había incrementado en mi la idea de regresar.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Al año siguiente,le comenté la inquietud que tenía de retornar a mi lugar de origen, para darle una vuelta a mi padre, estuvo de acuerdo y hasta me acompañó en el viaje, venía con un embarazo ya a punto de concluir, recuerdo que en un punto cercano a nuestros destinos nos separamos, ella tomó hacia su pueblo y yo rumbo al mío,no sin antes prometer que retornaríamos al condado meses después, cuando hubiese salido de sus cuidados y yo de mis asuntos.[/COLOR][/SIZE]

    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Llegué a mi tierra contento y ansioso por abrazar a los míos, fui recibido efusivamente por mis hermanos, luego por mi padre, el cual después de platicar por un largo rato conmigo, me cuestionó duramente por mi comportamiento con mi abandonada y abnegada mujer, que dicho sea de paso, encontré algo desmejorada y enferma, talvez por el intenso trabajo desarrollado por ella en aquélla casa.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Con el paso de los días y al ver que su salud no mejoraba, comprendí hasta entonces lo ingrato que había sido con mi esposa todo ése tiempo, me preguntaba cuantas noches las habría pasado igual por culpa de mi abandono, de mi descuido e indiferencia hacia ella, de repente, un extraño sentimiento de afecto invadió mi ser, que hizo que brotaran lágrimas de mis ojos involuntariamente, ¡Tal vez de arrepentimiento!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Aquél arrepentimiento, aparentemente había llegado a mi demasiado tarde, pues como dije antes; ya había adquirido el compromiso de la mujer que esperaba una criatura mía y que estaba por aliviarse. “Con qué facilidad se emproblema el ser humano, por no utilizar adecuadamente el buen criterio”.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Pero…. ¡Qué lejos estaba de imaginar siquiera, todo lo que se cernía sobre mi![/COLOR][/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Queriendo remediar un poco mis errores y también porque era mi obligación, llevé a mi mujer con el médico para que recuperara su salud, llegamos al consultorio y esperamos el turno para que le atendieran, rato después llegó el momento de su consulta, tal vez por la poca costumbre de mi presencia, me pidió entrar ella sola con el doctor, accedí, porque lo importante en aquellos momentos era su atención y me quedé sentado en la sala de espera.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Tenía solo unos momentos de estar ahí, cuando me di cuenta que una mujer que estaba sentada aun lado mío, se me quedó mirando fijamente y me dijo, ¿No se acuerda de mi?
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Sorprendido por tan repentina pregunta le contesté… Disculpe señora, no sé quién es usted, no tengo el gusto de conocerle. Con un extraño gesto de melancolía en su rostro replicó… ¡Qué bien quedó, soy Rosario, a quién dejó usted esperando para casarse!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Sentí que la sangre se me iba a los pies, tenía ante mí a la persona que más había amado en la vida, pero de ésa mujer tan hermosa que conocí, ya no quedaba nada, su piel marchita, sus ojos enmarcados por unas inmensas ojeras negras y sus piernas,tremendamente inflamadas, de nuevo, el remordimiento hacía presa de mí, pero con todo el corazón le dije… ¡Perdóname Rosario!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Se me quedó mirando fijamente, luego apretó mi mano con la suya y de su pecho surgió una frase casi hueca… ¡Está usted perdonado!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]¡No dijo más!, Al momento de terminar aquéllas palabras, se abrió la puerta del consultorio y se escuchó la voz del médico decir: ¡El siguiente por favor!, Ella se levantó para tomar su turno, cruzándose irremediablemente en la puerta de entrada con mi esposa.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Fue la última vez que le vi con vida, escasos quince días después expiró en su casa, víctima del mal al que le nombran Leucemia.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Lloré su muerte en silencio, por respeto a mi mujer no acudí a su sepelio, pero le pedí a Dios que la recibiera en su seno y que me perdonara por todo el daño que le había causado sin quererlo.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Pero aún había reservado para mí otro castigo más. Dos días exactamente después de la muerte de Rosario, se presentó ante mí una persona, que provenía del pueblo donde vivía la mujer que habría de dar a luz a mi hijo, trayéndome la noticia que terminaría de desmoronarme por completo: Aquélla mujer, había muerto en un parto difícil, mal asistido por una “comadrona” de su pueblo, ¡LLevándose también con ella a mi pequeño hijo!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Casi arrastrándome por el dolor y ya sin fuerzas para nada, acudí a ése pueblo para darles la cristiana sepultura y verdad buena, que ahí quería morirme yo también, pero lamentablemente mi misión en el mundo no ha terminado y ya ves vecino, ¡Aquí sigo aún, hasta que mi Padre Dios lo quiera!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Ésa mujer, quién me esperó pacientemente y sin protestar jamás, de la cual solo he recibido amor y palabras tales como: Usted manda, como usted ordene, como usted lo desee,quién se ha ganado a pulso todo mi amor y todo mi respeto y a quién le he pedido perdón de rodillas… ¡Es ésa que ves siempre detrás de mí!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Por premio o por castigo, ha envejecido conmigo, me ha dado hijos, nietos y bisnietos y si Dios así lo dispone, ¡Será quién cierre mis ojos el dia que sea llamado a cuentas!
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]De nuevo las lágrimas brotaron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas con espontaneidad, como una presa que se rompe, al ya no soportar en su interior tanta presión, yo respeté solemnemente aquél momento y con la mayor de las sinceridades le dije… ¡Ánimo Don Bernardo!, Que mientras estemos por acá,debemos de vivir con dignidad, aprender de nuestros errores y agradecerle al creador por cada día que nos permita amanecer con nuestros seres queridos,nuestras obras y nuestros pecados, no son otra cosa más que decisiones tomadas en su momento, que para bien o para mal, formarán parte de nuestro caudal de experiencias vividas.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Enjugó sus lágrimas de hombre recio y me dio las ¡Muchas gracias!, por haberle escuchado,argumentando que le había sido de gran provecho el haberse desahogado de ésa forma, algo más quiso decir, pero en ése momento, apareció en el umbral de la puerta de entrada, un jovencito de escasos nueve años de edad, que dirigiéndose a él expresó: Abuelo, dice “Güelita” que vaya a comer y que ya no le quite el tiempo al señor, que lo deje trabajar.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Ambos sonreímos a carcajada abierta… ¡Si Bernardito!, solamente pasé a saludar al vecino y a preguntarle por unos trabajos, solo que nos pusimos a platicar cosas de viejos y se nos ha pasado el tiempo sin sentirlo, pero ya me iba; luego volteó hacia mí y concluyó… ¡Regreso mañana!, Al fin que tengo a mi favor, todo el tiempo del mundo.
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    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000] S[/COLOR][/SIZE][FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]alió de ahí contento y relajado, tomado del hombro de su pequeño nieto y mientras caminaba rumbo a su casa me dije para mis adentros, ¡Cuantas historias tan recónditas guardamos en el alma los seres humanos!
    [/COLOR][/SIZE]
    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Regresé al interior de mi lugar de trabajo, dispuesto a continuar con mi faena, que apenas se encontraba a la mitad del día, esperando tal vez al próximo empleador de miss ervicios, ése rostro nuevo, que se unirá a la lista de personas que Dios me permite conocer a diario; al fin de cuentas… ¡Eso es lo apasionante de mi oficio!
    [/COLOR][/SIZE]

    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Gracias a todos por su probable lectura y por su tiempo.[/COLOR][/SIZE]

    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Forjador.[/COLOR][/SIZE]

    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Es Francisco Morales Pérez.[/COLOR][/SIZE]

    [FONT=arial][SIZE=3][COLOR=#000000]Abril 01 del 2012. [/COLOR][/SIZE][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
    #1
  2. Emy nancy

    Emy nancy Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Forjador lei su historia, en realidad es muy penosa, aquel hombre que por ser
    respetuoso, y leal sacrifico su vida por no desilucionar a una mujer por causa de
    una equivocacion de otras personas, que terrible debe ser estar al lado de alguien
    que no se ama, y que triste para esa mujer que lo dio todo a cambio de nada, pero
    su espera al final la reconpenso es increible la historia, le felicito, muy buena, no habia
    podido leerla mas antes, ahora me di el tiempo y alli esta comentada. DIos le bendiga,
    saludos y abrazos. Emy Nancy.
     
    #2
  3. Rosario de Cuenca Esteban

    Rosario de Cuenca Esteban Verso Suelto

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    Me ha encantado. Te mando Reputación con estrellas
    un beso
    Rosario
     
    #3
  4. FORJADOR

    FORJADOR Poeta recién llegado

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    Muchas gracias amiga Emy Nancy,
    por haber leído ésta historia, que és verídica en todo su contenido.
    Por respeto a los actores principales de éste escrito, cambié los nombres reales de los mísmos,
    pero como díje antes, lo que aquí se relata y expresa, és historia real.
    Dios le bendíga, saludos.
     
    #4
  5. FORJADOR

    FORJADOR Poeta recién llegado

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    Rosario de Cuenca Esteban.
    Señora de todos mis respetos, por el regalo que me há otorgado a travez de la lectura de éste escríto,
    quedo de usted plenamente agradecido.
    Saludos.
     
    #5

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