La langosta

Era ella que todo lo habita en la penumbra
desalojando en cada negrura lo salobre.
Amistosa la bicurvilínea,
abundantemente vítrea,
forma luminiscente,
dama exuberante de ondulación arenosa.

Quizá nunca emergió por si misma y así pertenecía.
Limpiaba la oxidación de la armadura ósea.
Se restregaba contra el arrecife
por lo veloz a través de multirocas,
oculta bajo su eso-algo-viscoso.

El hombre de lo civilizado le dió muerte
en la voracidad del fogón.
Le llaman humanamente amor,
tierna y femenina carnosidad de diosa.

 

Que tema amigo!! me encantó!!
Estrellas y besos!!

 

Definitivamente nos llevas del inicio al final... ""del mar a la mesa"" a degustar de ella con un buen vino seco. Saludos y estrellas.

 

"Tierna y femenina carnosidad de diosa", excelente, buen trabajo, aplausos.

 

Que bueno amiga,
gracias por tu comentario tan lindo!
=)

 

Noooooo!!
no te la comas!!
la pobre langosta me cae bien.
=)

 

GRacias amigo, es un placer tenerte por aqui!
un fuerte abrazo!