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La liturgia

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Simón333, 27 de Julio de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 414

  1. Simón333

    Simón333 Poeta asiduo al portal

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    El ruido al comienzo era casi inperceptible, lentamente fue aumentando su intensidad. Era imposible que quien estuviera cerca de ella, pudiera abstenrse de escuchar semejante melodía, algo parecido a rock pesado, terminando en unos alaridos guturales, que de pronto se transformaba en la voz de un niño que solicitaba que le atendiera la llamada.

    Hablaría con su hijo para que cambiara ese tipo de indicador de llamada, no se explicaba como se le habia ocurrido a este usar ese modo tan molesto de recibir llamados. Hoy mismo le obligaria a buscar algo más apropiado para su edad.

    La mujer tomó apresuradamente su bolso, afanosamente buscó entre sus pertenenecias, maldiciendo en silencio la rutina de siempre, cuando ese aparato sonaba, nunca lo encontraba,es que a decir verdad, no era muy aficcionada, según sus palabras, a usar el celular. Lo encontró al fondo de su bolso de mano,entre papeles, espejos, cremas, y de todo un cuanto pueda haber en las carteras femeninas. Lo cogió rapidamente, apretó el botón verde, miró en la pequeña pantalla el número de procedencia de la llamada, era su amiga Ester,

    Solía llamarla de inmediato cuando se enteraba de algo. Que maravilloso invento este, antes era necesario recurrir a todo un protocolo formal para visitarse, y así enterarse de lo último ocurrido, ahora bastaba con marcar un número, y donde uno estuvieras, era posible comunicarse con todo el mundo, que pena que esto no fuera posible hace algunos años atrás, entonces ella habria tenido mejor suerte con los muchachos de la escuela.

    - Hola querida, estaba justamente pensando en ti- ...

    - ¿ Cuál ? ¿ el azul con bordados en las mangas ? - Te queda regio ese vestido linda -

    - No, no la he visto ya hace unos dias.-

    - ¿ Qué..!!! ? no, no me digas, ¿ se han separado ?

    - Tú sabes que él nunca fue santo de mi devoción, pero creo que ella también tiene sus cositas escondida, además están los niños. -

    - ¿ Estás segura ? Ah…

    -. Nooo, pero se ve cada cosa cada día - A medida que hablaba, la voz iba también subiendo de tono de acuerdo al notición recibido.

    - No, no lo he visto hoy, pero iré a verlo más tarde, entonces te cuento -

    - Ok, pero no falles, mira que te estaré esperando... ¿ QUÉ..!! ? ALO..! ALO..!! ¿ Ester? ... parece que la corbertura no es buena, te escucho muy mal .. ya, mejor así, hasta pronto, ah, y dile a tu hijo que no sea tan ingrato, y que vaya a visitar a su tía solterona más seguido, un besito, chao, nos llamamos. - Se aseguró que la llamada estuviera realmente terminada, no quería sorpresas con la compañia, cuando la cuenta le llegara a fín de mes.

    Pensando en la noticia, sonrió levemente. - Como si a alguien le extrañara eso, pensó -.

    Abrió lentamente su bolso y con sumo cuidado depositó en su interior el celular, realizó el mismo movimiento que ya era de costumbre, levanto nuevamente su celular, miro si la pequeña ventanilla estaba apagada. para asegurarse una vez más que su hermoso teléfono portátil ya estaba apagado.entonces recién pudo notar que el silencio a su alrededor, era sepulcral.

    Sonriendo casi con timidez le hizo a su vecino de asiento un gesto, como un acto de disculpa por aquella interrupción, los que la precedian en el asiento anterior al suyo, la miraban con cara de reprobación, pudo sentir en su nuca otras miradas, sin atreverse a mirar a su alrededor, se dispuso muy seria y solemnemente a prestar atención a la figura que estaba de pie junto a ella.

    Fue entonces al mirar al frente suyo, ya que ella siempre se sentaba en primera fila, que puso apreciar el rostro serio y enjuto del padre Eleuterio.

    - Hermana, como veo que ha terminado su charla, entonces ahora podemos continuar con nuestra santa misa en memoria del difunto hermano Pablo, ¿ le parece ? -
     
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