La Ira Ciega

Como un ardiente relámpago que hunde su lengua de fuego en el fugitivo brezo,es tu rabia poderosa.Toda colmada de sapiencial ira divina.Cuanto más contemplo tu sagrada teofanía es cuando me postro de hinojos y te alabo con un canturrear meloso que ablanda a los astros y las estrellas de la impasible noche sin fin.Estás colmado con la fuerza astral de la todopoderosa muerte,mas eso no me asusta,sino que me atrae morboso,como un precipicio que un barranco nefasto abre a mis inocentes pies.Desearía que me redujeses con tu intempestiva energía a cenizas,para que luego el lúgubre viento en saña se las llevase a los confines del mar abierto hacia el infinito;donde tu espectral mirada ya no pudiese alcanzar,y así se cumpliese la plena teofanía de que ciego estarás y ya tarde para recuperarme.

 

Pues si,homo-adictus,sólo en la propia inmolación de nuestra esencia sagrada por parte de la furiosa potencia enigmática de la muerte es cuando ésta se arrepiente del vil acto,incapaz ya de resucitarla. Atentamente Edouard.