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La Integridad

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Ami777, 29 de Abril de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 9593

  1. Ami777

    Ami777 Poeta recién llegado

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    Integro: Cualidad de mantener su pureza. No verse alterado o contaminado por ningún agente externo, ajeno a él mismo.

    Cuando hablamos de integridad estamos hablando de mantener o proteger algo ya existente: nuestros valores, nuestros principios, nuestra identidad.

    Una persona íntegra no es movida de su forma de pensar, sino por su forma de pensar.

    Una persona sin identidad no puede mantener su integridad, pues la integridad es proteger la identidad.

    Vamos entonces a buscar caminar en la integridad que se mantiene alrededor de esta identidad: “vivir en justicia (ausencia total de egoísmo), verdad, misericordia y amor.”
    Debemos, entonces, botar de nuestra mente patrones de conducta equivocados que han sido transmitidos en la sociedad de generación en generación erradamente, sin ser detectados ni descartados, y a veces hasta reforzados con el pasar del tiempo, provocando así confusión, injusticia, desorden y destrucción; una deformación de la sociedad en lugar de la edificación de una sana y bien integrada.
    Aparte de eso debemos vencer al enemigo número uno de la integridad que es el temor.
    Siendo esto así, no podemos dejar por un lado el hecho de que somos seres humanos creados por un Dios que nos respalda en todo lo que hagamos y que un día castigará a todo aquél que haya escogido el camino del mal. (Mat.10:28; 32-33)
    Ya con esta claridad debemos tomar la decisión de caminar en integridad en todas las áreas de nuestra vida.

    Integridad no significa ser perfecto en el sentido práctico de la palabra, sino anhelar serlo; no como un sueño, sino como un constante hacer todo lo que está en nuestras manos para lograrlo.

    Hay ciertas cualidades que contribuyen a la integridad y a veces la conforman:


    1. Humildad: Reconocer nuestras imperfecciones, nuestros errores e incluso nuestras maldades con un cambio inmediato, radical y sostenido.


    1. Valentía: Es necesario confrontar con sabiduría, justicia y amor todo aquello que ofende la integridad.
    Por ejemplo: Tenemos la idea equivocada de que lo correcto en la amistad es “tapar” aquello que nuestro amigo ha hecho mal. Pero la integridad nos enseña que debemos advertir y exhortar al cambio. De no haber respuesta inmediata debemos reportar el mal actuar a las autoridades pertinentes.
    Y en casos extremos el primer paso debe saltarse.


    1. Convicción: Debe haber una total y absoluta convicción en cuanto al valor de la integridad, para resistir tentaciones y amenazas.
    Hay ofertas muy atractivas que se nos presentan en el camino, pero su precio es violar la integridad. No importa entonces cuán bello, grande o apetitoso sea lo que se nos ofrece, debemos rechazarlo.

    Debemos creer que mantener la integridad nos concede una satisfacción (paz y contento en el alma) que ninguna otra cosa puede otorgar.
    Aparte de eso esperamos un día ser recompensados por un Dios justo que sabe cuánto vale cada una de nuestras decisiones y acciones.
    Debemos alimentar el aprecio y la estima de una conciencia limpia.
    Como seres humanos debemos estimular esto con toda clases de gratificaciones: verbales, corporales (palmadas en la espalda, abrazos, aplausos, señas que indican aprobación, … ), materiales, etc. para no sucumbir ante las presiones negativas externas que a veces se presentan con mucha fuerza.
    No debemos esperar a que estas muestras de aprobación vengan de los que nos rodean, sino debemos ponerlas en acción nosotros mismos y estimularnos estimulando a otros.
    Debemos desear impregnar nuestra sociedad de esto sin desanimarnos al no ver los resultados deseados. Debemos luchar para cosechar lo sembrado, empezando por nosotros mismos.


    1. Autoridad: La integridad otorga una autoridad respaldada por Dios.
    Cualquier persona íntegra debe entender esto y ejercer su autoridad con todo temor (responsabilidad), justicia y misericordia.
    Debemos afectar positivamente todo aquello que entre en nuestro círculo de influencia. No influir, no actuar, no corregir, no hablar, no aconsejar, es falta de integridad.


    Examinémonos a nosotros mismos y tomemos la decisión de ser gente íntegra que espera su recompensa del Dios de verdad.
     
    #1

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