La inexistencia de la poetisa, según su poema.

No me culpen por tomar en mis manos
la mirada de sus ojos vivos!
Por quitarles los alientos ¡Todos¡.
Ni por abrirles la piel con alevosía
exponiendo sus entrañas al viento.

Soy poema que glorioso a un tiempo
nació del corazón de una mujer.
Con alocada fantasía la hice solo mía
¡A ella! Mientras su garganta
dolorida arrojó lágrimas en torrente.

Le abrí el recuerdo feliz o el dolorido
como ladrón me metí en su nido
me robé su indignación y su desafío
para dar voz sublime a mi voz
y una conciencia a mi claro existir.

La dejé seca de alientos y de fe,
para entregarte en charola de plata
el amor, la pasión, la dicha y el placer.
¡La mítica verdad de la existencia!
La llave para enfrentar lo in acabado.

No me culpen si con mi existir, yo…
¡La he asesinado! – Ella expira tenue -
Desvelada brindó sus candores
dio voz, espacio, música y silencio.
cuando me lees, ¡Ella!…Solo muere…©

 

me gustó mucho su poema


un abrazo fuerte

 

Me ha gustado tu poema, un abrazo y mi reputación!

 

Muy bien poeta, gran tema, me ha gustado, estrellas y hasta pronto.