La inocencia

La voz dulce de la maestra aún me acompaña.
He visto un ángel de luz.

Juegos ante el mar,
en la deriva de los crustáceos
hay una epifanía roja.

Viene el amor con el vestido de la lluvia,
un tren es la llama de la sinrazón,
la apuesta que finge.

Lloro por el padre que no lloró por mí,
ahora tendré en mis manos la luna creciente.

Disculpo el error de no sentir la niebla,
me dirijo a las islas
como un pájaro de azufre.

Volveré a los árboles del bosque,
a tu lujuria de limo y ciénaga,
a espiar al ciervo que tanto se parece a mí
o a la inocencia.

 

Descorrer el velo, cuando además es tan suave, de la inocencia es tan duro y difícil. Es como un vehículo sin marcha atrás. Saludos cordiales, penabad.

 

Gracias por leer y comentar. Un saludo, Sergio.

 

Me parecieron imágenes apropiadas para hallar detrás la bella inocencia.
Felicidades y saludos fraternos de Julius.

 

Muy bello como siempre, lo interpreto como una nostalgia dulce que me remonta a la adolescencia. Abrazote vuela amigo penabad. Paco.

 

Gracias, Julius, por la lectura y el comentario. Un saludo cordial.

 

Bellos trazos que arrancan ecos y fulguran en el silencio querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Agradezco la lectura y el comentario. Un abrazo, Paco.

 

Gracias, Nancy, por tus palabras. Abrazos.