La inmortal pareja

El secreto que hoy comparto, es uno que no tiene memoria, los impuestos en cualquier época del año son amortiguadores implícitos de la edad moderna o contemporánea, para la voz que vive dentro del alma hay muchos riesgos que mudan de enfermedades por antigüedad en cada año de vida, los que memorizan lo que pasa de un mes a otro se acordaran que la supuesta tarifa que se paga para deducir impuestos va aumentando; lo que sería parte del método narrativo u origen de la ficción abundaría en las calles tal y como el volante mueve cada centímetro del auto. El primero en saltar al fondo del abismo de la secreta esperanza que traumatiza hoy a la población es un ángel, todos conocen por que el ángel no puede tomar un arma o por que todos los métodos para volar son solares.

Ahí la blanda estepa se transforma en un rey sin dinero que sumerge el color de los labios mortíferos de la dama en un encuentro mortal con dicho planeta, el único lobo capaz de ser capaz de no ir de planeta en planeta es el asesino. Hay que pensar que todo lo que nace hace ruido, por eso mi secreto no es un ángel o una callejera pelea si no el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, cada una de ellas goza de la parte paternal que no sufre con el circulo de impedimentos físicos o corporales y todo lo que escucha el vivo es una melancolía que aparta de las nubes el orificio porcentual por cada una de ellas. El secreto puede tomar forma de padre si se habla de un padre callejero que monta en los charcos de agua su misma edad sin sacrificio alguno delante de los caballos o el ruido que nace de calle en calle por mediatizar el final de una experiencia dolorosa, también podría ser el asombroso ruido del animal convirtiéndose en pájaro. El secreto puede pasar de boca en boca y acabaría una experiencia maravillosa, la acentuación de muchos cabellos o raíces de lo que es hoy un manicomio.